Crítica: Stockholm Bloodbath - Cineuropa

email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

PELÍCULAS / CRÍTICAS Suecia / Dinamarca

Crítica: Stockholm Bloodbath

por 

- La grandiosa incursión de Mikael Håfström en la dura enemistad entre Dinamarca y Suecia de hace 500 años rebosa sangre e interpretaciones sobreactuadas

Crítica: Stockholm Bloodbath
Ulrich Thomsen, Mikkel Boe Følsgaard, Jakob Oftebro y Claes Bang en Stockholm Bloodbath

Comenzamos con una breve lección de historia: a principios del siglo XVI, el rey Cristián II de Dinamarca y Noruega decidió incorporar Suecia a su “unión”, lo que dio lugar a brutales batallas contra los reticentes suecos. En 1520, gracias en gran medida a un ejército de mercenarios alemanes y escoceses, Cristián fue coronado rey de Suecia por el arzobispo sueco pro-danés Gustav Trolle en la catedral de Estocolmo. Los suecos derrotados que ocupaban altos cargos fueron amnistiados y se celebró un banquete de tres días. Sin embargo, después de las celebraciones, Trolle, que había sido encarcelado durante los conflictos, exigió una compensación a quienes se habían opuesto a él. La acusación formal, dada la posición clerical de Trolle, era de herejía. El rey, conocido a partir de entonces como “El Tirano” en Suecia, accedió de buen grado, y se llevó a cabo una ejecución en masa, en la que unos 80 ciudadanos prominentes del Estado y la Iglesia fueron decapitados en la plaza principal, un acontecimiento conocido en adelante como el “Baño de Sangre de Estocolmo”. Los adoquines de la plaza se tiñeron de un color rojo intenso.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Quinientos años después, cuando no hay más que amor fraternal entre los antiguos archienemigos hereditarios, la sueca Viaplay y la danesa Nordisk unen sus fuerzas para una aventura cinematográfica titulada Stockholm Bloodbath, que ya se ha estrenado en Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca de la mano de Scanbox.

Para mantener todo bajo control, los guionistas noruegos Erlend Loe y Nora Landsrød firman el guion, escrito íntegramente en inglés, probablemente con vistas a los mercados internacionales. El reparto está formado por actores escandinavos de primer nivel, a los que se suma un grupo de profesionales británicos. El sueco Mikael Håfström, nominado al Óscar por Evil, que cuenta en su currículum con nombres como Stephen King, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone, ocupa la silla del director. Los guiños a Guy Ritchie, Juego de Tronos, Robin Hood: Príncipe de los ladrones y Tarantino son evidentes, así como una pizca de The Kingdom, de Lars von Trier, el clásico estudio de la animosidad entre daneses y suecos.

El furioso doctor de Von Trier se ve superado por la grandiosa interpretación de Claes Bang como el rey Cristián (“¡Malditos… campesinos… suecos!”), un tanto exagerada y llena de manierismos. Por su parte, Jakob Oftebro en el papel de Trolle, Mikkel Boe Følsgaard como el comandante danés Didrik Slagheck (“¡Buenos días... ESTOCOLMO!”, ruge antes de una nueva tanda de decapitaciones) y Ulrich Thomsen como otro clérigo traidor, Hemming Gadh, también ofrecen interpretaciones llenas de sentimiento y un tanto sobreactuadas. Es evidente que tanto los actores como sus personajes se divierten a lo grande, manteniendo diálogos anacrónicos sin sentido. Shakespeare puede ser otra fuente de inspiración para la película, pero el lenguaje no es ni mucho menos el del Bardo.

Por cierto, también hay mujeres. Kristina Gyllenstierna, futura viuda del regente sueco Sten Sture, es interpretada con gran dignidad por Emily Beecham. Por otra parte, encontramos algunos personajes totalmente ficticios, como las dos jóvenes hermanas suecas Anna y Freja Eriksson, que sobreviven a una masacre familiar y buscan venganza. Sophie Cookson y Alba August, cuyo personaje demuestra ser una habilidosa arquera, hacen uso de artes marciales y tácticas que recuerdan a Kill Bill. También hay un frenético número de danza durante el baile de coronación (“¡Fiesta!”, brama el rey) y un chiste sobre el síndrome de Estocolmo. En cuanto a las escenas de ejecución, no podemos evitar pensar en el título de un sketch de los Monty Python: “Buckets of Blood Pouring out of People’s Heads.” (“Cubos de sangre saliendo de las cabezas de la gente”). La precisión histórica de toda esta locura se mantiene a veces sorprendentemente intacta, mientras que el enorme presupuesto está bien empleado, hasta la última corona.

Stockholm Bloodbath es una producción de Viaplay Studios y Nordisk Film. TrustNordisk se ocupa de las ventas.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy