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Cuando tenía tan solo 14 años y sin experiencia previa en el mundo de la actuación, su pasión por los caballos le llevaría a presentarse a una entrevista para El hombre que susurraba a los caballos. Aunque no se hizo con el papel protagonista, Kate Bosworth (Los Ángeles, 1983) comenzaría ahí una meteórica carrera como actriz, que desembocaría en conocidos títulos como 21 Blackjack o Superman Returns. Si hubo un punto de inflexión en su andadura, esa fue la película Blue Crush (conocida en España como En el filo de las olas). Aquel 2002 la vida de Kate cambiaría para siempre tras protagonizar un éxito de taquilla que haría que su nombre sonara fuerte en todo el mundo.
20 años después de aquel filme que lo cambiaría todo y tras décadas de experiencia en la gran pantalla, la actriz ha diseñado a comienzos de este verano una colección junto a la firma de surf por excelencia, Roxy, con la que ha querido, en sus propias palabras, "cerrar el círculo que inició con Blue Crush". Nos reunimos con ella a orillas de la neoyorquina playa Rockaway Beach para hablar de esta exitosa colaboración, pero también de su trayectoria como actriz, su activismo en redes y su idea del bienestar físico y mental:
Cuando grabaste Blue Crush tenías tan solo 18 años. La película no tardó en convertirse en todo un éxito de masas ¿Cómo fue manejar la fama a esa temprana edad?
Fue realmente desafiante. Yo nací en California, pero crecí en un pequeño pueblo cerca de Boston. Fui a una escuela secundaria pública normal de un pueblo realmente pequeño, de esos donde todo el mundo se conoce. Cuando cumplí 18 años, me mudé a Los Ángeles para intentar ser actriz y terminé consiguiendo el papel en Blue Crush unos seis meses después de llegar a la ciudad. Desde ese momento, empecé a trabajar más y más y a tener más notoriedad.
Por aquel entonces tenía como 18 o 19 años, la mayoría de mis amigos estaban en la universidad, haciendo cosas locas y cometiendo los errores que deberías cometer cuando eres joven, algo que yo no estaba viviendo. Pero sentí que estaba aprendiendo y ganando mucha experiencia. También fue un momento de darme cuenta de muchas cosas. Soy hija única, fui criada por dos padres que me inculcaron la cultura del esfuerzo y el trabajo, algo que a veces puede derivar en el mundo del perfeccionismo y creo que intentar ser perfecta en esta industria es difícil. Quiero decir, intentar ser perfecto en cualquier cosa es difícil porque la perfección no existe. Pero darme cuenta de eso mientras intentaba aprender mi trabajo y también descubrir quién era a esa joven edad y experimentar diferentes cosas, fue realmente un desafío.
También fue una época en que, no sé cómo se tradujo la cultura de famosos en España, pero al menos en América era bastante desagradable a comienzos de los 2000. Los paparazzi intentaban pillarte bebiendo o desde un ángulo muy poco favorecedor. Cuando eres joven ese es un lugar muy vulnerable para estar. Fue difícil estar en el ojo público a esa edad. Fue muy extraño y surrealista. Miro hacia atrás y pienso en mí misma como una persona joven, y siento como si fuera una persona diferente en este momento.
Si pudieras retroceder y darle un consejo a tu yo de esa edad precisamente, ¿qué le dirías?
Probablemente le diría que la vida abarca todas las experiencias humanas diferentes. Que la dualidad de la vida es algo fundamental. Así que tendrás alegría, tendrás tristeza, tendrás desamor, tendrás amor… Sabes, uno no puede existir sin el otro. Tendrás luz, tendrás oscuridad. Y por eso probablemente le diría, que todos esos sentimientos y emociones que siente son increíblemente normales y que disfrute de todas ellas, incluso las difíciles.
¿Qué criterio utilizas para aceptar o rechazar cierto papel? ¿Dirías que ha cambiado con los años?
