Calviño, la tecnócrata que gestionó la crisis de la pandemia
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Nadia Calviño, el regreso a Europa de la tecnócrata que gestionó la crisis económica de la pandemia

  • La ministra de Asuntos Económicos presidirá a partir del 1 de enero el Banco Europeo de Inversiones
  • Con una larga experiencia en instituciones comunitarias, regresa a Europa tras cinco años en el Gobierno

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Calviño presidirá el Banco Europeo de Inversiones
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Economía, Nadia Calviño.

La designación de Nadia Calviño como presidenta del Banco Europeo de Inversiones supone la marcha de la principal responsable de la política económica del Gobierno español, al que llegó hace cinco años, y el regreso a Europa de la ministra con un perfil más tecnocrático del Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Calviño, que será la primera mujer y también la primera española en presidir esta institución desde su fundación, en 1958, sale del Gobierno tras un lustro en el que ha tenido que lidiar con una crisis económica sin precedentes a causa de la pandemia y otra energética derivada de la invasión de Ucrania, además de coordinar el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, del que ya se han recibido más de 37.000 millones de euros en fondos europeos.

Nacida el 3 de octubre de 1968 en A Coruña (España), Calviño es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid (1991) y en Derecho por la UNED (2001) y pertenece al Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado.

Su trayectoria está íntimamente ligada a la Administración pública y a las instituciones europeas, a las que se incorporó en 2006 y donde ha ocupado los cargos de directora general adjunta de Competencia (2006-2010) y de Mercado Interior y Servicios (2010-2014), y directora general de Presupuestos (2014-2018).

Llegada al Gobierno

En 2018 dejó Bruselas para incorporarse al primer Gobierno de Pedro Sánchez, en el que ocupó la vicepresidencia tercera y el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, aunque en sucesivas remodelaciones alcanzó la vicepresidencia primera.

Con un perfil eminentemente tecnocrático, su figura se ha consolidado como una de las ministras más reconocidas por su labor económica, incluso de aquellos integrantes del PSOE que miraron con recelo su llegada al Ejecutivo.

Aunque más difícil ha sido su relación con el socio en el Gobierno de coalición -antes Unidas Podemos y ahora Sumar-, especialmente con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, con quien ha tenido sonados desencuentros respecto a la subida del salario mínimo, el alcance de la reforma laboral o la entrada de capital saudí en Telefónica.

La última desavenencia ha surgido en los últimos días, pero llevaba fraguándose más de un año. Ha sido a cuenta de la reforma del subsidio de desempleo, que Economía quiere acortar para incentivar la búsqueda de empleo, mientras que Trabajo aspira a mejorar su cuantía respecto a la actual.

Salto a la política internacional

Los desacuerdos no han impedido que Calviño defienda con la misma vehemencia que Díaz la reforma laboral a la que ambas atribuyen el dinamismo del mercado de trabajo en un contexto de desaceleración económica.

Los empresarios la buscaron como aliada durante la negociación de la reforma laboral, pero pusieron distancia cuando el Gobierno apostó por aplicar gravámenes adicionales a la banca y las grandes energéticas.

Calviño nunca ha ocultado su ambición por dar el salto de la política doméstica a la internacional, como cuando en 2019 España presentó su candidatura a directora gerente del Fondo Monetario Internacional, aunque la retiró en aras de conseguir un candidato europeo de consenso.

A mediados de 2020 estuvo cerca de hacerse con la presidencia del Eurogrupo, pero finalmente la perdió pese a contar con el apoyo del eje francoalemán.

Ahora ha conseguido el consenso de los países de la UE de presidir el BEI, aunque por el camino ha encontrado una rival fuerte en la excomisaria europea Margrethe Vestager. La política danesa no dudó en viajar en septiembre a Santiago de Compostela a una reunión informal de los ministros de Finanzas para hacer oposición a Calviño, que por un momento pensó que podría ser elegida para el puesto en su tierra natal.

"Es un honor y un orgullo ser elegida para un puesto tan importante, lo que confirma el respeto, el aprecio y el liderazgo de España en el ámbito europeo y también internacional, logrado por el intenso trabajo de estos años", ha asegurado Calviño este sábado en un vídeo en su cuenta de la red social X.

"Es la primera vez que España va a estar a la cabeza del Banco Europeo de Inversiones, el banco público más importante del mundo, con un papel clave para impulsar las inversiones en la Unión Europea y que será aún más importante en el futuro para financiar la transición ecológica, la reconstrucción de Ucrania tras la guerra e impulsar el papel de Europa en el mundo, financiando todos aquellos proyectos que nos permitan impulsar una economía más innovadora", ha añadido la ministra, quien se incorporará a su nuevo cargo el 1 de enero de 2024.