Claudio, el “tonto” que llegó a ser emperador

claudioA sus 52 años, tras el magnicidio de Calígula, Claudio fue elegido inesperadamente emperador por los centuriones. Así fue como este miembro marginado de la familia imperial, entregado a sus estudios y a los banquetes, se convirtió en el hombre más poderoso de Roma. La historia de Claudio nos fascina porque es atípica, al igual que su persona, y porque su carácter contradictorio constituye todavía hoy una pregunta sin fácil respuesta. POR FRANCISCO GARCÍA JURADO HLGE

A pesar de su fama de tonto, Claudio sigue siendo un personaje enigmático. No había nacido en Roma, sino en la ciudad gala de Lugdunum (la actual ciudad de Lyon) en el año 10 antes de Cristo. Pierre Grimal lo consideraba como un auténtico Jano, un personaje con dos caras. No parece que sus evidentes defectos físicos (quizá poliomielitis o esclerosis múltiple) y su tartamudez lo convirtieran en un individuo también mermado en sus capacidades intelectuales. Muy al contrario, tras esas evidentes cortapisas físicas se escondía un hombre inteligente, tanto que hasta fue capaz de sobrevivir a su sobrino, el sanguinario Calígula. En cualquier caso, es esta ambigüedad la que ha convertido a Claudio en un personaje tan atractivo tanto para los historiadores antiguos, como Suetonio o Dion Casio, como para los novelistas modernos, como Robert Graves.

-Sus familiares

Los testimonios antiguos aclaran poco quién era realmente Claudio, si bien gracias a Suetonio sabemos que su familia tenía una opinión muy negativa de su persona. Tiberio Claudio Druso, más conocido como Claudio, era hijo de un valiente general, Druso, fallecido cuando el niño era muy pequeño y a quien algunos consideraban hijo ilegítimo del propio Augusto, que se había casado con Livia cuando ya estaba embarazada. Su madre era Antonia la menor, quien tras la muerte de Druso ya no volvió a casarse. Tuvo otros dos hermanos, Germánico y Livila, que no compartieron sus defectos físicos. Claudio estaba tan lejos del ideal del joven aristócrata que su madre lo consideraba nada menos que un monstruo (portentum era la palabra latina). Su abuela, Livia, no era mucho más benigna en sus apreciaciones, pues ni se molestaba en dirigirle la palabra, considerando que su nieto era tan sólo merecedor del mayor de los desprecios. Augusto se mostraba acaso un poco más condescendiente con el pobre muchacho, aunque no se arriesgaba a mostrarlo en público por miedo al ridículo de lo que pudiera hacer. Solía decir que con respecto a Claudio siempre sentían incertidumbre.

-Formación

La infancia y adolescencia de Claudio estuvo siempre presidida por la enfermedad. Sin embargo, su precaria condición física, lejos de suscitar piedad, le hizo merecedor de una dura formación a cargo de un rudo pedagogo, un caballerizo de origen bárbaro que no ahorraba con él los malos tratos. No obstante, Claudio mostró una decidida inclinación por la erudición y el estudio. Suetonio habla del gran interés que el joven sentía por las disciplinas liberales, es decir, aquellas a las que sólo podían acceder quienes tenían la condición social de hombres libres, como la Gramática o la Retórica. Fue la Historia la disciplina en la que Claudio empleó sus mayores desvelos. En su novela histórica titulada Yo Claudio, Robert Graves lo imagina en animada conversación con dos importantes historiadores romanos, Asinio Polión y Tito Livio, quien llegó a ser su tutor e influyó enormemente en la propia obra histórica escrita por Claudio. Era en el relato histórico donde Claudio podía expresar libremente sus preferencias republicanas y hasta criticar a Augusto. La torpeza que muestra en otros ámbitos de la vida parece quedar suspendida ante los atinados juicios que el joven Claudio expresa sobre la literatura. Sin embargo, esta actitud tan positiva hacia los estudios, si bien le pudo servir como entretenimiento y vía de escape, no le brindó ningún beneficio en la pésima consideración que de él tenían sus familiares. Su propia hermana, habiendo oído que Claudio podría llegar en un futuro a ser emperador, declaró en público su esperanza de que algo tan indigno para Roma no llegara a ocurrir.

