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Sermón de TV

Nuestras convicciones en torno a la crucifixión de Jesucristo

Conozca más aspectos de la muerte del Señor Jesucristo y cómo nos afecta a todos aquí y ahora.

23 de marzo de 2024

En este mensaje, el Dr. Stanley analiza la muerte del Señor Jesucristo y cómo nos afecta a todos aquí y ahora. Puede que nos sintamos muy alejados de los acontecimientos que sucedieron aquel día en el Calvario, pero la crucifixión de Cristo sigue estando en el corazón de la vida cristiana.

Bosquejo del Sermón

NUESTRAS CONVICCIONES EN TORNO A LA CRUCIFIXIÓN DE JESUCRISTO

PASAJE CLAVE: 1 Corintios 2.1-5

LECTURAS DE APOYO: Ezequiel 18.4 | Mateo 27.46 | Lucas 23.42, 43 | Juan 3.16 | Romanos 3.23-25; 5.8; 6.23 | 1 Corintios 1.23-25 | Efesios 1.4, 5 | Hebreos 9.24-26 | 1 Pedro 1.19-21

INTRODUCCIÓN

La cruz es el símbolo del cristianismo, pero es mucho más de los que algunos piensan.

La crucifixión de Cristo es una doctrina muy importante, pues el comprenderla hace posible el que tengamos o no vida eterna. Esta no solo fue la ejecución de un judío en una cruz. Lo que realmente sucedió en ese evento, fue que Dios mismo ofreció la solución al pecado y a la muerte espiritual.

DESARROLLO DEL SERMÓN

La ciudad de Corintios fue uno de los lugares más corruptos de su época, y las creencias que seguían sus ciudadanos era una mezcla de filosofías.

Sin embargo, cuando Pablo llegó a ese lugar, no lo hizo con el propósito de discutir un asunto filosófico, lo hizo porque tenía un mensaje que anunciar. En 1 Corintios 2.2 nos dice: “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado”. Aunque la cruz era tropezadero para los judíos y locura para los gentiles, para los creyentes en Cristo es poder y sabiduría de Dios (1 Co 1.23, 24).

El apóstol Pablo estaba convencido de que el tema de la crucifixión era lo más importante. Tener convicción en torno a algo es estar tan plenamente convencido de que ese algo es cierto, que lo defendemos sin importar las consecuencias. Como creyentes, debemos conocer lo que sucedió en la cruz para entender lo que la crucifixión de Cristo significa para nuestra vida.

La crucifixión fue el plan de Dios

Aunque tanto los judíos como los romanos tuvieron un papel importante en este evento, todo ocurrió de acuerdo al plan que Dios ya había trazado de antemano, en relación a la muerte de su Hijo.

  • 1 Pedro 1.19-21. Al hablar de la sangre de Cristo derramada por nosotros, Pedro nos dice que “con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios”.

  • Efesios 1.4, 5. “Según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor habiéndonos predestinados para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad”. Mucho antes de la creación y de que el pecado hiciera su entrada, ya Dios tenía un plan trazado para nuestra redención. La cruz fue el medio que usó para cumplir su plan de salvación.

El plan de Dios para la crucifixión de su Hijo fue motivado por tres aspectos:

  • Nuestra pecaminosidad. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Ro 3.23).

  • Su amor. “Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Ro 5.8).

  • Su justicia. El Señor ha decretado en Ezequiel 18.4 que “el alma que pecare, esa morirá”. Aunque nos ama y desea que seamos salvos. “Porque la paga del pecado es muerte” (Ro 6.23). Dios no puede ignorar nuestro pecado, pues no sería justo y, por tanto, iría en contra de su propia naturaleza.

En la crucifixión se interceptan nuestro pecado, la justicia y el amor de Dios.

Cristo murió en la cruz para pagar por nuestros pecados. En el Antiguo Testamento, los sacrificios de animales representaban el sacrificio final que algún día sería hecho para expiar los pecados de la humanidad. Como consecuencia del amor de Dios por nosotros, Él envió a su Hijo al mundo a morir en la cruz, para pagar la deuda que teníamos. Solo Él podía hacerlo, pues era Dios hecho carne, y nunca pecó. Todo nuestro pecado fue puesto sobre Él, mientras moría para satisfacer la justicia divina.

La cruz es el centro de la vida cristiana.

La crucifixión es el suceso divino por medio del cual somos salvos. Solo la sangre de Cristo puede limpiar nuestro pecado y reconciliarnos con el Padre celestial. Aunque los judíos y los romanos vieron la crucifixión como la ejecución de un criminal, para Dios fue la expiación perfecta del pecado de la humanidad.

El sacrificio de Jesucristo fue superior a todos los anteriores (He 9.24-26). En los tiempos del Antiguo Testamento, el sacerdote entraba al templo cada año para ofrecer la sangre de animales. Pero Cristo solo entró una vez en el lugar santo celestial para llegar ante Dios “por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado” (v. 26).

El pecado es malo y no podemos ignorarlo o tratar de excusarlo. Aquellos que mueren en pecado sin Cristo pagarán la condenación de pasar la eternidad separados de Dios. Nuestro pecado fue la razón por la que Dios envió a su Hijo a morir por nosotros.

La crucifixión fue el único momento en el que una de las personas de la Trinidad se vio separada de su divinidad.

Mientras Cristo estaba en la cruz, clamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mt 27.46). Fue en ese instante en el que el pecado de toda la humanidad fue puesto sobre Él. Y no solo tuvo que llevar toda esa carga sobre sí, sino que por primera vez fue separado de su Padre celestial.

La crucifixión fue un suceso que nunca podrá ser duplicado y nunca necesitará ser repetido.

La muerte expiatoria de Cristo sucedió en un día y en un momento en la historia. Fue más que suficiente para pagar los pecados de toda la humanidad. El Señor no tendrá que sufrir o morir nuevamente.

La muerte de Cristo cubrió el pecado de todos.

Nada se puede comparar con lo que Cristo alcanzó en la cruz, y no necesitamos nada más para que ser salvos. Su crucifixión hizo posible que aquellos que creen en Él sean perdonados. Y aquellos que lo hacen, reciben la seguridad de la vida eterna, pues sus nombres son escritos en el libro de la vida del Cordero.

Ese día se levantaron tres cruces en el Calvario. En una de ellas estaba un criminal incrédulo. En la del medio se hallaba el Hijo de Dios, quien pagaba con su vida la salvación de la humanidad. Y en la otra, estaba un pecador arrepentido, quien le dijo a Cristo: “acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lc 23.42). No había nada que pudiera hacer, sino solo creer que Jesús era el Mesías. Y el Señor le respondió: “hoy estarás conmigo en el paraíso” (v. 43). La única manera de ser salvos es por medio de la fe en Jesucristo.

REFLEXIÓN

  • ¿De qué manera cambia su perspectiva de la salvación el comprender mejor lo que sucedió en la cruz? ¿Cómo puede esto modificar su manera de vivir y prioridades?

  • Considere el punto de vista que Dios tiene en cuanto al pecado, y el precio que el Padre celestial y Cristo pagaron para que fuéramos salvos.

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