GALER�A DE IMPRESCINDIBLES

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Colette; una mujer de esc�ndalo

Colette, hacia 1900. KEYSTONE

La Iglesia Cat�lica se neg� a despedir a Colette con una ceremonia religiosa. La Rep�blica organiz� unos solemnes y concurridos funerales de Estado, por primera vez destinados en Francia a honrar a una mujer, a una pionera que hab�a sido distinguida con las m�s altas condecoraciones por su innovador modo de abordar la personalidad de las mujeres y la ficci�n de inspiraci�n autobiogr�fica ("autoficci�n", se dice ahora), que la llevaron a ser la primera escritora en ingresar en la Academia Goncourt y la primera en presidirla.

Sus tres matrimonios no fueron la principal piedra de esc�ndalo en un pa�s -no lo olvidemos- siempre muy polarizado entre el conservadurismo a ultranza y las libertades postrevolucionarias. La bisexualidad que Colette ejerci� bajo los focos y que reflej� en sus obras -estudiada muy espec�ficamente por Julia Kristeva- s� suscit� el esc�ndalo de los sectores m�s puritanos. Su vida amorosa fue tan movida y variopinta que las biograf�as de Colette se leen, como suele decirse -tontamente-, como una novela. Recomiendo dos en castellano, curiosamente debidas a escritores neoyorquinos. Mi preferida es la de Judith Thurman, m�s detallada, significativamente titulada Secretos de la carne (Siruela), aunque no est� nada mal la firmada por Herbert Lottman, gran experto en cultura francesa, que public� Circe. Hay m�s.

Su madre y su primer marido fueron figuras clave en el devenir de Colette. Por muy distintas razones. La madre, Sidonie Landoy, hab�a vivido una vida culta y liberal en B�lgica y, con tres hijos a cuestas de su primer matrimonio, se cas� en segundas con un excapit�n de los suavos -amputado de una pierna- para recalar, degenerando, en un pueblo de menos de mil habitantes, Saint-Sauveur-en-Puysage, donde su marido ejerci� de recaudador.

All� naci� Sidonie-Gabriel en 1873, que ser�a universalmente conocida por su nombre art�stico de Colette, tomado del apellido de su padre. La ni�a tuvo una infancia y adolescencia felices hasta que el padre se arruin� y la familia tuvo que cambiar de ciudad. La madre, librepensadora y atea, mand� a su hija a la escuela p�blica, le inculc� la lectura y la alej� de las sotanas.

El primer marido de Colette, apodado Willy, fue un alegre calavera, 13 a�os mayor que ella, de adinerada familia de editores. Henry Gauthier-Villars, como se llamaba, era un vividor diletante, periodista, cr�tico musical y novelista popular, que aport� -ef�meramente- al matrimonio un hijo fruto del adulterio con una muy notable se�ora casada.

El tal Willy -ad�ltero compulsivo- era un jeta mundano, amigo de la crema de la intelectualidad parisina, que dispon�a de una legi�n de negros para elaborar sus libros. Colette ten�a 20 a�os cuando se cas� con �l en 1893, y �l fue su Pigmali�n y su explotador. Viendo en ella condiciones, la anim� a escribir sobre sus recuerdos y, cuando Colette escribi�, �l firm� con su propio nombre los libros de ella.

As� surgi� la saga de Claudine, un �xito inmediato, cinco novelas -m�s una- que evocan la ni�ez y juventud de Colette, publicadas entre 1900 y 1907. Anagrama, que ahora reedita D�o, tiene en su cat�logo Claudine en la escuela y Claudine en Par�s.

La pareja, instalada precisamente en Par�s, fue derivando hacia la crisis y la ruptura. Willy se iba con mujeres, y Colette tambi�n. Colette tuvo innumerables amantes femeninas, de variada tipolog�a, mientras segu�a escribiendo y, especialmente, actuando como actriz, bailarina y mimo. Willy y Colette, como estaba cantado, tarifaron.

Despu�s, Colette conoci� al periodista Henry de Jouvenel, redactor-jefe de Le Matin. Se casaron en 1912, y Colette inici� una carrera de periodista que le llevar�a a ser reportera, cronista de guerra y cr�tica de teatro. Jouvenel, que hizo luego una relevante carrera pol�tica -fue ministro-, tambi�n ten�a hijos, de una pareja anterior y de una amante. Colette y Jouvenel tuvieron una hija en 1913, pero las cosas se torcieron definitivamente -adulterio va, adulterio viene- cuando Colette se li� con un hijo anterior de Jouvenel, Bertrand, que apenas ten�a 17 a�os. Ella ya andaba por los 40. Divorcio.

El caso es que Ch�ri (1920), una de las m�s c�lebres novelas de Colette, trata de la relaci�n de una mujer madura y un joven amante. Ch�ri fue llevada al cine, por segunda vez, en 2008, con direcci�n de Stephen Frears e interpretaci�n de Michelle Pfeiffer. Entre el cine y la televisi�n, hay m�s de 20 pel�culas realizadas a partir de relatos de Colette, que tambi�n escribi� teatro y fue adaptada, del mismo modo que escribi� guiones originales para el cine, en los a�os 30, para directores tan importantes en el momento como Marc All�gret y, sobre todo, Max Oph�ls.

Colette no necesit� del cine para ser una escritora muy popular y le�da, pero lo cierto es que el cine y el teatro multiplicaron su fama. Colette public� su novela Gigi en 1944: una pel�cula francesa, una adaptaci�n teatral con Audrey Hepburn como protagonista y, al fin, la versi�n cinematogr�fica dirigida en 1958 por Vincente Minnelli e interpretada por Leslie Caron fueron multiplicando la celebridad y permanencia de Colette, que, por otro lado, ya estaba plenamente consagrada.

Colette fue una mujer muy m�vil: distintos pisos en Par�s, viajes por �frica, Europa, Espa�a y Estados Unidos, conferenciante itinerante, residencias y estancias en Saint-Tropez, Montecarlo y Deauville, todo va conformando un talante inquieto y mundano.

Pero tambi�n tuvo cierta estabilidad con su tercer marido, Maurice Goudeket, con quien se cas�, 10 a�os despu�s de conocerse, en 1935. Era Goudeket un jud�o al Colette que salv� de las garras de los nazis gracias a Sacha Guitry. �l estuvo a su lado, con su hija, en su lecho de muerte, cuando Colette falleci� en Par�s, en 1954, despu�s de soportar a�os y a�os una artritis de cadera que, al final, la mantuvo inmovilizada. �A ella!

Anagrama public� D�o (1934) hace 33 a�os y ahora la reedita con pr�logo de Milena Busquets. Un hombre descubre una carta que se�ala la infidelidad de su mujer, un episodio ef�mero en una relaci�n feliz que tendr� muy graves consecuencias. Puro Colette.

1 Comentario

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Una mujer adelantada a su �poca. Era tan extraordinaria que a pesar del tiempo transcurrido su legado contin�a vigente.