-Pocas expectativas de futuro

Verdaderamente, al margen de algunas predicciones aparentemente delirantes que presentaban a Claudio como futuro emperador, la familia imperial no esperaba que éste llegara a nada dentro de la esfera pública. Su torpeza lo convirtió en un ser marginal y ridículo. En cualquier caso, Claudio ya adivinó desde joven que sus posibilidades de desarrollar una carrera pública eran prácticamente nulas. De esta forma, asumiendo esta función marginal a la que se lo relegaba dentro del lugar más privilegiado para hacer política en Roma, Claudio se dio a las borracheras y al juego, algo que incrementó la mala fama que ya le confería de por sí su propia naturaleza. No obstante, su pertenencia a la familia imperial le proporcionaba una posición privilegiada que algunos grupos quisieron aprovechar. Este fue el caso del orden ecuestre, que acudió a él para que fuera su patrono e intercediera en su nombre, entre otros cometidos, a la hora de poder llevaran el cadáver de Augusto sobre sus hombros. Aún así, el sucesor de Augusto, Tiberio, derogó los honores que se le habían concedido con la excusa de que era un estúpido. A pesar de todas estas cortapisas, Claudio llegó a ejercer algunos cargos políticos, como el del consulado junto a su sobrino Gayo, más conocido por su apodo de Calígula, si bien en esta función tan sólo duró dos meses. Fue durante el ejercicio de este cargo cuando un águila se posó en el hombro derecho de Claudio como clara premonición de su futuro destino como emperador.

No terminó aquí la faceta pública del futuro emperador, pues logró desempeñar otro consulado, ahora por cuatro años. Durante el sanguinario principado de su sobrino Calígula, Claudio ejerció algunos cometidos públicos no exentos de grotesco peligro. Esto ocurrió especialmente tras la conjuración de Lépido y Getulio, que habían planeado, junto a Agripina, la hermana de Calígula, acabar con el emperador. Como Calígula estaba en la Germania, se decidió enviar a Claudio para darle noticia de lo sucedido. Cuando el emperador vio llegar a su tío lo consideró un acto humillante hacia su persona y lo arrojó al río.

-Un emperador a su pesar

La pobre imagen del miembro tonto de la familia imperial era todo un motivo de diversión. Sonadas eran las burlas de las que era víctima en los banquetes, al quedarse dormido por los efectos del vino. Claudio se convertía en la diana de los huesos de aceituna lanzados por otros comensales. Todo ello hacía realmente impensable que Claudio llegase en el año 41 d.C. a ser proclamado emperador, lo que no dejaba de ser una admirable casualidad, como lo califica Suetonio. Claudio tuvo la incierta suerte de encontrarse entre las personas que los centuriones expulsaron de las salas de palacio antes de acometer el magnicidio de Calígula. Sin saber muy bien lo que ocurría, Claudio se refugió en una estancia cercana y al percibir el estruendo se arrastró hasta un balcón para esconderse cobardemente entre los cortinajes. No tuvo, sin embargo, la precaución de ocultar también sus pies, que quedaron a la vista. Un soldado que pasaba cerca quiso saber quién andaba allí y descubrió a un Claudio tan aterrorizado que este cayó al suelo al ser reconocido. El soldado tuvo la ocurrencia de saludarlo como nuevo emperador y lo arrastró consigo hasta donde estaban los demás militares, todavía exaltados por el desconcierto y la sangre fresca. El pintor victoriano Alma Tadema recrea esta escena contraponiendo el triste presente que supone la proclamación de semejante emperador con el glorioso pasado de la batalla de Accio (Actium), que significó la victoria de Augusto sobre Marco Antonio, y que aparece representada mediante un cuadro al fondo de la escena. Tras esta grotesca proclamación, los centuriones se llevaron a Claudio al campamento subido en una litera. La muchedumbre, al verlo pasar, creía, más bien, que el pobre tonto iba a ser ajusticiado, a pesar de no tener culpa alguna. Al día siguiente, ante la presión popular, que reclamaba un nuevo emperador y la ineptitud del senado para reaccionar, Claudio terminó aceptando su proclamación. Tuvo la precaución de ofrecer a los soldados, en pago a su fidelidad, 15.000 sestercios por cabeza. Comenzaba así un principado que duró hasta el año 55, año de la muerte de Claudio.

