Robinson Díaz: El exorcista más que una obra de teatro es una experiencia inmersiva

En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Arte y Teatro

Robinson Díaz: ‘El exorcista más que una obra de teatro es una experiencia inmersiva’

Obra de teatro El exorcista, con Robinson Díaz, en el Teatro Libre de Chapinero

'El exorcista', con Robinson Díaz (derecha), se encuentra en temporada en el Teatro Libre de Chapinero.

Foto:Corporación La Tropa

El actor protagoniza el exitoso montaje teatral, basado en la  novela de William Peter Blatty.

Sofía Gómez g.Periodista cultural

Robinson Díaz da ánimo para ir a ver El exorcista. La película, una obra maestra del cine de terror, que el fallecido cineasta William Friedkin estrenó en 1973, es una de las que más genera pesadillas en el público: la cabeza de la pequeña Regan girando 360 grados, su cuerpo destrozado y atado a una cama, una madre desesperada en busca de ayuda para su hija y un par de sacerdotes que intentan salvarla, sacándole el demonio en varias sesiones de exorcismos. Pero el actor colombiano se refiere a la obra de teatro que protagoniza y que, si bien, se parece mucho al filme, bebe su esencia de la novela original que William Peter Blatty escribió basado en un caso real ocurrido en 1949 y del que supo por los jesuitas con los que estudiaba en la Universidad de Georgetown.

“Te vas a llevar una sorpresa, porque es un terror muy sabroso de llevar”, dice Robinson, a quien le sobran créditos y premios en la actuación, dirección y producción en cine, televisión y teatro (El cartel, El señor de los cielos, Rigo, Vecinos, La mujer del Presidente, La otra mitad del sol, Pecados capitales, La Saga, El Cartel de los Sapos,  La pena máxima, Bolívar soy yo, La gente de la Universal). Hace unos meses regresó al montaje de El exorcista –del que se ausentó por la grabación de una serie en México-, que ya va por su segunda temporada en el teatro Libre de Chapinero (se presenta jueves, viernes y sábado, 8 p. m.) y que es uno de los éxitos más grandes de la escena local, con una asistencia que supera las 30.000 personas desde su estreno.
En el montaje, Robinson interpreta a uno de los sacerdotes que intenta ayudar a Regan, la niña poseída interpretada por una brillante María Camila Pérez, que integra el elenco junto a “Tata” Ariza, Ricardo Vesga, Alberto Barrero, Walther Luengas, Fabián Velandia y Andrés Castiblanco. La producción está a cargo de la Corporación Teatral La Tropa -propiedad de Díaz, su esposa, la también actriz Adriana Arango, y su hijo Juan José- y de Cesper Producciones.

“Es una maravilla de trabajo, es un espectáculo muy grande, fuerte, para los sentidos. Llevamos 7 meses de temporada y ya continuamos creo que todo el año completo, porque todas las funciones se llenan. La gente lo disfruta muchísimo”, cuenta sobre la obra que el próximo 23 de mayo, llegará a su función número 100.

El terror es muy exitoso en el cine también. Es un género que gusta muchísimo.

Sí, y en teatro, muchísimo, porque es muy inquietante, perturbador. Esta es la segunda vez que yo hago una obra del género de terror, la primera fue La dama de negro, con un éxito arrollador, y ahora con El exorcista pues la gente va con mucha curiosidad porque el terror produce mucha curiosidad y morbo, me entiendes, y especialmente las mujeres, disfrutan mucho.

Pienso en la película, en los efectos y en la cantidad de cosas que el cine permite al ser grabado, pero en teatro es fantástico porque debes lograr el impacto de otra manera. ¿Cómo es esa puesta en escena para ustedes?

Fue un reto. Desde que César Perrín me dijo en el camerino, hace años, ‘¿por qué no hacemos El exorcista?’ y yo le dije que sí de una, pues había muchos retos y cosas de la película y la novela que nos cuestionaron: ‘¿cómo lo vamos hacer, hermano?’, me dijo. Empezamos a trabajar con su padre, Rafael Perrín, con quien había hecho La dama de negro, y él se encargó de la puesta en escena. Con mi compañía y mi esposa, nos metimos de cabeza en esto, conseguimos gente muy buena, que nos hiciera la escenografía, personas como Diego Valiente; Adán García, que se encargó delos efectos especiales; Esperanza Galeano, en el maquillaje, y el ingeniero Omar Marrón, de México, hizo todo el diseño sonográfico. Y la gente se mete en un viaje, porque más que una obra de teatro es una experiencia inmersiva: la gente va y se caga de miedo.

Esa es la idea, ¿no?

No del todo, porque la novela habla de muchas más cosas aparte del exorcismo en vivo. Habla de vicios, de los problemas que tiene cada uno de los personajes que están muy bien logrados gracias a un elenco poderoso. La gente se mete en una atmosfera terrible, pero aprende muchas cosas, y es impresionante, pero en dos horas, la gente se pega una conectada miedosa con esa historia y sale muy contenta.

Menciona que esto va más allá del momento del exorcismo, hay unas entrelineas de critica a la religión, al sacerdocio, al sistema…

No. Lo que pasa es que la versión en el cine se enfoca más en los efectos especiales, en el exorcismo de la niña, en la posesión demoniaca, pero la novela es aterradora, la novela no critica para nada la religión, al revés, todo lo contrario. Incluso el Papa Pablo VI dijo cuando le preguntaron por qué no censuraba El exorcista, en los 70, dijo que es la mayor carta de amor a Dios. Todos los personajes tienen problemas, todos tienen al diablo metido, todos tienen un montón de vicios, de pecados ocultos, y es una gran reflexión en torno a eso; la novela habla más de una niña abandonada, que necesita atención, que se vuelve caldo de cultivo para que el demonio haga con ella lo que quiera.

