Baptiste Giabiconi, De 30 años, ha roto su silencio sobre los secretos de la habitación que atesora del hombre con quien compartió sus últimos 10 años, Karl Lagerfeld, uno de los hombres más importantes del mundo de la moda, que murió hace un año. Lo ha hecho a través de un libro, ‘Karl et moi’, En el que muestra su admiración por su pareja, más allá el jugoso hecho de que legó la mayor parte de su patrimonio, colocándolo por delante incluso de su famoso gato Choupette, quien tomó una gran parte de su fortuna.
Karld Lagerfeld quería patrocinar a esta joven modelo bajo su protectorado y, además de ser su amante, lo educó como si fuera su alumno. La diferencia de 58 años entre los dos no impidió que el amor los uniera y la modelo, que también se convirtió en una estrella de la televisión y la música, contó en detalle cómo era su historia de amor. “A los 18 años conocí a este hombre. Vio llegar a este joven, menos ansioso por tener éxito que participar en un impulso, encontrar un horizonte ”, confiesa.
Karld Lagerfeld cambió su vida y es que Baptiste Giabiconi comenzó a trabajar como mecánico para Eurocopter, una compañía de helicópteros, hasta que comenzó a dar sus primeros pasos en la moda gracias al famoso diseñador. Su vida dio un giro de 180 grados, pero dijo que lo suyo era un flechazo y que la edad no era un impedimento: «No lo vi viejo o joven. Pensé que tendríamos toda nuestra vida por delante, él y yo «.
Además de compartir la vida íntima, también comenzó a ser la estrella de sus sesiones de fotos, llegando a bolsillo hasta 17,000 euros por sesión. Esto provocó la aparición de ampollas entre otros alumnos del diseñador, que vivían rodeados de jóvenes enamorados de él y que juraban fidelidad más allá de la figura de un jefe, pero más como un padre. Uno de ellos fue Sébastien Jondeau, con quien Baptiste vivió una temporada de rivalidad para ver quién recibió el favor de Karl Lagerfeld.
El viudo de Karl Lagerfeld ha revelado algunos detalles sobre su vida más íntima. Además de asegurarse de que nunca bebió alcohol, a excepción de sus últimos cinco años de vida, que le gustaba el vino blanco, también explicó que era un hombre dominado por sus pasatiempos. Entre ellos está el hecho de que «En diez años nunca lo vi con el torso desnudo, sin peinarse o afeitarse. Nunca lo encontraste desprovisto. «