Jungle Cruise (2021), de Jaume Collet-Serra

Entretenida muestra de cine de aventuras, con acción trepidante, toques de comedia y elaborados efectos visuales, que sigue la estela emprendida tiempo ha de recuperación de este tipo de cine por Georges Lucas y Steven Spielberg con la saga Indiana Jones, y que Disney prosiguió con Piratas del Caribe, serie de filmes basada en una atracción de sus parques, igual que el título que nos ocupa.

Londres, en los años de la Primera Guerra Mundial. Lily Houghton tiene alma de aventurera y arqueóloga, pero su voz no es escuchada en la Sociedad Geográfica, que se toma a cuchufleta la exposición que hace su hermano MacGregor para conseguir que financien una expedición al Amazonas, siguiendo la estela del legendario explorador Lope de Aguirre. Allí, en el mítico Mar de Lágrimas, podría encontrarse el árbol de la vida, cuyas flores tienen unos pétalos con propiedades curativas, según afirma la leyenda. De todos modos Lily se hace con una punta de flecha vital para llegar con su hermano a la meta de su viaje, arrebatándola al príncipe Joaquín, hijo del káiser, que también la ambiciona. Ya in situ consiguen la ayuda del pillo y granuja Frank Wolff, propietario de una embarcación con la que recorre el río camelando a los turistas para ganarse la vida.

El español Jaume Collet-Serra sigue demostrando que no es fruto de la casualidad o la suerte el estatus que ha alcanzado en Hollywood, no igualado por ningún otro cineasta compatriota, nueve títulos ha rodado con estrellas de máximo nivel y manejando holgados presupuestos. Aquí de nuevo asombra entregando una cinta con buen ritmo, y donde hay una estupenda química entre los dos actores principales, Dwayne Johnson y Emily Blunt, que salvando todas las distancias que se quieran puede recordar a la que mostraban Humphrey Bogart y Katharine Hepburn en La reina de África, o también al de Han Solo y la princesa Leia en Star Wars. Como tercer pasajero del barco está el hermano de Lily, al que da vida Jack Whitehall, que con sus remilgos de finolis supone un divertido contrapunto a los rasgos aventureros e intrépidos de sus compañeros. También son graciosos el villano de opereta de Jesse Plemons, o el dueño de una flotilla de barcos al que da vida Paul Giamatti. En cambio la presencia de los españoles Dani Rovira y Quim Gutiérrez es casi una anécdota.

En el libreto han intervenido varias manos, dando la impresión de que Michael Green (Logan) se ha ocupado de la parte de acción, y el dúo conformado por Glenn Ficarra y John Requa (la serie This Is Us) de insuflar humanidad a los personajes. De todos modos la trama no es perfecta, sobre todo porque se pierde de vista un principio básico en el cine de aventuras, que podríamos resumir en “no lo compliques, hazlo sencillo”. Y el toque mágico de los conquistadores españoles tiene un pase, pero las sorpresas que rodean al personaje de La Roca, que no es cuestión de desvelar, son algo disparatadas y no aportan nada, embarullando el conjunto.

Como consideraciones sociológicas, no se pueden obviar algunos detalles, bastante forzados, pedagogía de los nuevos tiempos, que sería conveniente revisar dentro de unos años con perspectiva. Por un lado está el feminismo de la cinta. En realidad bastaba con el protagonismo de Lilly para ponerlo en valor, pues la Blunt sabe imprimirle el desparpajo de tantas heroínas del cine clásico. ¿De verdad hay que insistir del modo en que se hace en las discriminaciones históricas, la tonta escena final en la Sociedad Geográfica? Luego, tenemos los “derechos” de los animales, que deben ser liberados de sus jaulas, pobrecitos. Y finalmente, se opta por el “hito” de evidenciar la homosexualidad de MacGregor, que a nadie con dos dedos de frente se le había escapado, contándonos en una escena metida con calzador que no puede comprometerse en los matrimonios que la familia le había preparado, porque él ama “de otra manera”.