Friendzone (2021), de Charles Van Tieghem

El romántico empedernido y servicial Thibault, que trabaja como enfermero, no da con la mujer de su vida. Una noche en la que sale con sus tres mejores amigas, Lulu, Maud y Alexandra –de las que estuvo enamorado, pero que le rechazaron–, de Despedida de Soltera, conoce a Rose, atractiva diseñadora de ropa para bebés que acaba de romper con su novio. Parecen conectar, así que quedan más veces, y estrechan lazos, viendo películas y compartiendo secretos, pero mientras Thibault se enamora hasta las trancas, Rose sólo le considera un buen amigo, y al final regresa con su ex. Ante tan sonoro fracaso, Lulu, Maud y Alexandra entrenarán al chico para que seduzca a la sujeto de sus anhelos, y deje de verle como hasta ese momento.

Resulta complicado encontrar comedias románticas que aporten alguna novedad al género. Ni de lejos lo consigue esta propuesta francesa, escrita y dirigida para Netflix por el debutante al frente de un largometraje Charles Van Tieghem, pues abusa de tópicos, con protagonista que debe fingir convertirse en un canalla, porque le convencen de que las mujeres sólo se sienten atraídas por los ‘malotes’. Previsible porque se limita a imitar secuencias ya vistas en producciones estadounidenses, el film no consigue en ningún momento su objetivo de tocar la fibra sensible del espectador, y la trama depara pocas risas. Trae a la memoria a la española Pagafantas, de argumento similar, que hacía gala de un humor más inteligente.

El protagonista, Mickaeel Lumière, no logra que su personaje, Thibault, acabe de caer bien, pues el guión le retrata como un quejica, no tan buenazo como se supone, ya que más bien parece un manipulador. Eva Danino (Rose) demuestra magnetismo en pantalla, pero poco más. Quizás se salvan las secundarias, Fadily Camara, Manon Azem y Constance Arnoult, pero a sus personajes les falta algo de tiempo en pantalla. En cualquier caso, el film sirve como entretenimiento ligero y menor, y al menos advierte sobre la importancia de la comunicación, pues de nada sirve lamentarse de la falta de éxito en el amor, si la persona amada no se ha enterado de lo que se siente por ella.