Encuentros

Christone «Kingfish» Ingram, el nuevo príncipe del blues

 

 

En la galaxia del blues todavía existen artistas cuya fama trasciende las fronteras de este género musical centenario y se convierten en estrellas mundiales, más allá de modas y tendencias. Uno de los casos actuales más evidentes es el de Christone “Kingfish” Ingram, que nació en 1999 en Clarksdale (Mississippi) y ha sorprendido a propios y extraños con sus dos aclamados álbumes de estudio editados por Alligator Records.

Incluso ganó el Grammy al mejor álbum de blues contemporáneo en 2022 con su segunda entrega. Ahora vuelve a acaparar titulares gracias a su primer álbum en directo, titulado Live in London, en el que reinventa su repertorio habitual e introduce dos composiciones nuevas. Hemos hablado con este joven prodigio de la guitarra eléctrica para conocer más detalles de este lanzamiento y de su meteórica carrera.

Acabas de presentar tu primer álbum en directo grabado en The Garage el pasado mes de junio.

Sentí que después de dos álbumes de estudio era el momento de hacerlo. Además, mis seguidores querían un álbum en directo desde hacía mucho tiempo. En mis álbumes de estudio acostumbro a grabar en directo con la banda, pero estar grabando en un escenario y con público es algo completamente diferente. Quería hacerlo para las personas que aún no me han visto en vivo.

Incluyes dos nuevas canciones, «Midnight Heat» y «Mississippi Night». ¿Las compusiste durante tus giras?

En realidad, tuve tiempo libre en medio de las giras de los dos álbumes. «Midnight Heat» fue escrita durante la pandemia en una sesión de Zoom con los productores Tom Hambridge y Richard Flemming. Grabamos una demo ese mismo año, así que fue en 2020. Y «Mississippi Night» surgió porque en los conciertos solía improvisar un blues lento en lugar de tocar el blues lento que aparecía en el álbum. Entonces, simplemente necesitábamos un título y se nos ocurrió «Mississippi Night».

¿Tenías en mente algún álbum de blues grabado en directo a la hora de afrontar este proyecto?

He escuchado muchas veces los álbumes Live In Cook County Jail y Live in Zaire 1974 de B.B. King. Pero, honestamente, no hubo ningún álbum en directo que tomara como referente. Lo único que quería era tomar canciones que interpretábamos habitualmente y hacerlas más interesantes, con arreglos diferentes y un sonido distinto, aunque hubieran aparecido en los dos álbumes anteriores.

En tu anterior visita a Inglaterra abriste el concierto de los Rolling Stones en Hyde Park.

Actuamos en Hyde Park y también ofrecimos otros conciertos como cabezas de cartel en el O2 Shepherd’s Bush Empire y el Royal Concert Hall en Glasgow. Una historia divertida fue cuando me crucé accidentalmente con Steve Jordan diez minutos antes de la actuación de los Rolling Stones. Pero, aparte de eso, no tuve la oportunidad de conocerlos en persona. Tenían que seguir muchos protocolos para evitar el contagio del covid. Fue especial porque fuimos la única banda del cartel que ofreció dos sets y pensé: «Esto es genial». Realmente tuvimos la oportunidad de mostrarle al público lo que podíamos hacer. Cada set duró 45 minutos, así que, simplemente, dividimos nuestro set normal en dos partes.

Tu meteórica carrera musical avanza por la línea casi invisible que separa la tradición de la experimentación.

Claro que sí. Intento mantener todo lo que hago dentro de la tradición del blues o incorporar algún elemento del blues en las canciones. Pero, al mismo tiempo, me encantan otras cosas. No puedo disculparme por eso. Estoy influenciado por muchas cosas distintas y es natural que quiera experimentar.

Una de tus actuaciones más inesperadas fue en uno de los episodios de la serie Luke Cage para la plataforma Netflix.

Cuando era más joven me gustaban Marvel y los superhéroes, pero luego la música acaparó toda mi atención. El rodaje de la actuación para esa serie de televisión fue una experiencia realmente genial. Tuve la oportunidad de trabajar con Adrian Young y Muhammad de A Tribe Called Quest. Filmamos alrededor de 8 horas, incluso más.

¿Cuándo conociste a Bruce Iglauer de Alligator Records?

Me crucé con Bruce varias veces antes de que mi nombre se hiciera conocido. La primera vez fue en Beale Street, en Memphis, cuando tenía 13 o 14 años. Luego coincidimos varias veces más. Y cuando mi primer disco estuvo listo, fuimos a visitar algunas discográficas para que lo editaran y Alligator fue una de ellas. Nuestra relación comenzó a partir de ahí.

En tu canción «Another Life Goes By» hablas del racismo sistémico de tu país y de la experiencia de ser afroamericano en Estados Unidos.

En primer lugar, lo que la gente tiene que entender es que todo eso que comentas es el blues de hoy en día. Desde los asesinatos en las calles y las guerras injustas hasta los políticos corruptos, todo eso es el blues de nuestro tiempo. Algunos pueden decir que el blues no es político, pero, originalmente, era una música de protesta. Por este motivo tenemos que hablar de estas cosas.

¿Cuál es la historia de tu famoso apodo?

Me pusieron este apodo cuando estaba en el programa educativo del Delta Blues Museum. Uno de mis mentores originales, que acaba de fallecer, se llamaba Bill «Howl-N-Mad» Perry. Solía poner apodos a los muchachos. Me puso el nombre de Kingfish inspirado por la antigua serie de televisión Amos ‘n’ Andy. Al principio no me gustó, pero cuando la gente del vecindario y de la escuela empezó a llamarme así, el apodo se quedó y ahora me encanta.

 

Texto: David Moreu

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