Ha cambiado mucho con el tiempo. Cuando era más joven, sentía que quería demostrar algo en un sentido más oscuro, más arriesgado. Ahora realmente se trata de cuánto me gusta el personaje, cuánta confianza siento en el director o el guionista. Ahora, siendo más mayor, también tengo otros criterios, como cuánto tiempo durará el rodaje o dónde se rueda. Cuando tienes más décadas a tus espaldas y estás más cerca de tu familia, empiezas a darte cuenta de que el tiempo es muy valioso y cómo lo vas a pasar es algo que piensas más.
La industria del cine ha cambiado mucho en los últimos años, especialmente después del movimiento #MeToo, ¿Cómo has sentido esa evolución?
Ha habido muchos cambios importantes. Mi hijastra tiene 25 años y es actriz y pienso en las cosas que yo tuve que soportar y experimentar en mis primeros 20 años, cosas que probablemente ella no experimentará y eso me llena de alegría y paz.
Creo que todavía hay un largo camino por recorrer, pero siento el progreso. Creo que el movimiento #MeToo ha sido realmente importante, ha hecho que mucha gente preste más atención a su comportamiento. Aunque creas que lo normal es pensar en cómo te comportas, muchas personas no se lo cuestionaban y simplemente actuaban guiados por su egoísmo o sus propias necesidades o deseos. Este movimiento ha hecho quizás que sean más conscientes o que al menos tengan miedo a, ya sabes, decir o hacer algo incorrecto. Yo creo que trajo ese ethos a nuestra industria. Nos hizo pensar en que, si alguien se comporta de cierta manera, ¿es eso aceptable? ¿Te parecería eso correcto? Ha sido un cambio muy importante.
De la misma manera que no te cuesta posicionarte en esto, estás muy implicada en otras muchas cuestiones y no dudas en luchar a través de tus redes sociales, como hiciste respecto a la ley del aborto en Estados Unidos, ¿Sientes que como figura pública tienes un deber?
Sabes, siempre he sido bastante justa y empática, incluso de niña. Si se metían con algún niño yo era la que decía “basta”. Siempre fui, incluso a una edad muy temprana, consciente de la injusticia. Y eso me molestaba profundamente, incluso si no tenía nada que ver conmigo directamente. Es algo que está en mí, necesito defender lo que creo que es correcto. Y no siento que eso haya cambiado con el tiempo. Nunca he pensado en cómo mostrar mi opinión afectaría a mi carrera mientras sienta que va acorde con mis creencias y con lo que mi brújula moral me está diciendo.
Por lo que he visto, la meditación se ha convertido en una parte fundamental de tu vida y has mencionado varias ocasiones lo mucho que te ha ayudado, ¿Qué nos puedes contar sobre esto?
Sí, empecé a meditar hace unos 3 o 4 años. Fue justo cuando,… ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que comenzó la pandemia? (ríe) De hecho, acabo de superar mi milésimo día de meditación, lo cual ha sido un gran hito. Todo comenzó por una amiga mía que se dedica al wellness nos daba desafíos físicos a sus amigos, como caminar 3 kilómetros al día. Como yo soy bastante deportista, sabía que no sería un desafío para mí. Pero soy muy inquieta de mente, de ahí que el desafío que me dio fue meditar. De hecho, yo era una pésima meditadora. Lo había intentado varias veces y no se me había dado bien, pero me gustan los retos, así que estoy dispuesta a enfrentar cualquier desafío. Y ella dijo, 30 días, cada día durante 30 días. Así que comencé a hacerlo a través de una App.
Ahora medito casi todos los días. Y lo que ha traído a mi vida es una diferencia entre reacción y respuesta. Me ha traído muchísima estabilidad. Me ha permitido ser más observadora en lugar de reactiva. Tengo una mejor relación conmigo misma gracias a la meditación. Si no lo has hecho antes, piensas que se trata de estar sentado en un campo de flores y desconectarte de la realidad de hecho, sabes, medito en cualquier lugar de 5 a 20 minutos cada mañana y se puede hacer literalmente en cualquier sitio. Ojalá lo hubiera hecho mucho, mucho más joven.
