Desvelada por fin la procedencia de Vera en 'La Promesa': "Sé perfectamente quién eres"

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El episodio anterior de la serie La Promesa, que La 1 de Televisión Española emitió el día de ayer a las 17:30 horas, dejó a todos los espectadores expectantes de la respuesta del personaje de Jana, a la inesperada proposición de matrimonio que le hizo Manuel. En el capítulo de este jueves, la sirvienta enamorada ha hablado por fin, mientras que una de sus compañeras podría estar obligada a contar más de lo que quisiera.

"¿Me estás hablando en serio?", ha preguntado Jana al comienzo del episodio de hoy, del melodrama protagonizado por Ana Garcés, Arturo García Sancho y Eva Martín. La criada le ha recordado a Manuel que ellos no podían casarse por la diferencia social que existía entre ambos. "Es una idea disparatada", ha comentado la joven, a lo que Manuel le ha dicho que no era imposible. "El amor que he sentido por ti no lo he sentido por nadie en toda mi vida", ha confirmado el aviador.

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Jana ha pedido a Manuel que le volviese a preguntar lo mismo, para poder recordarlo toda la vida. El hijo de los marqueses ha formulado la misma pregunta, y ella ha contestado: "Sí, Manuel de Luján, sí quiero". El enamorado le ha puesto a Jana el anillo de compromiso en el dedo, y le ha dado un apasionado beso, olvidando por completo que cualquiera podría verles en la entrada del palacio, aunque fuese noche cerrada.

A la mañana siguiente, Manuel le ha contado las novedades a Blanca. La fotógrafa se ha ilusionado al saber que la sirvienta había dicho que sí. "No sabía si aceptaría", ha comentado el atrevido noble, que dudaba si su amante estaría dispuesta a soportar todo lo que se le venía encima, especialmente el odio de su madre. Pero en estos momentos, a Manuel le daba igual todo aquello. "No he tenido nada más claro en mi vida", ha dicho él, aclarando que los convencionalismos sociales que le importaban a su madre, a él, no le importaban nada: "Si hay que pelear, se pelea".

La gran confesión de Curro

Jana, sin embargo, no ha podido dejar de pensar en las intenciones de Curro de alistarse en el ejército. La hermana quería volver a intentar convencerle de lo contrario, y María Fernández ha propuesto que fuese Salvador quien le contase los horrores que él mismo experimentó en la guerra de África.

Manuel también ha hablado con su primo, y ha decidido mantenerse al margen de su decisión. No obstante, el aviador ha querido saber qué le había empujado a Curro a marcharse. El chico ha respondido que había sido la responsabilidad como ciudadano, pero Manuel no se ha creído ni una palabra: intuía que se trataba de un desengaño amoroso. Manuel ha animado a que le contase quién era aquella dama, y aunque el primo se ha negado en un comienzo, la insistencia del heredero ha provocado que Curro confesase: "Es Martina". ¿Sabrá guardar Manuel el secreto? ¿Fingirá Jana que no lo sabía, si decide contárselo?

Pelayo, dividido

Por otro lado, Cruz ha recordado a Alonso que Catalina estuvo a punto de echar por tierra el apellido de los Luján con el escándalo del contrabando de armas. La marquesa ha propuesto que fuese Lorenzo quien se quedase al frente de la empresa de mermeladas, pero Alonso ha pensado que el militar ya les había traicionado demasiadas veces, y que deseaba cumplir con el plazo que le había impuesto a Catalina para reflotar el negocio.

Catalina ha explicado a su padre y a Pelayo sus intenciones de expandir el proyecto. La chica quería invertir en más cocineras, en una red de contactos y en anuncios publicitarios. Para financiarlo, le ha pedido al conde de Añil que le cediese el dinero del contrabando de armas, y así poder subsanar sus propios errores. Pelayo le ha seguido la corriente, pero la realidad es que ese dinero ya estaba en posesión de Cruz. ¿Se sincerará el conde sobre el chantaje que sufrió y el turbio plan de su madrastra?

Pía ha amenazado a Petra: "Sus días en La Promesa están contados"

Obedeciendo a su esposa, Alonso, por su parte, ha propuesto a su hija que se tomase un descanso y se alejase del negocio. Catalina no se esperaba esas palabras de rendición de su padre, y el marqués ha hecho hincapié en que no entendía qué hacía todavía con Pelayo, después de lo que el muchacho le había hecho. Pese a todo, Alonso ha recordado a Cruz que "las dichosas mermeladas" no eran lo más importante que estaba pasando ahora en La Promesa, "aunque a ti te lo parezca, y no sé por qué", ha cuestionado el patriarca.

Secretos y amenazas

Una buena noticia ha llegado también en el capítulo de hoy: parece que la fiebre de Dieguito ha remitido. No obstante, Petra ha aparecido por la puerta para indicarle a Pía que debía acudir al encuentro de la señora marquesa, quien quería hablar con ella. "Puedo intuir de qué se trata", ha reconocido la doncella, que ha advertido al ama de llaves de que quizás se quedaría ella también con su hijo en la casa de Beni.

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"A estas horas ya debe estar despedida y en la calle", ha comentado después Petra a Ricardo. Pero Pía estaba ya sentada en la mesa del comedor del servicio, y ha explicado que la marquesa ya sabía que Dieguito estaba en La Promesa, pues Pellicer se lo había contado a Alonso. Gracias a la intermediación del mayordomo y del marqués, Cruz no se había atrevido a despedirla.

A solas, Pía le ha preguntado a Petra si acaso estaba decepcionada, y la doncella ha comentado que era bochornoso que una infracción de aquel calibre quedase sin castigo. Pía ha arremetido contra ella, advirtiéndole de que su poder con Cruz llegaba a su fin, y que si seguía aquel camino, se encargaría de que le viniese de vuelta todo lo que ella maquinaba. "Sus días en La Promesa están contados", ha amenazado la madre de Dieguito.

Por último, Vera le ha dicho a Santos que no le gustó en absoluto su intento de besarla. "Eres un acosador, Santos Pellicer", le ha dicho a la cara. El hijo de Ricardo se ha envalentonado, y ha hecho una encerrona a la sirvienta: "Se acabó la tontería", ha amenazado el recién llegado, "sé perfectamente quién eres. ¿Cuánto va a durar esta farsa? Sé que eres la hija de los duques de Carril". ¿Chantajeará Santos a Vera con desvelar públicamente aquella verdad? ¿Pasará Vera, algún día, a vestir como la noble que es, o dejará a Lope con tal de que Santos no revele nada?