Cuando Ayrton Senna salvó la vida de Erik Comas en 1992
El piloto de Fórmula 1, Ayrton Senna, al volante de su McLaren.
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F1

El día en el que Ayrton Senna le salvó la vida a un rival

Durante los entrenamientos del GP de Bélgica de F1 de 1992, Erik Comas perdió el conocimiento al chocar contra la barrera. Se evitó lo peor gracias a la intervención de un hombre: Ayrton Senna.
Por Etienne Caillebotte
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Erik Comas, piloto de F1 entre 1991 y 1994, tardó 10 años en expresar con palabras el trauma que precipitó el final de su carrera: la muerte de Ayrton Senna. El 1 de mayo de 1994, cuando el piloto brasileño chocó contra las protecciones de la curva Tamburello a más de 200 km/h, Comas estaba en los boxes. No se le informó de la tragedia ocurrida a unos cientos de metros del garaje de Larrousse. “Un coche me golpeó por detrás y me dañó el alerón, que hubo que cambiar", recuerda el corredor francés. “Ni mi equipo ni yo mismo éramos conscientes de lo que había ocurrido en la pista unos minutos antes", confesó Erik Comas.
En la confusión, los comisarios le permitieron salir de los boxes a pesar de la interrupción con bandera roja. “Desde el borde de la pista me hacen grandes señales. Veo el helicóptero, la ambulancia, el Williams, Ayrton en la camilla, rodeado por los médicos. Me detengo junto a la ambulancia. El casco de Ayrton está en el asiento, no puedo mirarlo, me duele demasiado. Me quedo allí, postrado. No puedo moverme. Estoy a unos metros de la camilla, a unos metros de Ayrton. Y entonces, de repente, siento que el olor a muerte aumenta. Me paraliza”, explica el corredor francés.
Conmocionado, Erik Comas se retiró y abandonó el circuito. Se enteró de la muerte de Senna unas horas después en el aeropuerto. "Ese día odié la Fórmula 1. La herida en mi corazón se cerró muy lentamente. Pero sé que cada 1 de mayo se reabre".
Si esta tragedia, que ha marcado profundamente a los aficionados a la Fórmula 1 -y al mundo del deporte en general-, le ha dejado "secuelas imborrables", es porque él también podría haber perdido la vida en la pista. Y porque le debe su supervivencia al hombre que vio morir.

El agujero negro de Blanchimont

Fue en 1992 en el circuito de Spa-Francorchamps. En una pista que "separa a los hombres de los niños" -según el ex piloto Dan Gurney- y famosa por la curva Eau Rouge, una de las más técnicas del calendario. En ese circuito Erik Comas estuvo a punto de morir durante los entrenamientos libres del Gran Premio de Bélgica.
A más de 300 km/h en la curva de Blanchimont, perdió el control de su coche y chocó contra el guardarrail. Al ser golpeado por la rueda delantera derecha de su monoplaza, quedó inconsciente en medio de la pista, con el pie sobre el pedal del acelerador. Recuperó la conciencia de camino al hospital y descubrió la identidad de su salvador al ver las imágenes.
"Había perdido el conocimiento, Ayrton se dio cuenta enseguida, se paró e intentó cortar los circuitos eléctricos". Haciendo slalom entre los escombros en una zona que aún no era del todo segura, con los coches circulando a ritmo lento por la bandera amarilla, el brasileño voló en ayuda de su rival arriesgando su vida. Sabe que es el primero en llegar a la escena y que cada segundo cuenta. Era consciente del riesgo que corría, ya que el coche se podía incendiar o incluso explotar. "El aceite y el agua goteaban, tenía 180 litros de gasolina y el motor estaba estropeado", recuerda Erik Comas.
Estaba inconsciente y Ayrton se dio cuenta enseguida.
Erik Comas
Pero otro detalle también habría marcado la diferencia, según Sid Watkins, jefe médico de la F1 desde 1978 hasta 2004. "Cuando llegué al lugar de los hechos, Senna me entregó el casco de Comas y me dijo que le había sujetado el cuello y se había asegurado de que sus vías respiratorias estaban despejadas", explica en su autobiografía ‘Life at the Limit’. Aunque el brasileño tenía fama de ser agresivo en la pista, a veces incluso poniéndose deliberadamente en peligro -sobre todo durante el incidente con Prost en Suzuka-, siempre se preocupaba por las cuestiones de seguridad. Incluso era un "buen estudiante", según Watkins, quien le informaba sobre lo que debía hacer en caso de accidente.
Ayrton Senna perdió la vida el 1 de mayo de 1994 durante el GP de San Marino de F1.

Un fin de semana funesto

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No puedo rendirme, tengo que seguir adelante.
Ayrton Senna
Preocupado por la muerte de Roland Ratzenberger y la violenta salida de pista de su compatriota Rubens Barrichello, Senna volvió a entrevistarse con Sid Watkins en aquel fatídico fin de semana de mayo de 1994. Intentó comprender la situación, consciente del peligro que corrían él y sus rivales. Ese día, Sid Watkins le aconsejó que colgara el mono y le prometió que irían a pescar juntos cuando todo esto quedara atrás. La respuesta del legendario corredor brasileño fue: "Sid, hay cosas que no podemos controlar. No puedo rendirme, tengo que seguir adelante".