La mujer que todo hombre quiere

 

 



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LA MUJER QUE TODO HOMBRE QUIERE
(The Woman Every Man Wants)

Argentina-USA, 2001


Dirigida por Gabriela Tagliavini, con Ryan Hurst, Daniela Lunkewitz, Justin Walker, Alexis Arquette, Michelle Anne Johnson, Pat Crawford Brown.



La mujer que todo hombre quiere es una rareza por donde se la mire: pel�cula americana de autor�a argentina, cruza de ciencia ficci�n futurista con comedia ligera, y una historia de amor entre hombre y robot en un Estados Unidos ultrafeminista.

Corre el a�o 2030, la presidenta norteamericana niega el rumor de un affair con un jovencito. Las mujeres est�n a cargo de todo: Estado, empresas, comercio, etc. Esta ser�a la mayor pesadilla de cualquier machista si no faltara agregar m�s datos: los hombres son degradados constantemente por las mujeres, que adem�s son las �nicas con permiso legal para tener humanoides. S�, robots, pero con la �nica funci�n de satisfacer sexualmente a sus due�as. Sumando a esto a la superficialidad y el grotesco que presenta la sociedad, este mundo es una pesadilla para cualquier hombre. O mujer, ya que la directora se ubica en el sitio opuesto a la celebraci�n de lo que describe (una especie de fascismo-feminismo). Gabriela Tagliavini no est� en contra del feminismo, sino a favor de la igualdad que el amor puede proporcionar.

En este contexto sobrevive Guy, un empleado de una empresa de no se sabe qu�, en la que se la pasa inventando cosas incre�bles a base de pl�stico que la empresa ignora por dos motivos: uno, el pl�stico no est� de moda, y dos, a los hombres no se les da lugar m�s que como ayudantes de las mujeres. Encima, Guy est� harto de relaciones superficiales que no le dan satisfacci�n (ni sexual ni sentimental).

La soluci�n que va a encontrar est� relacionada con su obsesi�n por el pl�stico. Como cantaba Charly en La m�quina de hacer p�jaros: "no hay nada mejor que una nena de goma". Sobre todo teniendo en cuenta la evoluci�n tecnol�gica de la producci�n de mu�ecas er�ticas del 2030 antes mencionada. Entonces Guy se acerca al mercado negro de humanoides para hombres y adquiere a Mary, moldeada a imagen y semejanza de su antiguo amor, que muri� al decirle "te amo" y que Guy recuerda en una buena cita a Ultimo tango en Par�s.

De ah� en m�s, la historia de amor, incluido el anhelo de humanidad por parte de la chica-robot.

Desde los t�tulos iniciales (con la directora agregando su apodo detr�s del apellido) se indica que la pel�cula intenta alejarse de la formalidad. Vestuario rid�culo, personajes caricaturescos, colores vivos y fuertes y una m�sica funcional utilizada al estilo de los dibujos animados de Disney moldean un tono de extremada liviandad. No hay denuncia, casi no hay mensaje expl�cito y los s�ntomas del viejo cine argentino, tan lejano en espacio, brillan por su ausencia. Pero tampoco aparecen los clis�s del cine independiente norteamericano de la factor�a Redford ni de la comedia escatol�gico-discriminatoria que tan de moda han puesto los desagradables hermanos Farrelly. Lo mejor, entonces, es la originalidad del film, su alejamiento de convencionalismos pasados y presentes. Y ah� nom�s, las actuaciones: Ryan Hurst y Daniela Lunkewitz, con sentidas composiciones, salvan al film del tedio absoluto.

�Del tedio absoluto? Es que en La mujer... fallan varias cosas. En primer lugar, el humor �ingrediente indispensable de toda comedia� no funciona casi nunca. Segundo, el contenido: la idea de que este es un mundo horrible sin importar el g�nero que lo gobierne, con el amor como �nica salvaci�n posible, si bien esquiva el esquema machismo/feminismo, tambi�n carece de profundidad y se agota antes que el espectador se acomode en la butaca.

Finalmente: el estilo. Tagliavini hace permanentes esfuerzos por acentuar el tono ligero del film, lo que al principio lo torna agradable, pero con el correr de los minutos uno se pregunta cu�ndo va a dejar de juguetear con la tonter�a para subir la apuesta. Esto nunca sucede. Y la impresi�n a la salida del cine es la del irrecuperable tiempo perdido, tanto de la platea como de la directora.

Ramiro Villani