Hoja de Niggle
Hoja de Niggle es uno de los cinco cuentos que podemos encontrar dentro del libro Cuentos desde el Reino Peligroso, escrito por J.R.R. Tolkien. En esta obra se puede apreciar un enorme paralelismo entre el personaje principal, Niggle, con aspectos de la vida de Tolkien, al igual que sucede en otra de sus obras, El herrero de Wootton Mayor.
Argumento[]
Esta historia narra la vida de un artista llamado Niggle quien está obsesionado con terminar su obra maestra, una pintura en la que una hoja lleva a un árbol, y éste a su vez a todo un paisaje. Pero Niggle sabe que pronto tendrá que realizar un viaje y que si bien no quiere hacerlo no puede hacer nada para evitarlo. Su mayor preocupación es poder terminar su pintura antes de tener que hacer el viaje, pero cada vez que pinta comienza a ampliar más y más el paisaje y su obra parece no tener fin.
Un día, mientras Niggle está pintando, es interrumpido por su vecino Parish, quien le pide que vaya a llamar a un médico, pues su mujer está gravemente enferma y a un albañil, ya que una tormenta ha roto parte del tejado de su casa, y él no puede hacerlo por su cuenta ya que es cojo. Niggle acepta de mala gana y va en busca del doctor y el albañil en su bicicleta, pero en el trayecto pesca un resfriado y al volver cae enfermo él también. Así que durante un tiempo tiene que quedarse en cama con fuertes dolores de cabeza y no puede continuar con su pintura.
Para cuando Niggle se recupera se dispone a seguir pintando, pero alguien llama a la puerta interrumpiéndolo de nuevo, esta vez resulta ser un inspector de inmuebles, que le comunica a Niggle que debe ayudar a su vecino Parish a reparar su tejado, pues el albañil no a aparecido, y aún peor, le dice que debe usar el lienzo de su pintura como material para la reparación. Por mucho que Niggle no quiera hacerlo no tiene otra opción, ya que así son las leyes en su país. Pero mientras Niggle y el inspector están hablando llega otra persona, el chofer que Niggle había contratado tiempo atrás para su viaje. Sin tiempo para preparar las maletas, pues el chofer le dice que van a perder el tren, Niggle se marcha apenas llevándose una bolsa con algunas pinturas y un cuaderno de apuntes. Pronto llegan a la estación, justo a tiempo para tomar el tren. Cansado y confundido Niggle se queda dormido, ni siquiera recuerda a donde se supone que debía ir. Cuando se despierta el tren ya llegó a la próxima estación y hay un maletero voceando “¡Niggle!” en lugar del nombre de la estación. Niggle se baja a toda prisa, pero cuando el maletero ve que no tiene equipaje le dice que tendrá que quedarse en un asilo. Una vez allí Niggle tiene que realizar trabajos como cavar, de carpintería o pintar de un solo color simples tableros, no le permiten salir, y tiene que quedarse en una habitación a oscuras donde no puede ver a nadie más que a los médicos.
Después de mucho tiempo en el asilo, dos médicos discuten entre ellos sobre la vida de Niggle y deciden que hacer con él, finalmente lo dejan irse. Niggle toma un tren que lo lleva a un lugar donde se encuentra con su antigua bicicleta, comienza a andar en ella y acaba llegando a un tranquilo valle con un hermoso árbol en el centro. Pronto se da cuenta que el lugar donde se encuentra es la obra que había pintado en su casa tiempo atrás. Allí se encuentra con su vecino Parish con quien pasa un buen tiempo construyendo una casa y plantando en el terreno del paisaje. Al final Niggle se marcha a explorar las montañas que se divisan a lo lejos mientras Parish se queda en la casa esperando a su mujer. Mientras tanto en el país en el que vivía Niggle apenas queda una hoja de su pintura, la que es donada al Museo Municipal, pero luego el lugar se incendia y ya no queda recuerdo alguno de Niggle o de su obra.
El cuento termina con la conversación de los dos médicos que Niggle conoció en el asilo, hablando sobre el lugar al que Niggle y Parish fueron a parar. Uno de ellos sugiere que deberían enviar más gente ahí y que tendrían que darle un nombre, el otro responde que el maletero se encargó de eso, que desde hace varios años viene gritando “El tren de Niggle-Parish está a punto de partir”, y que él le envió un mensaje a Niggle y a Parish comunicándoles del nombre. El primero pregunta que opinaron al respecto, y el otro responde—Se rieron. Se rieron, y las Montañas resonaron con su risa.
Paralelísmo entre el Niggle y Tolkien[]
Resulta evidente comparar a Niggle con Tolkien. Es fácil darse cuenta que el viaje que debe realizar Niggle es una alegoría a la muerte. El mayor temor, tanto de Niggle como de Tolkien es no poder terminar su gran Obra Maestra, en el caso de Niggle su pintura antes de su viaje, y en el caso de Tolkien sus libros antes de morir.