Biografía de Jessica Lange (1949)

Nacida el 20 de abril de 1949, en Cloquet (Minnesota), Jessica Phyllis Lange –nombre completo de la estrella– es hija de un vendedor ambulante y un ama de casa. Su infancia estuvo marcada por las continuas mudanzas familiares, debido al trabajo de su progenitor. Iba a apuntarse a pintura, en la universidad de su ciudad natal, pero no había plazas, así que se decantó por la fotografía. En las aulas, conoció al fotógrafo español Paco Grande, que impartía clases. A pesar de la diferencia de edad (Jessica tenía 19 años y Grande 26), abandonaron el centro para viajar por Europa.

Recorrieron España en moto, y residieron durante un tiempo en Madrid. “Conservo, sobre todo, intensos recuerdos de los paisajes españoles. Me impresionó la aridez, la sobriedad que pueden tener los del del sur, en oposición a la exuberancia de los del norte. Es quizás lo que más me ha marcado en comparación con los grandes espacios americanos cuya diversidad se extiende por superficies más extensas”. Cuando regresaron a Estados Unidos contrajeron matrimonio, pero a mediados de los 70 la relación se rompió. Jessica Lange decidió entonces instalarse en Nueva York, donde estudió interpretación.

En 1976 la jovencísima Meryl Streep se presenta a una prueba para interpretar a la muchacha que enamoraba al gigantesco simio de King Kong, revisión de la historia del gigantesco gorila, que producía el italiano Dino de Laurentiis. Al verla entrar, éste no le dejó leer sus líneas, y le dijo “Eres demasiado fea”. La futura diva contestó con elegancia. “Siento no ser lo suficientemente guapa para estar en su película”. Poco después aparece la exuberante Jessica Lange. El italiano tuvo muy claro que el papel le pertenecía a ella.

El film recibió tan malas críticas que la muchacha se planteó abandonar la interpretación. Necesitó tres años para aventurarse de nuevo a ponerse delante de la cámara, esta vez encarnando a un ángel de la muerte en el musical All that Jazz (Empieza el espectáculo), film semiautobiográfico de Bob Fosse, con el que mantuvo un romance. Daba vida a Angelique, ángel de la muerte que se aparece en las ensoñaciones del protagonista.

A continuación bordó el papel de Cora Papadakis, esposa del propietario de un restaurante que encandila a un forastero de mal vivir (Jack Nicholson) para asesinarle, y quedarse con el local, en El cartero siempre llama dos veces, revisión de la novela de James M. Cain. Las tórridas secuencias de sexo del film causaron cierto escándalo, pero también le dieron tanta publicidad que al final se convirtió en un gran éxito. En 1982, Jessica Lange produjo y protagonizó Frances, adaptación de la autobiografía de la actriz Frances Farmer, el papel que siempre ha considerado su mejor trabajo, aunque también se lo quitó a Streep. “No siento rencor. No me puedo imaginar haciéndolo tan bien como ella. Simplemente estuvo estupenda”, declararía la segunda.

Por esta última, a Lange la nominaron al Oscar, pero se lo arrebató Streep, con La decisión de Sophie. Al final, acabaría ganando dos estatuillas –una como secundaria por la comedia Tootsie y otro como actriz principal por el drama Las cosas que nunca mueren, en la piel de la esposa maniacodepresiva de un militar–. Por otro lado, la actriz ha destacado como hija de un anciano, sospechoso de ser un criminal de guerra nazi, en La caja de música, de Costa-Gavras. También se recuerda su trabajo como esposa de un abogado (Nick Nolte), en El cabo del miedo, donde estuvo a las órdenes de Martin Scorsese.

Nunca ha dejado el teatro, hasta el punto de que ganó un Tony por una reposición de “Largo viaje hacia la noche”, y se cuenta que en círculos privados se vanagloria de que ese reconocimiento no lo tiene Meryl Streep. En los 90, rueda a buen ritmo, pues aparece en títulos como Rob Roy (La pasión de un rebelde), Heredarás la Tierra, Cousin Bette y Titus. Además, Jessica Lange se puso a las órdenes de Tim Burton en la memorable Big Fish –donde conmueve en las escenas románticas con su marido en la ficción, el también veterano Albert Finney–, y dio vida a una doctora en Flores rotas, de Jim Jarmusch.

Ha llevado su vida privada con bastante discreción, así que se le conocen pocos romances. Sólo ha estado casada con el citado Grande. Entre 1976 y 1982, mantuvo un idilio con el bailarín ruso Mijaíl Barýshnikov, con el que tuvo a su primera hija. Tras unirse al ya mencionado Bob Fosse, le sustituyó por el dramaturgo y actor Sam Shepard, padre de sus otros dos vástagos. “Él estaba casado y yo tenía un bebé de un año. Cuando estábamos juntos éramos tan salvajes, –bebiendo, peleando, caminando por la autopista tratando de escapar–. Hacíamos cosas realmente salvajes. No quería seguir en esa dirección. Entonces dejamos de hablar. Luego, a través de unos buenos amigos, volvimos a ponernos en contacto y eso fue todo. Dejó a su esposa. Yo estaba en Iowa trabajando en la preproducción de Nuestra tierra, así que nos encontramos allí y nos fuimos en coche hasta Nuevo México, donde nos instalamos. No pensábamos vivir juntos, tener una familia, hacer todas esas… cosas normales. Era sólo una historia de amor increíblemente apasionada. Pero entonces simplemente no pudimos renunciar el uno al otro”. Desde que Shepard le regaló una Leica M6, la estrella retomó su pasión juvenil por la fotografía. Ha expuesto su trabajo en diversos lugares, por ejemplo en el Centro Niemeyer de Avilés y en la Casa de América de Madrid.

En sus últimos años de actividad, Jessica Lange se ha dedicado más a las series. Se recuerda su conversión en la legendaria actriz Joan Crawford en Feud: Bette and Joan, y como protagonista de las cuatro primeras temporadas de American Horror Story, así como la sátira The Politician. Todas ellas tenían detrás al exitoso productor y guionista Ryan Murphy.