Qué ver cerca de Milán: excursiones a pueblos cercanos - De viaje con blog

Qué ver cerca de Milán: excursiones a pueblos cercanos

Qué ver cerca de Milán: excursiones a pueblos cercanos

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Estar durante dos meses en Milán nos permitió dedicar varios fines de semana a descubrir la región de Lombardía y las zonas cercanas. Tanto aprovechando la excelente red de trenes como en nuestro propio coche, cada viernes decidíamos qué ver cerca de Milán y nos lanzábamos a la aventura con una única premisa: que fuera ciudades o pueblos no muy alejados de la ciudad, ya que tocaba volver en el día a casa.

En este post de ofrecemos una serie de ideas sobre excursiones a pueblos cercanos de Milán que, en nuestra opinión, merece la pena visitar: por su belleza, por la importancia de algunos de sus museos o, simplemente, para salir de la ciudad y respirar el aire fresco de las zonas más rurales.

Génova: la particularidad de un puerto de mar

Génova fue nuestra puerta de entrada a Italia en esta ocasión. Viajamos desde Barcelona en Ferri porque llegamos al país en coche. Y los barcos de este tipo suelen atracar en esta urbe italiana.

Dicho esto, optamos por reservar un alojamiento y pasar en Génova un par de días para aprovechar y patear un poco la ciudad. Pero el viaje también se puede hacer de Milán a Génova en forma de escapada: la segunda está a apenas dos horas en coche de la primera.

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El puerto es el verdadero protagonista de Génova, que es una de las urbes más grandes de Italia precisamente por toda la actividad comercial que ha tenido históricamente.

Precisamente por eso, un paseo por el puerto y la zona de costa de Génova es algo casi obligado para cualquier turista que llegue a esta parte del país.

El casco antiguo, por otro lado, es una zona intrincada, llena de callejuelas laberínticas, comercios situados en edificios de gran belleza y una idiosincrasia muy particular, propia de este tipo de ciudades que tanto fomentan el movimiento de población y el intercambio de culturas.

Entre las visitas imprescindibles se encuentra la Catedral de San Lorenzo, cuyos cimientos datan del siglo XI, la Plaza de Ferrari, con impresionantes edificios del Art Nouveau, o la zona de Boccadasse, la más genuina de toda la localidad por mantener ese aire marinero de barrio de pescadores por el que parece no haber pasado el tiempo.

Pavía

Pavía: segunda parada de camino a Milán. La distancia entre este municipio y la gran capital de Lombardía es de apenas 30 kilómetros. De nuevo, buscando hacer un poco de turismo optamos por esta localidad para pasar la jornada del 31 de diciembre.

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Nos alojamos muy cerca del Ponte Coperto, así que a nuestra llegada ya pasamos por uno de los puntos más recomendados para visitar en la ciudad. ¿Pero qué más se puede hacer en Pavía? La pequeña ciudad, de apenas 70.000 habitantes, ofrece muchas visitas interesantes.

Por supuesto, como en toda Italia, los templos católicos destacan sobre todo lo demás. En este caso, la recomendación es pasar sí o sí por el Duomo, con una fachada de piedra rojiza, y por la basílica de San Miguel, un coqueto edificio que esconde unos bellísimos mosaicos con motivos de mitológicos. Por otro lado, este templo fue el lugar de coronación de dos grandes personajes históricos: Barbarroja y Carlomagno.

También merece la pena acercarse al Palacio Visconteo. En la actualidad, esta edificación levantada en siglo XII por la familia Visconti acoge varios museos que el día de fin de año estaban cerrados. Sin embargo, al parecer lo más interesante es dar un paseo por el impresionante jardín de la propiedad, como si pudimos hacer, casi en la más absoluta soledad.

Otras cosas que ver cerca de Milán en Pavía

En el paseo al Palacio pasamos también por el edificio de la Universidad y entramos a sus patios, que están llenos de esculturas de personalidades que han hecho evolucionar el conocimiento y el saber a lo largo de la historia.

Y por la Piazza della Vittoria, llena de barecillos y que esos días de Navidad acogía un bonito mercadillo con puestos de artesanía, alimentos tradicionales y dulces típicos de la época.

Nos quedaron por visitar espacios como la casa museo del poeta Hugo Foscolo, la Iglesia de San Teodoro o el Monasterio de la Certosa, más alejado del núcleo urbano, pero estábamos de pasada y tampoco tuvimos más tiempo para verlo todo en un día.

Sin embargo, nos parece una excusión interesante para hacer desde Milán, ya que se puede llegar en unos treinta minutos en coche o en tren sin ningún problema.

Free tour por Milán

Turín

Turín es una gran ciudad, de casi un millón de personas, por lo que no se agota en un día de excursión. Sin embargo, por su cercanía a Milán la incluimos en esta selección. En apenas cincuenta minutos un tren te lleva desde alguna de las estaciones de Milán a todas las maravillas que la segunda urbe, capital del Piamonte, esconde.

¿Qué ver en Turín? Estos son algunos de los puntos que nosotros destacamos de nuestra visita:

  • Piazza de San Carlo: la conocida como Salón de Turín es una plaza rodeada por soportales muy en sintonía con otras famosas arquitecturas civiles de Europa. En este caso, destaca por la presencia de dos iglesias gemelas, la de Santa Cristina y la de San Carlos Borromeo.
  • Piazza Castello: una de las principales visitas recomendadas en Turín es la que lleva al turista a los dos castillos que levantan sus muros en esta plaza. El Palazzo Madama y el Palazzo Real son dos importantes lugares históricos, testimonio de la importancia de la ciudad en el pasado.