No hay duda de que no hay deporte que no se te dé bien, cuando grabaste Blue Crush de hecho, aprendiste a surfear para la película, precisamente por estos detalles has sido una gran inspiración fitness para muchas personas
Siento que mi yo más joven es una inspiración de fitness para mi yo actual (ríe). En "Blue Crush", estaba entrenando como siete horas al día y, Dios mío, surfeaba cinco horas al día, entrenaba con pesas durante una hora. Y luego, gran parte del entrenamiento que ves en la película, como correr sobre rocas o correr en la playa, cosas así, no eran actuadas simplemente estaban grabando mi entrenamiento. A veces me pedían que me pusiera un traje concreto y yo entrenaba con él, de hecho, si te fijas bien en la película, a veces ni siquiera estoy con el traje correcto, aunque no se note demasiado porque estoy en el agua. Pero ahora miro hacia atrás y pienso, oh, todo lo que tendría que hacer es entrenar otras siete horas al día. No estaría mal volver a tener ese cuerpo.
Después de eso, ¿Te has sentido alguna vez presionada por encajar en unos estándares físicos concretos?
Verás, para mí, lo más importante es la conexión mente-cuerpo. Así que, si me siento realmente bien y óptima, ese es el lugar en el que quiero estar. Incluso cuando era más joven, nunca me he pesado. Nunca he pensado en términos de calorías o peso. Siempre he pensado, “¿me siento bien conmigo misma?” “¿Me siento saludable?” “¿Mi cerebro está funcionando bien?” También creo que la actuación es una actividad bastante atlética. A veces trabajas 18 horas, memorizando diálogos, siempre estás de pie, a veces son películas de mucha acción... Tienes que cuidarte casi como un atleta en ocasiones.
Y aprendí eso en mis primeros 20 años porque me di cuenta de que no podía no cuidarme. Recuerdo una de las primeras veces que había un gran buffet de pasta y me encanta la pasta. Me emocioné y comí mucha pasta y, en una hora, solo quería dormir, ¡estaba agotada! Ahí me di cuenta de que tendría que cambiar mi ingesta de carbohidratos cuando estaba trabajando, ya sabes. Y así que ahora vivo más bajo la regla del 80/20. Así que si no estoy trabajando, me permito disfrutar lo que quiero disfrutar. Pero la verdad es que si como mal todos los días, realmente no me siento muy bien.
Toda la colección que has diseñado junto a Roxy tiene un aire muy 90's y dosmilero. Hablando de esa época, ¿Qué tendencia de esos años es tu favorita? ¿En qué te inspiraste?
Sí, como puede verse en la colección hay mucha inspiración noventera, como las sandalias de plataforma, que las adoro. Me encanta el estilo de los 90, como las sudaderas oversized. Sé que no tienen demasiados adeptos, pero a mi me encantan también con jeans de cintura baja. Todo lo que diseñé está muy inspirado en la "North Shore".
Quería sentirme cómoda que cada pieza se pudiera usar, que se pudiera mezclar con todo tu guardarropa, pero tampoco quería que nada fuera demasiado combinado, porque eso está muy inspirado en el surf. Es raro ver a una verdadera surfista completamente combinada con todo. Es como si cogiera una sudadera vieja del suelo con pantalones cortos de algodón y un top de bikini, atando una camisa alrededor de su cintura. Es muy funcional.
Por último, ¿Cómo has vivido esta colaboración? ¿Algún recuerdo que destacar?
Fue una emocionante convergencia para mí, porque había estado deseando trabajar con ellos desde hace algún tiempo. Blue Crush es tan importante para mí que realmente sentí que crear esta colección con la firma de surf por excelencia fue un momento de cierre completo para mí, ¿sabes? Dios, han pasado como 20 años desde la película. No puedo creerlo. Y aún mantiene este hermoso ciclo de vida
Me encantó estar en la sesión de fotos de la campaña porque la forma en la que inicie mi proceso de diseño fue a través de muchos tableros de inspiración y diferentes imágenes. Así que cuando estábamos haciendo la sesión de fotos, pensé para mí misma, como, "Oh, esto es básicamente mi tablero de inspiración cobrando vida”
