¿Qué ver en el Tirol? Los 10 imprescindibles

Austria es un país mucho más grande y variado que lo que su tamaño puede hacer pensar. De hecho, una de sus virtudes más especiales son todas las actividades que se pueden realizar entre sus valles y montañas, así como su oferta cultural en las ciudades —no solo en Viena y Salzburgo, también en Innsbruck, Graz…—. Sin embargo, hoy nos centraremos en una de las regiones más famosas de este país, que tiene toda una cultura propia e incluso va más allá de las fronteras de Austria, el Tirol.

Se trata de una región en medio de los Alpes, montañosa y muy apreciada por los esquiadores y deportistas de montaña. En invierno es una de las mejores zonas de Europa para esquiar. Durante el verano, las actividades no se detienen; de hecho, hay más y se diversifican: vuelos en parapente, ciclismo, senderismo… Pero lo más importante de todo, puede verse el verdor de los paisajes, los pueblos en todo su esplendor, los puertos de montaña accesibles…

Este destino tiene muchos alicientes para su visita. Tantos, que uno puede dañarse escogiendo qué visitar y qué no. Nosotros, siendo expertos en viajes a Austria, hemos decidido hacer una guía rápida con los 10 imprescindibles para ver en el Tirol y así facilitar el trabajo a quienes se planteen viajar a este maravilloso país que, ya avisamos desde aquí, vale mucho la pena. Sea en familia, con pareja o con amigos, todas las recomendaciones que le hacemos aquí son más que válidas.

Recalcamos que solo hablaremos del Tirol Austriaco, el Tirol del sur, en Italia, con las Dolomitas y pueblos tan bonitos como Cortina de Ampezzo, ¡lo dejaremos para más adelante!

Swarovski Crystal Worlds

Una de las marcas de joyas más influyentes del planeta tiene unos jardines muy especiales en el corazón del Tirol. A solo 20 minutos en coche de Innsbruck. El Swarowski Crystal Worlds es un espacio que combina arte y naturaleza de una forma muy especial. Cuenta con un total de 12 atracciones distintas en su espacio, un restaurante y dos tiendas, una centrada en lentes y la otra con cristales preciosos. Se trata de un sitio que le impactará por su belleza y sugestión que genera a todos sus visitantes. El Gigante, las cámaras de la maravilla, la puerta del amor, las excavaciones romanas, el jardín, la nube de cristal, la piscina espejo, la torre de juegos, el parque, el laberinto, el mirador y los caballitos te harán tener una experiencia inolvidable para toda la familia o con tu pareja.

Todos merecen una mención especial, pero por falta de espacio tan solo la haremos de "El Gigante", que llama mucho la atención por su forma: una cabeza grande cortada con zarzas que saca agua de su boca y va a parar a un estanque con un fondo de piedras muy evocador. Este espacio y todo el Swarovski Crystal Worlds se puede visitar tanto en invierno como en verano. Dependiendo de la estación tiene una cara diferente, pero siempre sorprende. Sin duda, uno de los imprescindibles del Tirol.

Innsbruck

Si hablamos del Tirol, en modo alguno podíamos saltarnos su capital, Innsbruck. Una ciudad famosa por las facilidades que da para la práctica de deportes invernales y que ha sido sede en dos ocasiones de los Juegos Olímpicos de invierno, el 1964 y el 1976. Su larga y consolidada historia con los deportes de invierno es solo una parte de la influencia que esta ciudad tiene en Tirol y a toda Austria. La ciudad ganó en importancia durante el s. XV, cuando el emperador Maximiliano I se estableció durante 1490. Encima, al ser una ciudad de paso, se estableció un mercado potente, así que poco a poco se ha ido convirtiendo en esta increíble ciudad de 300.000 habitantes, rodeada de montes alpinos y con 600 metros de elevación.

Podríamos hacer un artículo entero de solo esta ciudad, y en un futuro ya lo haremos, pero de momento le presentaremos lo que nos permite el espacio.

