Pequeñas cartas indiscretas

Si como yo eres un fan empedernido del cine británico, esta película es para ti. Pequeñas cartas indiscretas tiene ese encanto que solo el cine de las islas consigue: sea por sus intrincados diálogos, los acentos británicos o los acogedores pueblecitos. Y por supuesto, el inmenso talento de su reparto, en especial una espectacular Olivia Colman que lleva el peso de la cinta y la eleva. Basada en una historia real, esta cinta es sorprendentemente ingeniosa e inteligente en su crítica social; y también muy divertida, y eso que no encuentra el equilibrio entre drama y comedia hasta el tercer acto. Aún así, el conjunto se sostiene de maravilla en una hora y media más que disfrutable.

Iba esperando la típica comedia inglesa y me encontré algo que no entraba del todo en lo esperado.
De primeras, las actrices son excepcionales; poco hay que decir de Olivia Colman, que está espléndida, y de Jessie Buckley, a la que conocí en Fargo, que es un oasis de frescura, además de una actriz muy atractiva y con mucho talento.
La ambientación es muy buena.
Sin embargo la película adolece de un guion flojo, y es que está mal escrita, y de una dirección que, no siendo mala, es bastante plana.
Por otro lado, los personajes masculinos son tan malvados y ridículos que resultan grotescos en comparación con lo listas, ingeniosas, voluntariosas y solidarias que resultan las protagonistas femeninas, y eso no ayuda en nada, ya que plantea un contraste no muy fácil de digerir, y desfigura totalmente el sentido de la película. Por ejemplo, el personaje de Timothy Spall, resulta increíble y poco matizado debido a lo que se le fuerza.
Incide en lo mismo el intento pro-Bridgerton de blanquear una sociedad que ha tenido de racista lo suyo. No soy ningún experto, pero creo difícil encontrar un magistrado de Audiencia negro en los años 20, igual que agentes negros o de origen pakistaní mezclándose idealmente con el resto de la sociedad.
Lo dicho, no está del todo mal, pero no esperes una de la Ealing.

"Pequeñas cartas indiscretas" está basada en un escándalo real que se produjo en la localidad inglesa de Littlehampton a comienzos de los años 20. Justamente antes de arrancar la acción, unos títulos anuncian que “esto es más real de lo que puede parecer. Y suerte que se nos advierte de ello, porque sino uno pensaría que está ante un despropósito inverosímil.

Dicha advertencia permite que el film avance por una exageración desmesurada e intente justificar el nivel de vulgaridad de las cartas que los habitantes de Littlehampton comenzaron a recibir. No obstante, esta decisión cómica avanza por la cuerda floja y, en ocasiones, acaba agotándose un poco.

Una vez el conflicto estalla y la principal sospechosa sale a la luz, el film mantiene su registro humorístico mientras se desarrolla entre toques de misterio, suspense y drama judicial. Esta amalgama de géneros va pintando un lienzo donde se exponen distintas historias en un mundo de hombres que, salvo excepciones y dado el carácter de la época, se enmarcan en un autoritarismo inamovible.

Con todo, "Pequeñas cartas indiscretas" es una propuesta entretenida que podría llegar a hacerse pesada si no fuera por el tándem protagonista. Olivia Colman y Jessie Buckley están en estado de gracia a pesar del flojo guion y consiguen hacer de sus distintos registros el as en la manga para atrapar al espectador. Asimismo, este saldrá de la sala pudiendo reflexionar sobre las relaciones humanas y el carácter destructivo de la mentira.

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Nos sumergimos en la ciudad costera de Littlehampton durante los años 20, donde los habitantes se ven sorprendidos por una serie de cartas escandalosas y obscenas. Las sospechas recaen sobre Rose Gooding, una vecina impetuosa cuya reputación y custodia de su hija se ven amenazadas. La agente de policía Gladys Moss se enfrenta al desafío de resolver el misterio y atrapar al verdadero culpable detrás de estas cartas. La trama resulta divertida e interesante, con un guion potente que mantiene al espectador intrigado hasta el final.

La dirección de Thea Sharrock es simple pero efectiva. Logra capturar perfectamente la atmósfera de la época y el ambiente de la ciudad costera, sumergiendo al espectador en el misterio y la intriga. Aunque no se destacan por su innovación, las decisiones de dirección contribuyen al desarrollo fluido de la trama y al éxito general de la película.

Las actuaciones de Olivia Colman y Jessie Buckley son el punto destacado de la película. Ambas actrices entregan interpretaciones convincentes y cautivadoras, dando vida a sus personajes de manera brillante. Su química en pantalla y su habilidad para transmitir emociones hacen que el espectador se involucre aún más en la historia.

En cuanto al aspecto técnico, ofrece un trabajo sólido en términos de montaje y fotografía. La edición hábil y la cinematografía cuidadosamente diseñada contribuyen a crear una atmósfera envolvente y visualmente atractiva. En general, el aspecto técnico de la película complementa eficazmente su narrativa y actuaciones.

Es un misterio excéntrico de los años 20 que combina una trama divertida e interesante, una dirección efectiva, actuaciones destacadas y un aspecto técnico sólido. Con una mezcla de intriga, humor y drama, la película ofrece una experiencia cinematográfica satisfactoria para el espectador.

Al final he vuelto esta semana al cine, que mi sala habitual no renovaba y tenía agotadas las posibilidades. Esta semana pasada se estrenó esta comedia coproducida por Inglaterra y Francia que está llevándose buenas críticas.
A mi me ha parecido una reconstrucción en clave de comedia de un suceso que tuvo lugar en un pequeño pueblo costero inglés en los años 20. En esta población dos familias vecinas de esas casas unifamiliares adosadas que comparten patio trasero y retrete, casas de finas paredes con poca luz. En ella do vecinas que fueron amigas al inicio de llegar una de ellas al vecindario y que han roto viven una convivencia difícil. La situación se agravará cuando una de ellas, la convencional, buena hija y vecina, empieza a recibir cartas dónde es insultada y con palabras subidas de tono. Conforme avanza la trama la extensión de gente salpicada con las cartas aumenta. La verdad es que la trama es bastante previsible, y se abusa de los estereotipos. Pero es tan grande la interpretación de las dos protagonistas y secundarios, que la película vale mucho la pena. Nos encontramos con una Olivia Colman excelsa (como recuerda a Carmen Maura de joven esta actriz que hemos visto en El Padre y La Favorita), y una no menos extraordinaria Jessie Buckley, que representa con gran acierto esa nueva clase social de mujeres independientes que no responden a referentes clásicos y bastante deslenguada. Los papeles masculinos, son ridiculizados en tono de comedia, pero no sé porque siempre terminamos cuando hay un cierto mensaje feminista en pintar hombres torpes, machistas y vanidosos. Es el caso del team policial masculino, y de la fantástica Anjana Vasan (todo ojos) que será la policía que encontrará el método y la disposición de investigar un caso aparentemente resuelto. Remarcable también el gran Timothy Spall grande como es él siempre, en un papel que borda. Nada que envidiar el grupo de mujeres que juegan a cartas con Olivia pero apoyan a la nueva vecina y se involucran en la investigación, actrices todas ellas brillantes como Joanna Scanlan (impagable ese papel de granjera algo bruta y poco adecentada) ó Gemma Jones (adorable ancianita rebelde que ha sido entre otras la madre de Bridget Jones).
Dirección de Thea Sharrok, Fotografía de Ben Davis (tres anuncios en las afueras).