Críticas de El gran carnaval (1951) - FilmAffinity
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El gran carnaval

Drama. Cine negro Charles Tatum es un periodista sin escrúpulos que atraviesa una mala racha a causa de su adicción al alcohol, razón por la que se ha visto obligado a trabajar en un pequeño diario de Nuevo México. Cuando un minero indio se queda atrapado en un túnel, Tatum ve la oportunidad de volver a triunfar en el mundo del periodismo. Entonces, en connivencia con el sheriff del pueblo, no sólo convierte el caso en un espectáculo, sino que, además, ... [+]
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Críticas 73
Críticas ordenadas por utilidad
25 de abril de 2012
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡¡Imprescindible!!

Del brillante director Billy Wilder, nos llega esta desgarradora película sobre el mundo del periodismo de masas. Que nos narra una noticia, que NO es noticia, pero que para la gran masa es importante. Hacer de nada, algo, informar de sucesos, de forma intrascendente para atraer al público. Nos muestra cómo los periodistas son insaciables y manipuladores. Siempre quieren más sea o no noticia, no importa. Lo importante es mantener a la gente en vilo con asuntos anecdóticos. Aunque tristemente no haya mucho que contar. Como un aparentemente sencillo rescate puede acabar en tragedia y locura. Disfruten de esta buena crítica al mundo del periodismo más sórdido, al servicio de poderosos grupos de presión mediáticos.

Hay que destacar a un gran Kirk Douglas.
Lostbreak
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1 de octubre de 2007
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ética periodística protagoniza el eje argumental de esta película, donde la lucha entre el interés profesional y el humano asediarán a un joven reportero venido a menos. Como han utilizado muchísimas críticas de gran valía a lo largo de los años, El Gran Carnaval juega con la hipérbole con el fin de destacar hasta lo absurdo un comportamiento que ya de por sí resulta bastante increíble en la realidad cotidiana. El poder de una información manipulada con acierto sigue siendo un arma mortífera para anestesiar o desviar la atención del pueblo hacia aquello que no ponga en peligro la estabilidad social. Combinando humor y drama, el largometraje nos recuerda que hay cosas que se mantienen a lo largo del tiempo. Y lo que nos queda…
MiCRoDiSea
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6 de enero de 2010
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Advertencia: Esta película no resultará agradable a los hombres sin escrúpulos: Falsos amigos, oportunistas y/o tramposos; ni a mujeres ambiciosas y fáciles; tampoco a políticos corruptos, periodistas pusilánimes, acomodados con quien detente el poder… ¡ni a nadie que sienta corroída su conciencia!

En Estados Unidos de Norteamérica, <<EL GRAN CARNAVAL>>, fue muy mal recibido por el público en general y razón no les faltaba: A nadie le agrada mirarse en un espejo donde se vea reflejada su propia máscara. En Europa, la acogieron mejor y tenían una buena razón: Sintieron que el director sólo aludía a la sociedad norteamericana, y eso no sólo los complacía, sino que los excluía de cualquier señalamiento.

Basado en un hecho real, ocurrido en la década de 1920, cuya verdadera víctima fue el minero, Floyd Collins, <<EL GRAN CARNAVAL”, es un filme comprometido, franco, sin pelos en la lengua, y decidido a señalar a los buitres humanos que, ajenos al dolor de persona alguna, aprovechan la oportunidad que se presente para buscar su propio beneficio a como dé lugar. A Wilder se le acusó de mal gusto; había olvidado que, como muchos piensan, “el cine es diversión, fantasía, ensueño”, y se había puesto a plasmar la cara sucia de la hipócrita sociedad. Pero, para nuestro apreciado director, el cine nunca significó el sólo afán de hacer dinero; Wilder anteponía el reflejo de la realidad con la esperanza de que nos hiciéramos mejores; y lo que contó aquí, era completamente cierto, había ocurrido así... y él sólo estaba recreando el carnaval de la desgracia en, La Montaña de los Siete (mil) Buitres.

Charles Tatum (un excelente, Kirk Douglas), el periodista de marras que, vinculado al periódico de Albuquerque, no ve la hora de que le llegue la Gran Noticia, es sólo uno entre miles (quizás millones) de seres egocéntricos que asumen el beneficio propio como lo único que importa en la vida; y por esto, desbordan “inteligencia perversa”, labia y afabilidad, para crear el entramado que les permita mantener los hilos bien amarrados entre sus dedos. Se hacen a un nombre, se codean con los detentores de los grandes cargos... y, al final, sirven al mejor postor contra todo sentimiento y contra todo escrúpulo… aunque estos habrán de surgir cuando quizás sea demasiado tarde.

Sugerencia: Deberías ver esta película aunque tú seas uno de los seres más infelices del planeta. No vas a divertirte y tal vez te veas interpretando a alguno de aquellos personajes, pero, los hombres y mujeres que dan mal ejemplo, en muchos casos sirven para que jamás deseemos ser como ellos… o para que sintamos que no debemos seguir siendo como ellos son.

Y vale la pena que recuerdes esto: No hay ni un sólo pensamiento, palabra o acción tuya de la que Dios no se entere; y es ley suya indefectible que, “todo lo que a otro haces, es a ti mismo a quien se lo haces”.