Con toda la historia que lleva sobre esta ciudad, visitar el casco antiguo es casi de obligación moral. Pero no te preocupes, que no es ninguna penitencia: empezando por el tejado dorado, que con su sofisticación es símbolo de la clase y belleza de la ciudad. El ayuntamiento, la casa Helbling, la Columna de Sta. Ana, la tumba d’Andreas Hofer, la fuente Leopoldo… son algunos de los monumentos que no se pueden perder una vez esté en el casco antiguo. Por otra parte, el palacio de Hofburg, considerado uno de los edificios más importantes de toda Austria, junto con su homónimo de Viena y el palacio Schönbrunn, es una parada que no puedes perderte. El castillo de Ambras, por otra parte, con su blancura y sus tejados de pizarra, es otro punto a tener muy en cuenta. Y como hablamos de una ciudad también invernal, no podemos olvidarnos del trampolín de Bergisel, una construcción en las afueras de la ciudad que, con su altura y sus vistas al valle, es, sin duda, uno de los mejores lugares para visitar en Innsbruck.

Lago Achensee

Conocido como el mar del Tirol, el lago Achensee atrae a todo tipo de turistas a sus aguas. El lago está a 930 metros de altitud, está alargado, cubre casi 7 km² de superficie y tiene 133 metros de profundidad. Estas características lo hacen un lugar ideal para bañarse en familia o realizar cualquier actividad acuática. Además, el agua es tan limpia y cristalina que los submarinistas pueden llegar a ver hasta 10 metros más allá en sus profundidades. Pero la temperatura del agua no suele pasar de los 22°, ¡así que te espera un buen refresco en este lago!

En sus orillas, además, hay restaurantes, negocios de alquiler de barcas y equipos de submarinismo, balnearios, campos de voleibol, de fútbol, minigolf, parques para niños…

Incluso es un sitio indicado para surfistas, ya que las corrientes del lago son inusualmente fuertes y se forman unas olas muy buenas.

En cuanto a las rutas de senderismo y bicicleta que hay a su alrededor, vale mucho la pena destacar la vuelta completa al lago, de 22 km, muy llana y que puede hacerse de las dos formas (caminando y en bici), y para los más atrevidos una ruta hasta Tunnelweg, con 950 m de desnivel y 14 km de recorrido.

Highline179

Esta parada es tan simple de explicar como chocante por quienes lo hacen: un puente colgante de 406 metros de largo y 114 de caída. Pesa 70 toneladas, tiene 8 puntos de anclaje clavados, cada uno, 17 metros bajo el suelo y hay 4 cables de acero inoxidable que lo conectan de punta a punta, de 60 mm de diámetro. Esta estructura gigantesca te transporta de las ruinas del castillo Ehrenberg con las de Fort Claudia y tienes unas vistas panorámicas de 360 ​​° de la zona norte del Tirol. La experiencia es única; caminar por encima es como si flotaras.

Forma parte de los 5 puentes tibetanos más largos del mundo y, cuando se creó hace 10 años, fue el más largo del mundo. Encima, su situación hace que no solo sea la experiencia de andar por encima, sino también las ruinas de las que puedes disfrutar. El Castillo Ehrenberg se construyó en el año 1296 y pese a tener unos primeros siglos plácidos, fuiste uno de los puntos más afectados durante las guerras de religiosas del siglo XVI. En las ruinas de Fort Claudia se ha instalado un mirador que, junto con los empedrados que quedan de la antigua edificación, es toda una experiencia por sí sola.

Fortalesa Kufstein

En Kufstein, junto a Baviera, encontrarás un pueblo tranquilo, con sus negocios y sus ciudadanos trabajando como cualquier otro lugar de Austria. Verás una gran línea de ferrocarriles que atraviesa, junto con el río Inn, el pueblo. Es decir, hablamos de un municipio ordinario industrializado que, a priori, no presenta ningún aliciente para su visita. Sin embargo, si levantas la cabeza, en una colina que domina el pueblo hay colocada una fortaleza de unas dimensiones tan extraordinarias y que presenta una disrupción tan repentina que pensarás que se trata de una representación de cartón. Pero no, la fortaleza es real, es del s. XIV y durante la historia ha cambiado múltiples veces de reino, pasando del Tirol a Baviera a través de varias batallas, bodas y regalos.