Las burlas, que definen tanto la vida de Claudio como sus propias dolencias físicas, no terminaron ni tan siquiera al morir. Séneca, que había sufrido el exilio por mandato suyo, se burló cruelmente (y para la eternidad) del emperador fallecido en una obra donde, en lugar de la esperable apoteosis gloriosa, Claudio se convertía en grotesca calabaza y era presentado siempre a merced de sus libertos y de sus esposas. FRANCISCO GARCÍA JURADO



Citar este post
Prof. Dr. Francisco García-Jurado (2016, 15 julio). Claudio, el “tonto” que llegó a ser emperador. Reinventar la Antigüedad. Recuperado 29 de mayo de 2024, de https://doi.org/10.58079/mvb9

Prof. Dr. Francisco García-Jurado

Catedrático de filología latina en la Universidad Complutense de Madrid. Dirige el Grupo UCM de investigación "Historiografía y Recepción de la Literatura Grecolatina en España", ha sido investigador principal del "Diccionario Hispánico de la Tradición Clásica" y actualmente lo es del proyecto "El viaje de las ideas literarias. Historiografía comparada de la literatura clásica".

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22 comentarios en “Claudio, el “tonto” que llegó a ser emperador

  1. Hola , me podría aclarar si cuando expulsa a los magos y judíos , no se estará refiriendo a los cristianos que sería lo más correcto , y lo de los judíos un lapsus de su pluma. Para mí el campo donde se destacaron los judíos , fue la propia Judea donde se revelaban a la autoridad romana .son , por lo tanto , los cristianos que con su fe , eran el verdadero peligro a Roma y la autoridad del emperador.

    • Lo cierto es que lo que tenemos para argumentar son las fuentes históricas, y lo que sabemos es que “Claudio había ordenado que todos los judíos se fueran de Roma” mediante un decreto promulgado en 49 o principios de 50 E.C., en el noveno año de su reinado. El biógrafo e historiador romano Suetonio corrobora este destierro de judíos de Roma.

  2. Fantástico relato. Mi padre me contó esta historia cuando yo era una niña. Ahora que leo estas líneas, entiendo detalles y valoro su explicación, profesor. ¿Cuántos otros Claudios la historia nos habrá heredado hasta el día de hoy? Saludos, maeatro, desde Perú.

  3. Muy bueno el tema.tengo informacion igual en los libros Tacito y Cesar Cantu..apasionantes la pelicula recomendada de neflix…gracias por sus valiosas enseññanzas.desde Bs. AS. Agentina
    Abuelopablo

  4. hola:
    hace muchos años, leí un libro maravilloso, Claudio el idiota, era un hombre muy inteligente a pesar de sus discapacidades físicas. Cuando llega a emperador, segun el libro, le aconsejaron que se hiciera el estúpido para vivir más tiempo.
    Hermosa historia.

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  8. Es verdad que tambien padecia calambres intestinales y dolores de tripa muy Fuertes y por eso mandaba a lso comensales que expelieran ventosidades durante el banquete para asi poder hacerlo el tambien?

  9. muy buen trabajo sobre la vida de los emperadores romanos esa información
    es importante a la hora de buscar información le pregunto si tiene información de un tiempo de hambre que hubo en tiempo de claudio, y si me puede facilitar donde buscarla.

    gracias por su ayuda

    • Gracias por su interés y comenarios. Imagino que este tiempo de hambre que tuvo lugar en tiempos de Claudio tiene que ver con lo que cuenta el historiador Flavio Josefo, que llama “gran hambre” a un hambre de estas características que hubo en Palestina durante el reinado de Claudio (Antigüedades Judías, libro XX, cap. II, sec. 5; cap. V, sec. 2), fechada alrededor del año 46 E.C.

    • Gracias por su comentario, Jaime. De los comentarios que recibo valoro especialmente la educación. Hacer un blog como éste conlleva muchas horas. Naturalmente, unos blogs son mejores que otros, y en ningún caso se está exponiendo un relato definitivo o indiscutible. Ha habido lectores que me han iluminado y desvelado aspectos que antes no había ni sospechado. Reciba un cordial saludo

      • Hola amigo! me gustaría estudiar sobre los tiempo y sucesos importantes del imperio romano, que libros me recomendarías? de ante manos gracias por el articulo .

  10. Gracias por publicar contenido como este!. ☺… En lo personal amo leer sobre historia y más si es de origen romano, o algún dato curioso sobre lo que sea.
    Un saludo desde Tijuana (México), y felicidades muy buena redacción e información!.

    • Es un placer, Diana, recibir comentarios como el suyo, pues nos estimulan para seguir trabajando. Gracias a VD.

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