S, M, L, XL: ¿Qué significa contar con una Ley de Tallas? - La Tercera

S, M, L, XL: ¿Qué significa contar con una Ley de Tallas?




Durante la noche del sábado 22 de enero, y en el escenario del Festival de Las Condes, la actriz y comediante Javiera Contador, mostró un vestido pequeño. Lo llevaba en un colgador, porque era parte del show que presentaba esa noche donde, entre otros asuntos, tocó el tema de la aceptación corporal. Esa prenda, relató, la compró durante la cuarentena por AliExpress, esperando tener un vestido muy parecido a otro que se había probado para su actuación en el Festival de Viña. Como intuía que podía ser pequeño, decidió pedirse una talla XXXL porque la idea era que le quedara holgado. Pero, en cuanto vio lo que le llegó, solo pudo pensar en reír: ese vestido no le quedaba bien ni siquiera a su hija de 8 años.

Esa experiencia es la que justamente busca evitar el proyecto de Ley de Tallas, una iniciativa impulsada desde la ciudadanía por la modelo Antonia Larraín y que fue presentada al Congreso por las diputadas Gael Yeomans (CS), Marcela Sandoval (RD) y Erika Olivera (RN). A partir del proyecto, se pretende crear un sistema único de tallas basado en las medidas reales de cuerpos chilenos que marcará la pauta para fabricantes, comerciantes e importadores de prendas de vestir para que el consumidor alcance una experiencia más amable, donde se erradique la discriminación y se favorezca la aceptación corporal.

“A raíz de este proyecto, psicólogas y psicólogos nos han hecho ver la situación de presión que se produce producto de las tallas existentes en la juventud y, por lo mismo, teniendo presente enfermedades existentes de salud alimentaria, había que hacerse cargo y enfrentar este tema”, explica Gael Yeomans. “Lo que buscamos es establecer con criterios claros a qué nos referimos cuando hablamos de cada una de las tallas. Toda la producción nacional tendrá que guiarse por esa estandarización y, en caso de haber tallas importadas, tendrán que ser rotuladas de acuerdo al patrón establecido”.

Por el momento el único documento que reglamenta los rotulados de las prendas de vestir es el Decreto Supremo Nª26 del Ministerio de Economía, dictado en 1984. Sin embargo, en el texto solo se especifica la obligatoriedad de contar con etiquetas que aludan al cuidado de la ropa, pero no cuenta con detalles respecto a las medidas.

Eso, quizás, ha hecho que en la actualidad se presenten disparidades en las medidas de las prendas del retail. Así lo consignó el “Estudio de Tallaje” realizado por el Sernac, donde se reveló que las mayores diferencias en ese aspecto se podían observar en los pantalones. Por ejemplo, al medir un jeans de talla S, se encontraron diferencias de un 23% entre el más grande y el más pequeño. Además, solo cuatro empresas (33% del total) cuentan con algún estudio o registro del perfil antropométrico del consumidor y un 58% no posee una tabla de equivalencia de sus tallas.

“Como socióloga, he investigado temáticas de gordofobia y he escuchado muchos testimonios de personas que deciden no comprar ropa porque salen llorando de las tiendas o les vienen crisis de ansiedad. Algo que realmente puede ser tan sencillo como ir a comprar alguna prenda, para personas que no cumplen con los cánones, es exponerse a un estrés mayor. Y eso genera problemas de autoestima, porque se quedan con las cosas que simplemente les quedan, aunque no les gusten realmente”, afirma Ana Medina, activista de La Rebelión del Cuerpo.

Sobre legislaciones con estas características, existen antecedentes en la región. Por ejemplo, en 2021 Argentina aprobó la Ley N° 27.521 que establece que la totalidad del vestuario deberá ser comercializado de acuerdo al Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (Suniti). Aunque el país ya cuenta con 14 leyes de tallas a nivel provincial, esta normativa fue dictada para todo el territorio nacional y, actualmente, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial de dicho país está llevando adelante el estudio antropométrico para determinar las medidas corporales estandarizadas.

En Chile, el proyecto de Ley de Tallas -que fue ingresado el 24 de enero de 2022- se encuentra en su primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados y Diputadas, y de implementarse, partirá realizando un estudio antropométrico de los cuerpos chilenos. Algo que para la psicóloga del equipo de estudios del Centro Interdisciplinario de las Mujeres (CIDEM), Sofía Alvarado, puede ayudar a entendernos mejor en nuestra identidad. “Nuestra fisonomía cambia y es diferente a la que tienen otras personas en América Latina. Habitualmente usamos prendas que no se fabrican acá y eso puede impactar la autoestima. Si este proyecto se concreta, puede que tengamos por primera vez una radiografía de los cuerpos chilenos y eso es importante, porque nos permite afirmar temas de identidad”, dice.

Además, Alvarado explica que esta normativa nos podría ayudar a erradicar, poco a poco, la gordofobia internalizada que existe hoy en la sociedad. “Las tallas influyen o impactan en la hegemonía de los cuerpos que se nos presentan, donde -por ejemplo- XL ya es algo grande o largo, y te dice que estás en una posición determinada. Sin embargo, históricamente ese espacio no ha sido validado porque se ha posicionado a lo pequeño como el ideal. Es como si ser talla S fuera un lugar donde tienes que estar sí o sí. Cuando escapas de esa media, en un contexto de tallas poco representativas, se genera un impacto en la imagen. Entonces, la Ley es coherente con la valoración de la diversidad y reconocernos fuera del velo de la hegemonía”.

Con algo similar concluye la socióloga Ana Medina: “Yo creo que aquí los beneficios pueden ser notorios a nivel de salud mental. El poder tener un pantalón que te quede bien y se sienta cómodo sin esa carga de estrés y llanto, es un valor por sí mismo. Actualmente, hay mujeres que, por cómo ellas se perciben, dejan de hacer cosas en los espacios públicos, entonces el sentirse cómodas no es solo algo estético, sino también algo simbólico porque nos permite apoderarnos del espacio público. Ojalá con esto dejemos de sentir que nuestros cuerpos están equivocados, porque es la ropa la que debería ajustarse a cómo somos nosotros. Esa va a ser una mejora sustancial”.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.