Más allá de la Luna (2020)

Importante incursión de Netflix en el terreno de la animación familiar tras la notable Klaus, la compañía de Reed Hastings se ha propuesto competir con la reina de la función Disney, y al mismo tiempo coquetear con el mercado chino, al entregar una historia con personajes con los ojos rasgados.

El film arranca con una familia muy unida, los padres y su pequeña hija Fei Fei, disfrutan muchos los ratos que pasan juntos, con sus historias sobre la luna: el padre la escruta con mirada científica, mientras que la madre cuenta a la niña tradiciones populares sobre la diosa de la luna, triste por al pérdida de su enamorada, y con el satélite comido a pedazos por una curiosa criatura. La muerte por enfermedad de la madre supone un duro golpe. Fei Fei crece y es una vivaz adolescente, pero cuando su padre se presenta en casa con una mujer con un niño, Chin, la reacción es de rechazo, su madre es insustituible. Y poniendo en marcha su inteligencia y espíritu de iniciativa, se empeña en construir un cohete para viajar a la luna y pedir ayuda a la diosa de la luna. Y en efecto, ahí viven singulares criaturas.

Glen Keane, con amplia experiencia como animador de Disney, y ganador de un Oscar al mejor corto animado por Dear Basketball, debuta en el largo como director, con el apoyo de John Kahrs, y un guión de la prematuramente fallecida Audrey Wells, el film está dedicado a su memoria. Entrega un film muy colorido, canto a la unidad familiar, y que se atreve a tratar un tema tan delicado como es el de la muerte y el modo de sobrellevar la pérdida de los seres queridos. Sin duda es algo que diversos filmes animados han abordado para mostrar a los más jóvenes que la muerte forma parte de la vida, vienen a la cabeza Bambi, El rey león, Up y Coco.

La narración combina tonos diversos y una amplia galería de personajes. Tiene encanto la aportación en el capítulo humorístico del pequeño Chin, un niño travieso y siempre optimista, al que su probable futura hermana considera un pesado, y que es un hacha con el ping pong y cree fervientemente que tiene superpoderes. Está la parte fantástica del folclore chino, unida a las criaturas de fantasía que pueblan la luna, muy estilizadas, en un mundo por el que Fei Fei parece moverse como Alicia en el País de las Maravillas, sobre todo en el primer encuentro con la diosa, junto a curiosos personajillos entusiastas que nos hacen evocar a los soldados-naipes. También algunas conversaciones y consideraciones retrotraen a “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry. Son referencias e inspiraciones bien traídas a cuento, a las que se suman los preparativos del viaje lunar, inspirados en los trenes de alta velocidad, o las diversas canciones que atraviesan la cinta, muy en la tradición de Disney.