Entonces el sacrificio que hacen los sacerdotes cuando ya la ciencia no puede ayudarle a la niña, no puede ayudarle a la mamá, porque la niña es llevada a multitud de médicos a ver si dan con el chiste, y nada, es un acto de amor poderosísimo para salvarle la vida a la niña. Estos padres son muy entregados a su fe, y lo que importa en la historia es más la lucha entre el bien y el mal, es decir cuando el demonio se incuba, poderlo atacar es un acto de amor, esa novela está basada en un episodio de un exorcismo real de un muchacho a quien finalmente un exorcista lo pudo salvar, y años después terminó siendo un científico en la Nasa. Sin duda, El exorcista es la mamá de las películas de terror, pero si uno indaga en la novela en sí, empieza a leer otras cosas, es un tratado sobre el amor, pero además es muy miedosa. En la versión colombiana yo mismo estuve en la dirección de actores y procuré que no nos metiéramos por el lado frívolo, sino a buscar qué es lo que esconden, y la gente queda muy fascinada, porque se da cuenta de que cada uno de nosotros tiene una oscuridad, un lado perverso, un lado malo que puede hacer daño, un lado cochino, un lado diabólico, ¿me entiendes?.
Obra de teatro El exorcista, con Robinson Díaz, en temporada en el Teatro Libre de Chapinero.

María Camila Pérez es Regan en la obra.

Foto:Corporación La Tropa

Que reflexión tan interesante. Me da la impresión de que le gusta el terror.

Sí me gusta, pero no soy capaz para verlo en el cine, me da mucho miedo, pero ya haciéndolo en el teatro se vuelve más leve, más llevadero. Yo soy muy gallina, la verdad, me da mucho susto, no estoy entre los que ve o consume películas de terror. Te cuento: para leer El exorcista no pasaba de la página 20, no podía, y me llenaba de miedo, hasta que cogí fuerzas, porque el montaje era un hecho, y me le metí de cabeza, pero la sufrí, porque el terror lo agita a uno mucho y apela mucho a los miedos infantiles.

Me parece un género muy difícil de hacer, de encontrar, no se consiguen obras, hay que adaptarlas, no es que uno vaya a la biblioteca y encuentra el libro como tal, no. En el teatro más bien es un género digamos nuevo, que los ingleses conocen bastante, porque han hecho La dama de negro, La ratonera -que es la obra más antigua del teatro mundial- o han adaptado los libros de Agatha Christie en Londres. Eso también es meritorio y nuestro montaje se sale mucho de la ‘obrita de teatro’, es un espectáculo inmersivo, al punto de que tenemos paramédicos que están ahí pendientes, porque hay gente que empieza a vomitar o se siente mal y se tiene que salir porque no aguanta.        

Hay gente que se impresiona mucho, es verdad

Sí, hay gente que le da cosa. Hay mucha empatía con la niña, el trabajo que hace María Camila Pérez es impresionante. El otro día hicimos un meet & greet y fueron 2 exorcistas de verdad. Nos dijeron que el exorcismo que hacemos en la última parte, cuando le sacamos el demonio a la niña, es más o menos así en la realidad. Yo dije: ‘hij...., ¿como así? Entonces, ¿hicimos un exorcismo de verdad? Nooo, qué miedo’ Y hay gente que la ha visto nueve veces. A ese que me dijo eso le contesté: ‘usted es el que necesita el exorcismo… ¿nueve veces?’ La obra es poderosa, es muy moderna, abarca ideologías, no es contar un cuento, nos pellizcamos.

Alrededor de rodajes de películas de terror como El exorcista hay un montón de historias terribles, de desgracias, accidentes, enfermedades hasta eventos paranormales…. ¿no les da susto?

Afortunadamente a nosotros no nos ha pasado nada, pero acá todos somos creyentes y antes de empezar el espectáculo, hacemos oración, rezamos, y nos encomendamos a Dios, para que no nos vaya a ocurrir nada.
Obra de teatro El exorcista, con Robinson Díaz, en el Teatro Libre de Chapinero

La novela de William Peter Blatty fue llevada al cine por  el fallecido cineasta William Friedkin, en 1973.

Foto:Corporación La Tropa

Robinson, ¿cuál es el mensaje que quiere que trascienda de este montaje?

La historia que ocurre en El exorcista es la de una mamá desesperada, buscando ayuda para su niña. Si usted es madre, le va a pegar duro, porque qué hace usted con un hijo o una hija que tenga un problema y no le dan con el chiste, que tiene una enfermedad huérfana, y no la ayudan. Eso es tremendo. O que tiene una adicción, nosotros le cambiamos la ouija a la niña por una tablet y no pasa nada, es lo mismo, esa es la gran reflexión. La gente está endemoniada hoy en día, pegada a Instagram, pero cuál es la diferencia entre llevarla a un exorcismo, o una clínica de rehabilitaciones de adicciones (…) El exorcismo es una cosa simbólica, que tiene un sentido, que se sale del plano de lo misterioso y lo que realmente es el exorcismo, lo que significa que una persona esté poseída, es una metáfora de lo que está ocurriendo hoy día. La pregunta es ¿de qué estás poseído?
SOFÍA GÓMEZ G.
​CULTURA EL TIEMPO
​@CulturaET
Sofía Gómez g.Periodista cultural
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO