Alfred Pennyworth es el mayordomo, tutor, y ante todo amigo de Bruce Wayne.
Es interpretado por Michael Caine en la trilogía dirigida por Christopher Nolan.
Biografia[]
Vida temprana[]
Sirvió para el ejército británico cuando era más joven. En una misión, se despachó con una unidad para negociar con el Gobierno birmano y sobornandolos con piedras preciosas, pero fueron emboscados constantemente por un bandido que mantuvo en robar las joyas. Pero no fue hasta que encontraron a un niño jugando con una de las joyas robadas de ellos, un rubí del tamaño de una naranja, y descubrieron que el hombre robó las joyas simplemente porque quería causar caos, Alfred después reflexionó que algunos hombres solo buscan nada más que "ver arder el mundo".
Más tarde encontraron a la persona al quemar el bosque entero.
Creando la leyenda[]
Durante su servicio a la familia Wayne, Alfred se convirtió en un valioso miembro de la familia. Thomas y Martha confiaban en él la tutela de Bruce en el caso de su fallecimiento. Cuando Bruce se desvaneció durante siete años, fue declarado muerto por el CEO de Wayne Enterprises con el fin de reclamar sus acciones, pero este plan fue frustrado por Bruce, que dejó todo a Alfred.
Después de que Bruce regresara de su formación con la Liga de las Sombras, le dijo a Alfred que su meta era convertirse en un símbolo para asustar a los mafiosos y criminales de la ciudad; argumentando que como un hombre podría ser derrotado, pero como símbolo sería incorruptible y eterno. Alfred ayudó a Bruce a organizar el equipo necesario para convertirse en Batman, además de animarle a fingir una vida social con la intención de desviar la atención de que él fuera Batman.
Cuando la Liga de las Sombras atacó la Mansión Wayne, Alfred ayudó a salvar a Bruce mientras estaba atrapado bajo una viga, animando a que continuara su lucha contra la Liga para salvar a Gotham. Más adelante, Alfred le sugiere algunas modificaciones en el diseño original de su mansión destruida, con la intención de darle mayor ventaja a Batman y su plan de combatir el crimen.
Continuando la cruzada[]
Alfred continuó ayudando a Bruce cuando lo necesitaba mientras patrullaba Gotham como Batman.
Protegiendo a Bruce[]
Alfred y Bruce se trasladaron más tarde a un ático en el centro, moviendo la sede de la baticueva a los muelles de Gotham. Aunque se preocupa constantemente por el señor Wayne, le reconoce que Batman no tiene límites.
Alfred siempre se ha convertido en una fuente de sabiduría; no sólo para Bruce, sino también para Rachel Dawes e incluso Harvey Dent. Cuando Bruce viajó a Hong Kong para atrapar a Lau, Alfred sirvió de coartada para él.
Cuando hablaban sobre el inusual modo de actuar del Joker, el señor Pennyworth le habló sobre su experiencia en el ejército británico y la historia de un ladrón de joyas que tan sólo actuaba por sembrar el caos.
Más adelante, Rachel siente la necesidad de dejarle un mensaje a Bruce en caso de que le ocurriera algo, recayendo esta responsabilidad en Alfred.
El regreso de Batman[]
Ocho años después de la muerte de Harvey Dent, Alfred le ayuda a Bruce en encontrar información sobre el mercenario Bane. Sin embargo, los dos se distancian entre sí cuando Alfred utiliza a Rachel para desmotivarlo en convertirse en Batman una vez más. Alfred también explica que quemó la carta dirigida de Rachel que le indica a Bruce que tenía la intención de casarse con Harvey y no con Bruce. Esto los lleva a despedir a Alfred del Wayne Manor bajo órdenes de Bruce.
Despues del incidente de la bomba atómica y la "muerte" de Batman, en el funeral privado de Bruce Wayne, Alfred comienza a llorar y le pide perdón a los padres de Bruce al no haber cumplido su palabra de proteger a su hijo.
La fantasía cumplida[]
Sin embargo, cuando Alfred regresa al restaurante florentino, ve a Bruce Wayne y a Selina Kyle en un comedor e intercambian sonrisas entre sí. En este punto, Alfred se pone feliz y alegre al ver que Bruce está vivo y que por fin ha encontrado la paz y la intención de formar una familia.
Relaciones[]
Detrás de escenas[]
- A pesar de su relación de toda la vida de Bruce Wayne y su salida frecuente de la casa, como se muestra en The Dark Knight Rises, Alfred nunca pierdó la fe en su amo. Él también tiene el don del sarcasmo y las bromas paternales, una fuente frecuente de alivio cómico en la película.