Frida Hansdotter (13-12-1985, Vasteras) no ganaba un slalom desde el 10 de enero de 2017, cuando se impuso en la bajada de Flachau. Desde entonces se han disputado 13 pruebas de la Copa del Mundo de esa especialidad, de las que Mikaela Shiffrin ha ganado ocho, entre ellas todas las de esta temporada menos las dos que le rasc� la eslovaca Petra Vhlova.
Pero el oro ol�mpico est� en el cuello de la sueca. El grito con el que celebr� su tiempo al cruzar la l�nea de meta, aunque a�n quedaba por bajar la suiza Wendy Holdener era la expresi�n de que estaba viviendo el momento m�s grande de su carrera.
Ganadora de cuatro pruebas de la Copa del Mundo, todas en el slalom, desde que el 2 de febrero de 2015 se impusiera en la eslovena nieve de Kransjka Gora, Hansdotter ha destrozado todos los pron�sticos que colocaban a Shiffrin como imbatible en un carrera fetiche.
Fr�a por encima de la media de lo g�lido que ya se suponen a los escandinavos en general, Frida es la tercera sueca en tocar el oro ol�mpico despu�s de los dos que gan� la gran Pernilla Wiberg y el de Anja P�rson en Tur�n en 2006.
El deporte le viene a Hansdotter de cuna. Su padre, Hans Johansson, form� parte del equipo sueco de esqu� alpino en aquellos a�os en los que nadie pod�a competir con la gigantesca figura de Ingemar Stenmark. Tras probar el esqu� de fondo, las pruebas a caballo y el f�tbol, fue el esqu� alpino el que centr� la atenci�n de una chica que en categor�as inferiores gan� mucho, pero cuyos pasos han ido m�s despacio desde que en 2004 apareciera por primera vez en la Copa del Mundo (el Gigante de Soleden que gan� su compatriota Anja P�rson).
Pero ese ir m�s despacio tiene parte de su explicaci�n en la lesi�n de ligamentos cruzados que la tuvo parada durante cinco meses en 2005. La lesi�n la hizo m�s fuerte mentalmente y trabaj� duro para que su cabeza no tuviera nunca un hueco para el recuerdo del d�a que oy� el crujido que tanto la impresion�.
Frida tiene la man�a de pintarse las u�as el d�a antes de competir y tiene ciertas man�as con los colores de los petos seg�n la prueba que afronte. No hace mucho dec�a que a ella lo que le gusta de verdad es la sensaci�n de velocidad sobre los esqu�es, las mariposas en el est�mago cuando ve la pendiente desde arriba y que un t�tulo ol�mpico o del mundo ser�a s�lo un bonus. Desde el 16 de febrero tiene ese gran premio extra, el que nadie contaba con otra due�a que no fuera Shiffrin, la que tantas veces la dej� a las puertas de la victoria. La m�s grande, la ol�mpica, es suya.