Finalmente, la fortaleza Kufstein se quedó en Austria en 1814 y, consecuentemente, aparece en esta lista. Para entrar, puede hacerlo a través de un funicular que se coge desde el pueblo y una vez dentro podrá ver en todo su esplendor las características más icónicas de los castillos medievales: ventanas pequeñas, arcos románicos, grandes salas… Actualmente, existe un museo de historia local y también múltiples exhibiciones temporales durante todo el año. Uno de los aspectos más divertidos y que hay que tener en cuenta, también, es lo seriamente que se toman la ambientación. Con visitas guiadas temáticas y el 'Banquete del señor del castillo', toda una experiencia real e inmersiva hasta tal punto que te transporta a la edad medieval.

Puerto de montaña del glaciar Kaunertal

Si lo que buscas es desconectar del todo, ir al lugar más inhóspito de la tierra y abandonarte a las bondades o inclemencia de la alta montaña, lo que tienes que hacer es tomar el coche y subir el puerto de Valle de Kauner. Al sur del Tirol, a una hora en coche de Innsbruck, encontrará el pueblo de Prutz y, desde allí, podrá coger su famoso puerto (pagando un peaje de 28 €) y subir hasta el glaciar Valle de Kauner, que ofrece unas vistas espectaculares. Pero no solo ahí, las vistas duran lo mismo que la carretera: 26 km. También se pasa por el largo embalse de Gepatsch, que con su longitud ocupa un buen trecho del paisaje. En total, remontará 1.500 metros de desnivel, y si hay alguien aficionado a la bicicleta de carretera, aquí encontrará todo un reto.

Durante la ruta encontrará parkings y miradores con mesas para parar, comer y contemplar con total tranquilidad las montañas que le rodean. Si prefiere comer en un restaurante, en el Valle de Kauner encontrará dos bufetes: e lWeißsee y el Ochsenalm. En las diversas paradas posteriores (Seepanorama, Nassereinalm, Gepatschhaus) también encontrará servicios de restauración, por lo tanto, para la comida no tendrá que preocuparse.

Hall del Tirol

A diez kilómetros al este de Innsbruck, hay una pequeña ciudad casi milenaria que atrae a todo el mundo por su arquitectura e historia. Llegar es muy fácil, no hace falta ni disponer de coche, puedes hacerlo en tren, autobús o taxi; todos los métodos tienen una frecuencia de salida muy alta.

Una vez estés entre los edificios de colores vivos del pueblo, atravesando sus calles empedradas y rodeadas de terracitas, descubrirás la belleza de Hall y, en consecuencia, su importancia. Las primeras menciones que se tienen de este pueblo datan de 1256 y su principal actividad y la causa de su evolución fue la mina de sal que se encuentra en el norte de la ciudad.

Maravillarse por la estética del entorno urbano mientras se pasea podría ser la única actividad que realizó en el casco antiguo de esta ciudad, pero hay más cosas que hacer. Por ejemplo, te recomiendan que visites el Museo de la Moneda, donde se explica la historia de este objeto y concepto, que en esta ciudad primero se llamó táler y que fue el precursor del dólar y del euro. La iglesia de San Nicolás, que data del s. XIII, es otra parada que te fascinará y, siguiendo con la historia del pueblo, el Museo de la Minería es otro lugar que debes tener en cuenta. La lista podría alargarse mucho más, pero la mejor forma de descubrirlo es yendo. Si vas allí durante los meses de noviembre y diciembre, no te pierdas su mercado de Navidad, que destaca por su ambientación tan acertada.