Título para Latinoamérica: CADENAS DE ROCA
Luis Guillermo Cardona
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25 de enero de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para empezar no se cortan en que este ser de N.Y. sea despreciable, aún teniendo gran conocimiento y ser elegante, aún teniendo gran tratamiento de la noticia, se nos ofrece a un periodista que no sólo parezca embustero en su trabajo, que su mala reputación no sólo se deba a una obsesión por triunfar, y además se le coloca en medio de un pueblo con la última posibilidad de dar el golpe, donde hay mucho aire libre y poco espectáculo, un disco rayado condenado a cadena perpetua en medio de un desierto sin vida.

Y en medio de unas ruinas y de fuertes creencias ancestrales de otra época aparece la víctima del carnaval, entre malos espíritus y asentamientos sagrados encuentra el riesgo evidente como para satisfacer a la curiosidad humana, y para conseguir el Pulitzer... Wilder nos pone en bandeja ese juego de la noticia en que se basa el periodismo y señala a toda una sociedad expectante por tragarse información, al tiempo que propone el dilema moral de la profesión, no ha provocado una noticia, sólo la cuenta...

Una historia suave y sencilla que es exaltada, envuelta en grandiosidad desde que se pone en marcha y coloca magistralmente el importante personaje femenino, enseña con mucha fuerza el poder de la prensa sobre los mediocres, los borregos que ven el telediario iluminados por el cuento de los políticos y las grandes empresas, "El gran carnaval" es extrapolable incluso a las guerras y demás sucesos de la actualidad, por tanto es una película de gran interés instructivo para los que no creemos en el sistema, para los que no entramos en eso de darle a la gente lo que quiere.

Una auténtica burla para los domingueros, el señor y la señora América son la base de la noticia y del dinero de verdad, la vida es así, les pones lo que quieres y ellos pagan, es el circo de los siete buitres, y no hay duda de que tiene gran atractivo más allá de pensar que el protagonista pueda controlar a todo el pueblo y sea experto en todo tipo de oficios, la idea es que quiera redondear el accidente a una semana, aparecen los billetes de 50, dentro de lo divertida que pueda resultar la película, la sensación final es de veracidad.

Gente de todos los estados manejan las palabras de los periódicos cada día, la prensa es infalible en su propósito, tiene la sartén por el mango, todo está arreglado, pero Wilder tiene una venganza sobre la propia del protagonista, las ofertas pierden fuerza con la salud de la víctima, la compasión puede con los tratos, el personaje comienza a pudrirse porque la verdad estorba, la preocupación queda reflejada con esa puñalada como un golpe bajo que no permite batear cuando llega al turno, avanza, pero hacia donde...

El periodismo no entiende de personas, siempre hay alguna guerra que contar, no se trata de una película que se dedique a dramatizar, simplemente con la farsa de los medios y la política ya se dibuja un despacho en N.Y., se trata de lo que hay que hacer para llegar a cualquier puesto de alto rango, todas esas personas que han triunfado en la vida, antes han estado obsesionadas, y muchas o casi todas han estafado o mentido para llegar... aquí el dilema se presenta en forma de neumonía y la resolución personal-laboral juega con el fraude, la moral y la seducción del poder hasta la pérdida del control, agoniza hasta que se cierra arrastrándose, una primera edición para contar la verdad.
stikma
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9 de diciembre de 2008
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y una avaricia que bien puede llevar al suicidio, al cáncer, a la locura: muchas veces se ha contado este tipo de historia, una de las películas más sonada por contener similar fuerza dramática es Corredor sin retorno, 1963, del gran Samuel Fuller, en la que se muestra los riesgos de un periodista que se infiltra entre los pacientes de un manicomio. Pero mientras muchas de estas películas han envejecido mal, El gran carnaval se mantiene lozana, con un brío impresionante, a pesar del tiempo transcurrido.
El voraz personaje de Kirk Douglas se parece mucho a otros que él interpretara, por ejemplo dentro del cine: "Cautivos del mal", o en el boxeo, "El ídolo de barro", y de su propia vida, por él mismo reconocido su afán desorbitado por el éxito. Pero en ningún caso llegó a límites tan brutales como el caso de esta película, inspirado en hechos reales que constantemente sucede en tiempos de guerra.
Y sin ir tan lejos, periodistas hubo siempre capaces de quedarse horas frente a la madre de una niña muerta hasta arrancarle el primer plano más espeluznante: carne de portada, a tan largo resultado que hubo dos casos muy conocidos en España cuya ferocidad en la caza de la noticia negra les dio tanta fama como caída estrepitosa en enfermedades cancerígenas de origen emocional: pagaron caro su reinado.
Pero también es cierto que funciona con mucho vigor la metáfora de lo que es capaz el ser humano por conseguir sus objetivos.
Frente al talento de Wilder en todos los aspectos, el reparto es óptimo, pero nada sería sin la fuerza arrolladora de un tipo tan hábil como brutal encarnado por un magnífico, terrorífico Kirk Douglas.
horacio
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