Conocimiento carnal

Difícil no verse reflejado en cualquiera de los protagonistas. Nicholson, que va a ser economista, va de sobrado, de guia sexual, de egoista, a priori, más fuerte. Garfunkel, virgen, que va a ser médico, de ingenuo, de inseguo, el debil. Candice Bergen, virgen, tan inteligente y guapa, que dice espantar a los hombres y fantasea con ser abogada y escritora. El pusilánime, animado por su amigo, aborda a la que parece inalcanzable, en una memorable escena del típico baile americano de universidad, tras el torpe y nada romántico acercamiento carnal, como siguiendo un libro de instrucciones, viene lo peor y que presagia el desastre, su amigo se enrolla con ella a sabiendas, en otro acercamiento carente de pasión o ternura, y la quiere convencer para que 'large' a su amigo. Hay una atrevida y larga secuencia, en la cual, la cámara enfoca la cara de ella, quien mira alternativamente a sus dos novios que estan hablando fuera del objetivo, dirigiendo su mirada con rapidez, esbozando una sonrisa nerviosa, llena de matices y que transmite eficazmente la tensión.
Dos visiones: El Don Juan, incapaz de conprometerse, en el fondo inseguro e impotente. El opuesto, el cándido, que va de sensible y dice se redescubre a través de cada mujer.
Estamos a las puertas de revolución feminista, al principio se menciona el condón, las dos principales protagonistas, 'deciden' quedarse en casa y criar hijos, lo que truncará sus expectativas y sus vidas. Se ha criticado a la peli por desfasada con respecto a la revolución femenina, no tiene nada que ver, más bien, refuerza la idea, de que en la sociedad 'en que vivimos', es previsible que las relaciónes se desgasten, ya hayan empezado de forma zafia, desleal, o sublime, es igual, vemos pasar sus vidas sentimentales sumidos en la mediocridad, insatisfacción, torpeza, inseguridad, fracasados y solos. Aparece el efecto pernicioso de dejar el trabajo y caer en depresión, y una vez más, hay que recordar, que todo ha de cambiar para que nada cambie, si no, a peor, para explotar el nuevo filón de la mujer no emancipada, y recordar, que en España, las mujeres cobran un 20% menos por el mismo trabajo, llevan la mayor carga de la casa y de los niños, por ello, hay más tensión, más fustración y más separaciones y toda una cadena de consecuencias y que el machismo va 'in crescendo' en nuestra juventud, esto es otro tema, desde luego, no es lo que han querido vender.
Al principio, ¡cuánta energía!, cada mujer es un mundo (los hombres ya sabemos como son) y arranca con más o menos fuerza, para terminar alejándose, alzando un tremendo muro de incomunicación.
Ann Margaret, fotógrafo, modelo, independiente, con iniciativa, de perfil alto y una belleza, 'con dos buenas tetas', la pareja qué más le dura al economista (quizás por lo último), es la que termina por dejar su trabajo y la que más sufre hasta caer en depresión, tremendas escenas de alcoba, con intento de suicidio y chantaje emocional (así lo percibe él).
En el cenit de la madurez, nuestro médico, tan cándido como siempre, vistiendo chaleco hippie y con una jovencita a la que le lleva 20 años, parece patético, sigue fantaseando con que le aportan una visión nueva de sí mismo, lo que es obvio, lo reitera, quizás para justificarse y distanciarse de su amigo, tan díscolo y/o fracasado como él y al que considera 'materialista', mientras él va de ‘guay’.
El economista, al final, muestra una película casera con sus mujeres, no son muchas, recalca lo poco que le han aportado, su amigo no quiere ni verlo, y el remate, termina yendo de putas, pero a una especial, una especie de pitonisa – psicóloga, que tiene que ensalzar su ego, para conseguir una erección, recordemos que no existía el viagra.
Película llena de matices, transmite autenticidad cuasi-documental, parecen confesiones, y podemos dar la vuelta a la tortilla, y ponernos en el lugar las mujeres emancipadas, con una posición social alta, con o sin hijos, en la misma dinámica que nuestros protagonistas.

Y tampoco me trago a Nicholson como fracasado absoluto en eso de ligar, (se nota que se interpreta a sí mismo y aunque es cierto que el actor en la vida real siempre anduvo obsesionado con la idea de que el amor le ha sido esquivo, que su historia siempre estaba predestinada a la fatalidad, a algún tipo de desengaño, cualquiera lo diría viendo el gran impacto que causaba entre todas) pero me ha gustado la interpretación que hace el usuario Juan Solo, diciendo que al final Jonathan (Nicholson) tiene que pagar para escuchar lo que quiere oír.