El círculo. Sinopsis y crítica de El círculo

James Ponsoldt sorprendió en 2015 con The End of the Tour, la película sobre la entrevista que el reportero de la revista Rolling Stone, David Lipsky, hizo a David Foster Wallace. El biopicde uno de los escritores más interesantes y polémicos de la posmodernidad le salió redondo a Ponsoldt. En esa ocasión, contó como guionista con Donald Margulies, que tuvo el acierto de dar todo el protagonismo a Foster Wallace y a su lucidez.`

Desde entonces, Ponsoldt ha dicho en repetidas ocasiones que le interesa hacer cine para adultos; supongo que se refiere a que su deseo es plantear temas intelectuales o de cierta complejidad. Quizá por esto la desilusión es doble: no hay nada de esas promesas en El Círculo: el tema que plantea es interesante pero no lo es la forma de abordarlo.

La película, que parte de la novela homónima de David Eggers adaptada por el propio Ponsoldt, arranca bastante bien y, de inicio, consigue interesar. Mae es una millennial con un trabajo precario que parece condenada a enterrar su potencial de por vida, una “nini” sin presente ni futuro. Inesperadamente, a través de una amiga, consigue una entrevista de trabajo en el Círculo –“una empresa de verdad”– en la que se le abre un mundo ilimitado de posibilidades de desarrollo.

Los primeros quince minutos aciertan en el retrato de una generación frustrada que experimenta que en la era del “nada es imposible tecnológico” existen menos posibilidades reales que nunca. De paso, por el camino, se le zurra un poco al sistema sanitario norteamericano, una de las grandes fallas de la democracia yanqui.

Hasta ahí todo bien; pero una vez entramos en El Círculo, el globo comienza a deshincharse. Se plantea el dilema de hasta dónde debe ser accesible la información personal a las empresas tecnológicas, los beneficios y riesgos de la transparencia total; pero ni hay profundidad en el debate, ni agilidad en la acción, ni conato de thriller: todo resulta bastante predecible. En cuanto a los actores, Emma Watson y Tom Hanks hacen lo que pueden, pero de donde no hay no se puede sacar.

El final, además, está pesimamente contado… Para decepción del espectador, el círculo ni siquiera cierra.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.