    La visita al Palazzo Real permite acceder a habitaciones profusamente decoradas con el mobiliario y las obras de arte originales del siglo XVI y sucesivos, la armería y la famosísima capilla de la sábana santa, que durante siglos ha custodiado una de las reliquias más sagradas para el mundo cristiano. Las entradas tienen un precio de siete euros.

    Por su parte, el Palazzo Madama ofrece una visita muy parecida, con acceso a decenas de estancias que permiten viajar al esplendor pasado de Turín, en este caso a través de distintas etapas históricas y artísticas como el barroco, el renacimiento o el gótico.

Otras paradas en Turín

Más allá de los dos palacios, conviene no dejar de prestar atención a la catedral de Turín, un edificio del siglo XV que alberga la sábana santa en la actualidad. También se puede dar un paseo hasta la Puerta Palatina, un importante vestigio romano de la época medieval. Por último, reposar las piernas tumbados sobre el césped del Parco del Valentino es uno de los mejores plantes relajantes para Turín. Todo esto se puede sumar en un único día a las cosas que ver cerca de Milán.

Bérgamo

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Bérgamo nos enamoró desde el principio. Llegamos a la ciudad en tren y, tras dar un breve paseo por la zona nueva, llegamos a un funicular que te lleva a la parte antigua de la localidad.

Allí te sientes en plena Edad Media: callejuelas estrechas, pequeños comercios con carteles de madera en sus puertas y, sobre todo, iglesias e impresionantes edificios escondidos casi tras cualquier esquina.

Del pequeñísimo casco histórico de Bérgamo, la città alta, interesa, sobre todo la Piazza Vecchia y los templos que esconde detrás. Casi ocultos a la vista está el Duomo de la ciudad, que custodia reliquias del papa Juan XXIII, el baptisterio, la impresionante cappella Colleoni y la maravilla de las maravillas: la basílica de Santa Maria Maggiore.

Este templo debería ser el centro de cualquier visita a Bérgamo: las primeras piedras se pusieron en 1137 y, desde entonces, ha sufrido varias remodelaciones a lo largo del tiempo. ¿El resultado? Un espacio donde el Barroco se muestra en todo su esplendor en tapices, estucos, esculturas, pinturas, pan de oro y un coro y un altar de madera bellísimos.

Después, se puede continuar el paseo hasta la Rocca, el castillo de la ciudad que hoy alberga museos históricos. También recomendamos pasar brevemente por la iglesia de San Michele al Pozzo Bianco, que está un poco alejada y no es muy frecuentada, pese a tener un tesoro artístico en forma de frescos del siglo XIII.

Como

Como era una de las excursiones que todo el mundo nos recomendaba al ir un tiempo a Milán. Se trata de una pequeña ciudad situada al norte, casi en la frontera con Suiza, que crece en torno al impresionante lago de Como.

Es una zona utilizada como destino vacacional tanto en verano como en invierno por los habitantes de Italia, Suiza y Francia, por lo que lo que más destacan son las grandes villas y palazzos.

Dar un pequeño paseo por el casco antiguo y entrar a iglesias como la catedral o la capilla de San Fidel ya justifican el viaje: se trata de una zona muy bien cuidada, llena de pequeños comercios, mercadillos al aire libre y trattorias y osterías de gran nivel.

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Pero esto no lo es lo único que llama la atención del viajero que llega a Como: pasear por las orillas del lago y tomar un espresso en una de las terrazas de la zona o visitar el Templo voltiano, dedicado al científico Alessandro Volta son otros planes interesantes.

Dentro de qué ver cerca de Milán en Como también están los grandes palazzos de la ciudad: la Villa Saporiti, la Villa La Rotonda o la Villa Gallia permiten pasear por sus jardines, verlos a través de los inmensos vallados o incluso acceder a los edificios para conocer cómo vivían aquí sus propietarios en el pasado.

Por último, no se puede perder la oportunidad de coger el funicular que conecta Cómo con Brunate. El segundo pueblecito está situado a las alturas y ofrece una preciosa panorámica del lago con los Alpes al fondo. Es una zona ideal para hacer caminatas o simplemente para, como hicimos nosotros, subir a comer en alguna de las trattorias del lugar.

Cremona

El último de los sitios que ver cerca de Milán y que disfrutamos durante nuestra experiencia en la capital lombarda es Cremona.

Cremona es una ciudad históricamente vinculada al mundo de la música. ¿Te suena Stradivari? La famosa familia de luthiers constructores de violines era de aquí: aquí nacieron algunos de los instrumentos clásicos más perfectos de todos los tiempos.

¿Qué ver en Cremona? Evidentemente, si se es aficionado a la música hay que dirigirse, directamente, al museo del violín. Pero esto no es todo: la catedral de la ciudad, con su Torrazzo, está en un enclave precioso. Además, se puede visitar el ayuntamiento de la urbe, que conserva su estado medieval y es gratuito.

Por último, nosotros disfrutamos mucho del Museo Cívico Ala Ponzone, que acoge obra pictórica y escultura desde la Edad Media hasta bien entrado el siglo XX. Es una delicia, muy bien montado. Sobre todo porque pudimos contemplar obras de Caravaggio o de Arcimboldo a solas, ya que no había mucha gente en las salas.

Estos son los pueblos más interesantes que ver cerca de Milán de cuantos nosotros recorrimos en nuestra estancia de dos meses allí. Queda, más alejadas, opciones como Verona o Parma, a las que también se puede llegar en un par de horas, pero si se cuenta con poco tiempo, quizá estas sean las mejores ideas para pasar jornadas rápidas de turismo.

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Daniel.R.V

Concibo el viaje como una forma de entender mejor el mundo. Me apasiona
la cultura árabe y siempre estoy dispuesto a hacer las maletas para
viajar a cualquier destino... siempre que se coma bien. Porque descubrir
restaurantes, gastronomías y recetas es otra forma de conocer todos los
rincones del planeta.

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