Uno de los viajes m�s dif�ciles, y emocionantes a la vez, para la Reina Sof�a a lo largo de los 38 a�os en los que Juan Carlos I se mantuvo al frente de la Jefatura del Estado, fue la visita que realizaron en 1998 a Grecia. Do�a Sof�a no hab�a puesto los pies en su pa�s natal desde 1981 cuando apenas pudo estar junto a los suyos seis horas para enterrar a su madre, la reina Federica. El viaje de 1998 no fue nada sencillo. Pero puso fin a una anomal�a diplom�tica que no pod�a seguir manteni�ndose. Grecia era el �nico pa�s de la Comunidad Europea que no hab�an visitado los Monarcas y las relaciones bilaterales segu�an enrarecidas por el trato denigrante de las autoridades del pa�s a los miembros de su antigua familia real.
Do�a Sof�a demostr� su proverbial profesionalidad en todos los actos, incluida la recepci�n en el palacio presidencial que hab�a sido el palacio real por el que ella hab�a correteado d�cadas antes. Tiempo despu�s, admitir�a en una entrevista que no lo hab�a pasado precisamente bien en aquella estancia.
Han pasado 23 a�os. Y Do�a Sof�a acaba de realizar un viaje a Grecia en el que ha sido bien agasajada por sus m�ximas autoridades. En otras circunstancias, el respeto que le han brindado la presidenta de la Rep�blica, el jefe de Gobierno o algunos ministros no tendr�a nada de particular. Sin embargo, todo son paradojas. En el lado positivo, Do�a Sof�a puede estar satisfecha de que hoy los dirigentes griegos ya no traten con inquina a su dinast�a. Y de que ella sea recibida en su patria con los honores que le corresponden como Reina de Espa�a, que lo sigue siendo. En el lado negativo, lo ocurrido contrasta demasiado con el hecho de que sea precisamente en nuestro pa�s donde ya casi ni ejerce de reina ni se le muestra mucha deferencia institucional.
Por razones nunca explicadas, y dif�cilmente comprensibles, Do�a Sof�a dej� de existir para Zarzuela al mismo tiempo que su marido anunciaba, en junio de 2019, su retirada de toda actividad oficial. Luego se supo que aquella hab�a sido una jubilaci�n forzada para Don Juan Carlos, saltar�a el esc�ndalo de las cuentas opacas, su salida de Espa�a... Pero la hoy reina madre siempre ha manifestado su deseo de seguir "sirviendo a nuestro pa�s". Ni por esas. Rara es la semana que su nombre aparece en la agenda de actos oficiales de la Familia Real. Y cuando lo hace ya es s�lo en calidad de presidenta de la Fundaci�n que lleva su nombre.
ALEJADA DE LA CORONA
Do�a Sof�a ya no representa en eventos a la Corona. Tampoco se le da su lugar como reina en los acontecimientos familiares de la dinast�a. Sin ir m�s lejos, sorprendi� lo que ocurri� el pasado 28 de mayo, d�a en el que recibi� la confirmaci�n la Princesa de Asturias. Se esgrimi� que la madre del Rey no pod�a asistir a la sencilla ceremonia en la Iglesia de la Asunci�n de Aravaca (Madrid) por las limitaciones de aforo exigidas por las restricciones de la pandemia. Pero Do�a Sof�a tampoco estuvo presente despu�s en el almuerzo junto a su hijo, su nuera, la Reina Letizia, y sus dos nietas en el restaurante especializado en comida gallega donde celebraron el acontecimiento. Y, desde luego, tampoco participa ya en ceremonias de Estado.
La pr�xima semana los Reyes retoman tras m�s de un a�o su papel como anfitriones en una visita oficial del m�s alto rango, la que van a protagonizar el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y su esposa, Kim Jung-sook. Dados los usos y costumbres impuestos por Zarzuela, nadie espera la presencia de Do�a Sof�a en ning�n banquete en honor a los ilustres hu�spedes. En claro contraste con las tradiciones de tantas dinast�as reales. La reina madre de Inglaterra, por ejemplo, era imprescindible en estos actos con tanta pompa, como lo suele ser Beatriz de Holanda desde que abdic�. Aqu� pareciera que se hace desaparecer del escenario p�blico a Do�a Sof�a en un intento por marcar todas las distancias posibles con el reinado de Juan Carlos I.
Por todo lo dicho, para la madre de Don Felipe habr� sido especialmente emocionante recibir el trato que le corresponde como reina en Grecia. En su visita a las islas de Leros y de Lipsi, donde conoci� las obras del Santuario de Vida Marina Aegean -un centro de rehabilitaci�n que se est� construyendo para ayudar a mam�feros marinos y tortugas-, fue recibida por las autoridades locales. Despu�s, la ministra de Cultura, Lina Mendoni, la acompa�� durante su recorrido por la Galer�a Nacional de Atenas. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y su esposa, Mareva, tambi�n recibieron a la Reina y a su hermana, la princesa Irene. El mandatario cit� a Do�a Sof�a para una pr�xima visita a Tatoi -en el complejo se encuentran las tumbas de la dinast�a griega-, anim�ndola a conocer las obras de rehabilitaci�n del antiguo palacio de recreo de la familia real.
Y, como plato fuerte institucional, la Em�rita mantuvo un encuentro en el palacio presidencial con la actual presidenta de la Rep�blica, Katerina Sakellaropoulou. A buen seguro le vendr�an recuerdos de su padre, el rey Pablo, pero quiz� tambi�n de su an�mala situaci�n actual en Espa�a.
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