Joe Metheny: la vida del caníbal asesino que vendía hamburguesas con la carne de sus víctimas
Asesino en serie

Joe Metheny: la vida del caníbal asesino que vendía hamburguesas con la carne de sus víctimas

El hombre reconoció haber cometido al menos 10 homicidios. La historia de una persona llena de carencias que abusaba de sus víctimas y después las despedazaba para poder vender su carne. " Simplemente lo disfruté todo", llegó a decir durante el juicio.
Joe Metheny nunca llegó a sentir culpa por todo el daño realizado a sus víctimas. 

Joe Metheny nunca llegó a sentir culpa por todo el daño realizado a sus víctimas. 

A simple vista, Joe Metheny parecía un hombre "común". Pero detrás se escondía un verdadero asesino serial que hacía hamburguesas con la carne de sus víctimas. Sí, como leyeron. La crueldad humana en su máxima expresión. Otra historia más gobernada por el horror.

A Metheny llegaron a llamarlo "el hamburguesero" y también lo conocían como el asesino caníbal. Dos apodos que describen a la perfección la vida de un hombre que nunca llegó a sentir culpa por todo el daño realizado.

Metheny nació en la ciudad de Baltimore, la ciudad más poblada del estado estadounidense de Maryland. Era hijo de padres trabajadores que tenían sueldos básicos y actividades normales. Metheny llegó a prestar servicio en el ejército de los Estados Unidos cuando cumplió 18 años. Tenía una vida tranquila, una esposa, un hijo y un trabajo estable. Pero en su ADN, siempre fue un hombre que estuvo lleno de carencias. Y esas carencias lo llevaron a cometer las peores acciones.

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Joe Metheny siempre dejó en claro que no se arrepintió de sus crímenes.

Joe Metheny siempre dejó en claro que no se arrepintió de sus crímenes.

Metheny llegó a reconocer que fue descuidado cuando era chico, también dijo que su padre tenía grandes dificultades con el alcohol y que murió en un accidente automovilístico cuando él tenía seis años. De su madre dijo que siempre había descuidado de sus hijos por tener que trabajar todo el día.

Los primeros problemas

En julio de 1994, Metheny se enteró que su esposa era adicta al crack, una de las drogas más adictivas. Ella lo dejó y también se llevó a su hijo de seis años.

Metheny los buscó por todos lados. Después de seis meses, se enteró que su exesposa vivía con quien le proveía las drogas. Nada resultó igual en su vida. El fue en busca de venganza. La pesadilla empezó cuando se enteró que las autoridades habían puesto en adopción a su hijo luego de acusarlos de negligencia y de abuso infantil. Metheny culpó a su exmujer por perder a su hijo. Quedaba poco por hacer: él tampoco podía recuperarlo debido a su historial criminal.

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Joe Metheny se acercaba a personas que estaban en extrema vulnerabilidad.

Joe Metheny se acercaba a personas que estaban en extrema vulnerabilidad.

Todas esas circunstancias aceleraron en Metheny una serie de crisis. El detonante fue cuando descubrió que su familia estaba viviendo con la persona que le proveía drogas. Bajo ese contexto, el hombre buscó venganza. Primero lo hizo con un grupo de personas que frecuentaba su expareja. Las primeras víctimas fueron dos dealers en situación de calle. Descontrolado, Metheny los asesinó debajo de un puente y después escondió sus cuerpos.

En la mente de un caníbal asesino

En su cabeza, el hombre siempre lo tenía todo planificado y estructurado. No se acercaba a cualquier persona. Lo hacía con aquellas que estaban en extrema vulnerabilidad. Era el momento en el que soltaba su discurso con el objetivo de atraer más a sus víctimas.

Después, Metheny actuaba con mucha cabeza fría. Los secuestraba, los mataba y luego el horror: separaba los miembros y extremidades de esos cuerpos para comer de esa carne como si se tratase de cualquier animal. Pero ahí no termina la cosa. No conforme con todo el daño cometido, el hombre iba por más y hasta llegó a poner un puesto de comida para vender las hamburguesas que hacía con los restos de sus víctimas.

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Metheny comenzó a sentir fascinación por los asesinatos

Metheny comenzó a contratar prostitutas de las que abusaba y posteriormente asesinaba. Aunque fue sospechoso de varios casos, al hombre nunca le pudieron imputar ninguno. Poco a poco, Metheny comenzó a sentir fascinación por los asesinatos, así que un día decidió asesinar a dos chicas por placer. Cuando terminó, las preparó para dejar su carne lista para comerla. Luego se le ocurrió la idea de abrir un puesto de hamburguesas y con una impunidad total, vendía su carne ahí.

“Corté la carne y la puse en unos táper en el freezer. Abrí un pequeño puesto de carne a cielo abierto. Comí auténticos sándwiches de roast beef y cerdo. Ellos eran muy buenos. El sabor del cuerpo humano era muy similar al del cerdo. Si se mezclan, nadie puede notar la diferencia “, afirmó Metheny en su juicio. Y todo lo dijo con absoluta tranquilidad y naturalidad.

“Simplemente lo disfruté”

En 1996, Metheny secuestró a Rita Kemper, que pudo sobrevivir a los fuertes golpes que recibió por parte de Metheny y logró escapar. Como pudo, la mujer llegó a una comisaría y dio aviso a la policía de todo lo sucedido. Durante el juicio, Metheny llegó a decir: “Las palabras ‘lo siento’ nunca saldrán, porque serían una mentira. Estoy más que dispuesto a dar mi vida por lo que he hecho, para que Dios me juzgue y mándame al infierno por la eternidad. Simplemente lo disfruté todo”.

Su destino era la pena de muerte, aunque luego esa decisión fue revocada. Metheny fue condenado a doble cadena perpetua, ya que de todos los crímenes que confesó solo dos de ellos pudieron ser comprobados y atribuidos por la policía. Tras pasar más de 20 años en prisión, un día Metheny fue encontrado muerto en su propia celda. Fue el 5 de agosto de 2017.

Nunca estuvo claro la veracidad sobre la cantidad de personas que había matado. Metheny dijo que había matado unas diez personas. Su abogado llegó a afirmar que estaba un poco arrepentido y se escudó en que las drogas y el alcohol habían modificado su personalidad y que eso lo habían vuelto un hombre violento.

Durante el juicio, el hombre caníbal llegó a reconocer: “Bueno, esta es mi historia, horrible pero cierta, así que la próxima vez que vayas por la ruta y te encuentres con un puesto de hamburguesas que nunca hayas visto, piensa bien en esta historia, ya que nunca sabes a quien puedes estar comiendo”.