Cuestionar el mundo

René Magritte, un pintor surrealista entre lo real y lo imaginario

Entre este grupo de artistas belgas reunidos en casa de Victor Servranckx (en el centro de la fila de arriba), aparece René Magritte (arriba izquierda) y Georgette Berger (abajo izquierda), quien fue su pareja sentimental.

Entre este grupo de artistas belgas reunidos en casa de Victor Servranckx (en el centro de la fila de arriba), aparece René Magritte (arriba izquierda) y Georgette Berger (abajo izquierda), quien fue su pareja sentimental.

Foto: CC

Nacido el 21 de noviembre de 1898, Rene Magritte fue un pintor surrealista cuyas obras, a diferencia de las de otros artistas adscritos al mismo movimiento, no tenían una inspiración totalmente onírica. La obra del artista belga filtraba la realidad consiguiendo, por un lado, imágenes sorprendentes e ingeniosas, y por otro, el cuestionamiento mismo de esa realidad. El arte de Magritte busca la ambigüedad y bucea en la relación entre lo pintado y lo real. En sus propias palabras: "Para mí la idea de un cuadro es la concepción de una o varias cosas que pueden hacerse visibles mediante mi pintura… La idea no es visible en el cuadro: una idea no puede verse con los ojos".

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Marcado por la tragedia

Sabemos muy poco acerca de los primeros años de Magritte, aunque lo más relevante de su infancia fue la complicada relación que mantuvo con su madre, a la cual su padre encerraba en una habitación porque llevaba varios años intentando quitarse la vida. Un día su madre logró escapar y estuvo deambulando perdida durante varios días hasta que fue hallada muerta en el rio Sambre. Se dice que el propio Magritte estuvo presente cuando el cuerpo fue recuperado del agua con un camisón enrollado en la cabeza que le ocultaba el rostro. A pesar de que el propio artista rechazaría años más tarde la interpretación de que una de sus obras mas importantes, Los amantes, de la cual hay dos versiones, estuviera influenciada por aquella imagen, se dice que otras obras suyas como La astucia simétrica, La invención de la vida, Homenaje a Mack Sennett o La filosofía en el dormitorio, podrían haberlo estado también.

Se dice que el joven Magritte estuvo presente cuando el cuerpo de su madre fue recuperado del agua con una camisa enrollada en la cabeza que le ocultaba el rostro.

Rene Magritte se inició en la pintura en una academia de la ciudad belga de Châtelet, y en 1915 empezó a realizar sus primeras obras impresionistas exponiendo por primera vez en el Centro de Arte de Bruselas en 1920 junto al artista Pierre-Louis Flouquet, con quien a la vez compartía estudio. Al finalizar el servicio militar trabajó temporalmente como diseñador en una fábrica de papel y en 1923 participó en una exposición en el Círculo Real Artístico con los artistas Lissitzky, László Moholy-Nagy, Lyonel Feininger y Paul Joostens. Su obra entre los años 1920 y 1924 está claramente influenciada por el cubismo, el orfismo el futurismo y el purismo, lo cual se evidencia en el modo en que trata algunos temas como la vida moderna, las formas tridimensionales y el color. En 1922, Magritte quedó enormemente impresionado por una reproducción de La canción de amor del artista griego Giorgio de Chirico, y a partir de 1926 aparcó sus influencias anteriores para basar su estilo surrealista en la metafísica del artista griego.

El surrealismo de Magritte

Mediante su técnica de colocar objetos familiares y triviales, como sombreros de jugador de bolos, tubos e incluso rocas en contextos insólitos, Magritte evoca el misterio y la locura para desafiar la percepción. Con obras como El jockey perdido o El asesino amenazado, Magritte se convirtió de la noche a la mañana en uno de los artistas más importantes de Bélgica, encontrándose en el centro del naciente movimiento surrealista de su país. Desgraciadamente para él, su primera exposición individual en la Galería del Centauro en 1927 fue mal recibida, por lo que decidió dejar Bélgica para trasladarse a Francia. Magritte se estableció en Perreux-sur-Marne, un suburbio París, y muy pronto empezó a relacionarse con algunos de los más ilustres fundadores del movimiento surrealista entre los que se incluyen el escritor André Breton, el poeta Paul Éluard y los pintores Salvador Dalí, Max Ernst y Joan Miró. En los años siguientes, Magritte produjo obras tan importantes como Los amantes y El espejo falso.

En París, Magritte se relacionó con algunos de los fundadores del movimiento surrealista como André Breton, Paul Éluard, Salvador Dalí, Max Ernst y Joan Miró.

En la década de 1930, la fama de Magritte le permitió realizar exposiciones en ciudades tan importantes en el circuito artístico como Nueva York y Londres, pero con el inicio de la Segunda Guerra Mundial su vida y su arte sufrirían un vuelco. Su decisión de permanecer en Bélgica tras la ocupación nazi provocaría su distanciamiento de André Bretón. El sufrimiento y la violencia provocados por el conflicto llevaron a Magritte a unos estados de ánimo oscuros y caóticos, muy característicos del surrealismo.

Sus obras de aquel período, como El retorno de la llama y La compensación, muestran el uso de colores más brillantes y acercan al artista a un estilo y a una técnica más impresionistas. Con el final de la guerra, Magritte rompió definitivamente con Breton, y junto con otros artistas firmó un manifiesto titulado El surrealismo a plena luz del sol, como respuesta a la necesidad que el artista belga veía de distanciarse del surrealismo ortodoxo establecido desde París.

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Iconos universales

La década de 1950 llegó acompañada del éxito, y Magritte empezó a disfrutar del reconocimiento internacional por su trabajo. Gracias a ello el artista belga siguió con su prolífica producción. En 1951 recibió el encargo de realizar un ciclo de pinturas murales para el casino de la ciudad de Knocke-le-Zoute, en la costa belga. En 1953 terminó su obra El dominio encantado, a la que siguieron nuevos encargos en Bélgica e importantes exposiciones en Bruselas, Sídney y Nueva York. Algunas de sus obras más importantes de esta época son Golconda, una composición surrealista de la que se desconoce la interpretación "oficial" y La llave de cristal. Magritte también introdujo la icónica manzana verde en una de sus obras más reconocidas titulada El hijo del hombre, de 1964.

En 1953, Magritte terminó su obra El dominio encantado a la que siguieron nuevos encargos en Bélgica e importantes exposiciones en Bruselas, Sídney y Nueva York.

A pesar de haberle sido diagnosticado un cáncer de páncreas en 1963, Magritte viajó a Nueva York en 1965 para realizar una retrospectiva de su obra en el Museo de Arte Moderno (MoMA). En aquella época, el artista empezó a estudiar el campo de la comunicación y realizó una serie de cortometrajes que presentó junto a su esposa Georgette, así como algún trabajo escultórico. Tras una larga lucha contra el cáncer, el 15 de agosto de 1967, René Magritte murió a la edad de 68 años. Su trabajo se convertiría en una gran influencia para los artistas pop como Andy Warhol, y desde entonces se han celebrado innumerables exposiciones por todo el mundo sobre su obra. En el año 2009 se inauguró el Museo Magritte en Bruselas.