Cuatro años en el infierno, más abonados que el Barça y una piña para explicar el ascenso del Deportivo | Relevo
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Cuatro años en el infierno, más abonados que el Barça y una piña para explicar el ascenso del Deportivo

El equipo de Idiakez vuelve a Segunda División en un año en el que rondaron el descenso y siempre estuvieron acompañados de su gente.

La fiesta de los jugadores del Deportivo en Riazor. /EFE/Cabalar
La fiesta de los jugadores del Deportivo en Riazor. EFE/Cabalar
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Jornada 8, mediados de octubre. La situación es insostenible. El Deportivo, con una victoria en ocho jornadas, roza el cataclismo. Salva el descenso por un punto y todos los focos apuntan a Imanol Idiakez como el principal responsable. Jornada 36, mediados de mayo. El Deportivo, con una racha inmaculada de 17 partidos consecutivos sin conocer la derrota, completa la fiesta ante el Barça Atlètic, su principal rival, y vuelve a Segunda División cuatro años después. Un sueño hecho realidad. La vuelta de un equipo que cayó a los infiernos para volver. Que sufrió en en el barro, en el abismo del fútbol no profesional. Una ciudad que celebra que toda la espera ha merecido la pena. Ellos nunca les abandonaron.

Se desata la locura en la zona fan del Dépor con el pitido final del árbitro.PEDRO MARTÍNEZ

El Depor comenzó la temporada dando síntomas de nueva hecatombe. Los resultados adversos de las primeras citas devolvían al club al letargo. Idiakez salvó in extremis varias bolas de partido en contra. La gente, poco a poco, empezó a creer. Y a generar liturgias, santo y seña de todos los éxitos recientes en Primera Federación. Por el camino, siempre les acompañaron en un Riazor que peleó semana tras semana con Castalia como mejores afluencias de la competición. Y, lo que es mejor, de la historia de la competición.

Necesitaban un aliciente, que los suyos comenzaran a cosechar buenos resultados. Pronto empezaron a llegar. Los colores de la segunda equipación y el espíritu que inundó el vestuario de optimismo les llevó a viralizar una piña como símbolo de la entidad. La nueva fruta de la pasión. En cuestión de días, lo que empezó como una anécdota en un tuit aislado, del que incluso es difícil intuir su primer origen, se convirtió en miles y miles de usuarios vistiendo sus cuentas oficiales de X en sus nombres más el emoji de una piña.

Lucas Pérez fue uno de los primeros en impulsar esta narrativa, que empezó con la clásica expresión de que el vestuario es una piña y que lucharían contra la adversidad, contra todo y contra todos. El ritual llegó incluso a la radio, donde Manu Sánchez, el entrenador del femenino, comentaba los partidos en la radio con una lata de piña como acompañante.

La plantilla se empapó del espíritu de sus seguidores y entregó a Iano y Mella, dos canteranos, una piña para celebrar su ascenso al primer equipo. La afición, para entonces, ya saboreaba la piña con gusto. Concretamente, el detonante definitivo fue el triunfo ante el Celta B, gracias a los goles finales de Pablo Vázquez y Rubén López. Aquel día, el Deportivo vistió con su segunda equipación, que bien recuerda a una piña: de color amarillo y con el cuello verde.

La afición llegaba al campo con una piña de cartón, al principio de forma moderada. Pero con las semanas, ya incluso llevaban piñas de verdad. En la victoria por cero goles a cinco ante la Sociedad Deportiva Logroñés, la afición lanzó al césped hasta dos frutas, lo que llevó al árbitro a detener el encuentro cuatro minutos y a la intervención de la Policía. Una anécdota para una temporada que ha resultado inolvidable.

Rachas, el sufrimiento final y un premio merecido

Mientras la piña hacía su magia en redes sociales, el equipo funcionaba a las mil maravillas. De enero a marzo, el Deportivo firmó siete victorias consecutivas, la segunda mejor racha del continente, solo superada por el Inter de Milán. Por el camino, eso sí, aún quedaban complicaciones. Por ejemplo, con Lucas Pérez, que pasó al primer plano mediático por un lío de faldas de su vida personal. Hasta tuvo que salir a pedir respeto...

"No me ha gustado nada lo que ha pasado esta semana. Y esto no va para los medios, es un mensaje a nivel social. Esta semana se han metido con mi vida privada y con mi lesión. Quien quiera venir a Abegondo se lo diré. Deciros que… no seamos cómplices, no normalicemos esto porque nadie sabe lo que pasa en la vida privada de nadie. Si a alguien le preocupa la vida de mi hijo, tiene un padre y una madre que lo aman", expuso.

Un episodio que no descentró a un equipo que continuaba en alto vuelo. El triunfo ante el Teruel, frente a la Cultural Leonesa... Un pequeño traspiés contra el Arenteiro, que jugó con su entrenador de porteros de titular. Otro éxito frente al Sestao River. Y el definitivo ante el Barça B, el del ascenso, el de la gloria cuatro años después.

El de la gloria después de rondar el descenso, de estar a diez puntos del líder, de ser pitados por una crisis insospechada... El que supo renacer, resurgir de sus cenizas. El de los 28.346 socios, con un cupo por encima del Barcelona y de doce equipos de Primera División. El de la piña, el que vuelve. El Deportivo de siempre, ahora en Segunda y quién sabe si pronto en Primera. Un gigante dormido que despierta justo a tiempo. Se avecina noche grande en A Coruña.