Quizás tendremos que escribir un artículo entero sobre este pueblo en un futuro…

Parque Nacional Hohe Tauern

El Hohe Tauern es el mayor parque nacional de toda Austria. Territorialmente hablando, el parque se encuentra en las provincias de Salzburgo, Tirol y Carintia, con una extensión total de 1.856 km². Hablando de números: la altitud del parque se encuentra entre 1.000 m y 3.798 m; hay más de 300 picos de más de 3.000 m, un total de 332 glaciares, 279 ríos, 26 cascadas, 551 estanques, entre 15.000 y 20.000 especies de animales, aproximadamente 3.500 especies de plantas y 4.000 tipos de hongos (¡sí, hay muchas setas!). Pero tampoco queremos darte una imagen sesgada del parque; al ser tan grande es imposible que se pueda visitar de repente. Ahora bien, para ir al corazón del parque, la mejor opción es ir hasta el pueblo de Matrei in Osttirol y, desde allí, investigar la zona. Además, en este pueblo se encuentran las Oficinas Generales del parque, desde las que se organizan actividades (barranquismo, senderismo, escalada en verano y raquetas de nieve, esquí de montaña y otros durante el invierno), te ofrecen información y te recomiendan qué es lo que más te puede interesar.

Entre la cantidad ingente de puntos de interés que hay en todo el parque, nosotros destacamos el Grossglockner, el famoso puerto de montaña que se encuentra entre el Tirol y Carintia. Una carretera de 48 km que es la más alta de toda Europa (2.504 m) y que te da unas privilegiadas vistas de la misma montaña.

La otra atracción que no podemos dejarnos son las cascadas Umbaltal. Están a 30 minutos en coche de Matrei in Osttirol y vale mucho la pena visitarlas, por el espectáculo que ofrecen y por el entorno en el que se encuentran. De todas formas, solo hemos dicho dos rincones de un parque que da por mucho más. Es evidente que del Hohe Tauern podríamos hacer otro artículo entero.

Glaciar de Stubai

Del glaciar de Stubai también lo llaman el techo del Tirol, y no hay para menos, ya que a través de telesillas y teleféricos puedes llegar hasta los 3.210 m de altura. En invierno es una de las estaciones mejor preparadas de Austria (aquí tiene nuestro viaje de esquí a Stubai) y en verano es uno de los mejores lugares de todo el Tirol para tocar y ver nieve. Las vistas desde la cima de Stubai parecen de otro planeta: 109 picos de más de 3.000 m son visibles una vez allí, y no verá más allá de las montañas nevadas. Para los amantes de las alturas, se trata del paraíso.

Es sorprendente, pero aparte de la temperatura y la cantidad de nieve, no hay muchas diferencias entre visitar el glaciar en verano o en invierno. En las grutas del glaciar se puede entrar en cualquier época del año y, con un túnel de más de 200 metros, mucha gente describe la experiencia como una de las más alucinantes en un glaciar, tanto o más que el Jungfraujoch de Suiza.

Pero si hablamos de actividades posibles durante una y otra época, sí hay más diferencia. Por un lado, están las excursiones de senderismo en verano, y por otro, el esquí alpino del invierno.

Al pie de la cima también encontrará un servicio de restauración excelente, así que si vas, te podemos asegurar que tendrás una experiencia completa.

El museo de la granja del Tirol

Por último, te recomendamos el Museo de la granja del Tirol, no muy lejos del lago Achensee. Pero tranquilo, no es un museo ordinario por el que hay que pasear, observar y leer de una forma pasiva. Este es un museo al aire libre y cuenta con muchas actividades interactivas, dos de las cuales son ordeñar una vaca o construir una cabaña. Lo que pretende el museo es mostrar cómo los campesinos del Tirol vivían y trabajaban tiempo atrás. Para conseguirlo, se ha creado un pequeño pueblo de 37 casas de payés tradicionales Tirolesas, recuperadas y transportadas desde otros puntos del Tirol. Y no solo son las casas, también las herramientas agrícolas, las vestimentas, las costumbres… ¡No se les ha escapado nada! Se trata de un lugar perfecto para ir en familia y descubrir toda una cultura que ha ido perdiéndose con el paso del tiempo. Eso sí, ¡no vaya al invierno porque se lo encontrará cerrado! Solo está abierto de mediados de marzo a finales de octubre.

Y hasta aquí nuestra lista de los 10 mejores sitios del Tirol. Esperamos que pueda inspirarle en su viaje, y si tiene cualquier duda, ya lo sabéis, ¡estamos a su disposición!

Y si le han cogido las ganas de viajar, siempre puede mirar la nuestra selección de viajes al Tirol.