Oswaldo Sánchez, recuerdos bifrontistas del Clásico

Defendió al América y al Rebaño, pero expone que su corazón es rojiblanco; los Solari marcaron su carrera

Fotoarte: Horacio Sierra / Fotos: Mexsport
Fotoarte: Horacio Sierra / Fotos: Mexsport

CIUDAD DE MÉXICO.

Oswaldo Sánchez surgió del Atlas y luego jugó tres años con el América. Con Santos Laguna fue campeón en un par de ocasiones. Empero, el exarquero tres veces mundialista y tres ocasiones monarca liguero del futbol mexicano espeta lo que le llena el pecho: “La gente sabe claramente que yo soy de Chivas, con el corazón”.

Cual marea alta, la semana previa al Clásico Nacional trae reminiscencias al exportero, nacido en Guadalajara hace 47 años. “Fueron muchos partidos en ambos equipos, llegué muy joven a las Águilas (23 años) y mi proceso ahí fue muy bueno, mi arribo a Chivas (en 1999) fue la cúspide de mi carrera porque llegué con más experiencia, bagaje; fueron tiempos maravillosos y la afición me recibió muy bien, a pesar de que venía de jugar con rivales directos, Atlas y América”, aseguró Oswaldo Javier, quien en este 2021 cumple siete años retirado.

En 1995, a los Zorros los lideraba un argentino que alistó la fragua para Oswaldo. “Eduardo Solari era técnico del Atlas, después también me tocó Jorge Solari como entrenador de América... la familia Solari estuvo ligada a mi desarrollo futbolístico”, acepta en retrospectiva.

Mientras aquel primer equipo rojinegro entrenaba, un adolescente de 19 años de edad corría y peloteaba por la cancha ante la mirada atenta de Oswaldo.

El exguardameta afirmó que reconoció en el hijo de su entonces técnico a un jugador con gran talento. “Eran vacaciones, Santiago (Solari) entrenaba en River Plate y, de repente, su padre lo llevaba con nosotros”, dice Sánchez Ibarra al rememorar a aquel chico que se labró una carrera encumbrada cuando ganó la Champions League con el Real Madrid en 2002 y que hoy es técnico del América. “Era un tipo ameno, simpático, que se le veían condiciones naturales con esa zurda educada... fueron tiempos de mucho aprendizaje para todos”.

Hoy, 26 años después, el Indiecito, como algunos le llaman a Santiago (en honor a su tío Jorge, quien dirigió a Oswaldo en Coapa en 1997), lleva 10 partidos ligueros con los cremas y los tiene con 22 puntos en el Guardianes 2021.

Para algunos, este breve espacio ya incuba un estilo. “Santiago le ha dado identidad al América”, opina Sánchez. “Emociona al público porque termina ganando sobre la hora. Está muy claro su funcionamiento: un nueve clavado (Henry Martín) y dos referentes importantes que pueden llegar atrás; en la media tiene balance con (Pedro) Aquino, (Santiago) Naveda y Richard Sánchez... todos han marcado gol”, expuso.

Del análisis, Oswaldo pasa de nuevo al recuerdo bifrontista. Como americanista, el 5-0 de Chivas en el Invierno 96 es su trago más amargo, contrastante con aquella semifinal del Apertura 2006, cuando, ya con el Guadalajara, le detuvo un penal a Salvador Cabañas. “Ese día el estadio se caía”, dice. Tal pasaje (2-0 global) fue un eslabón más de su único título de liga con el Rebaño, tras la final ante Toluca (3-2 global). “Recuerdo grandes cosas estando en los dos equipos... el destino quiso que triunfara en Chivas”, finalizó.

 

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