Central Saint Martins, así es el 'Hogwarts' de la moda donde estudian los genios del diseño

Uno de los más brillantes alumnos de la Central Saint Martins de Londres es el gibraltareño John Galliano, quien culminó sus estudios en 1984 con un espectacular desfile titulado Les Incroyables. Inspirada por la Revolución Francesa, la colección al completo fue adquirida por la prestigiosa tienda londinense Browns, un debut que auguraba la estelar carrera del británico. “Fue electrizante, y es raro dicho así porque fue una trabajo muy duro, todavía me acuerdo; pero me poseyó por entero, me volví loco, me inspiró. Me sumergí por completo en el mundo que estaba creando. Importaba cada pequeño detalle y tenía que estar perfecto”, recordaba Galliano en Fashion Central St. Martins (Thames & Hudson), de Cally Blackman y Hywel Davies.

A principios de los 90, el enfant terrible de la moda británica se acercó a Central Saint Martins para solicitar empleo como profesor de patronaje. Al ver el vibrante clima del centro, pudieron convencerlo para que se matriculara. En 1992, su desfile de graduación (titulado “Jack el Destripador acecha a sus víctimas' y en cuyas piezas McQueen había cosido su propio pelo, en referencia a la necesidad de las prostitutas victorianas de vender su cabello para sobrevivir) atrajo la atención de la estilista Isabella Blow, que compró la colección al completo y se convirtió en su mecenas desde entonces. McQueen inmediatamente creó su firma homónima, y en paralelo fue director creativo de Givenchy entre 1997 y enero de 2001. En 1996 ficharía a otra alumna de CSM, Sarah Burton, que sería su mano derecha y sucesora al frente de la firma Alexander McQueen cuando el diseñador se quitó la vida en 2010. En su testamento, dispuso una beca para que jóvenes talentos de clase baja puedan estudiar en Central Saint Martins. Mientras tanto, Sarah Burton ha sabido mantener su legado llevando el sello McQueen a lo más alto: incluso diseñó el vestido de novia de Kate Middleton, una de sus más fieles clientas.

Se rumorea que Stella McCartney presentó su portfolio (imprescindiblemente brillante para ser admitido en a Central Saint Martins) y realizó la entrevista de admisión con otro nombre, pero cuando eres hija de un Beatle, es normal que tu agenda esté llena de grandes nombres. En su desfile de graduación de 1995, participaron sus amigas Kate Moss y Naomi Campbell, una elección criticada por los medios (que ya empezaban a denunciar los privilegios de los nepo babies) y de la que más tarde confesó arrepentirse. Dos años después, en 1997, fue nombrada directora creativa de Chloé, cargo que ocupó hasta 2001. Desde entonces, posee su propia y prestigiosa firma y realiza virales colaboraciones con socios que van de Adidas a Taylor Swift. Colabora a menudo con la escuela, tanto con una beca para estudiantes desfavorecidos como fichando estudiantes para hacer prácticas o lanzando desafíos: en 2022 pidió a los estudiantes de moda que propusieran alternativas para hacer más sostenibles sus creaciones, premiando e incorporando en su empresa las mejores ideas.

La ex directora creativa de Celine y Chloé, la primera mujer en la avanzadilla de la moda que se tomó una baja de maternidad, la profeta del minimalismo, la gran dama cuyo regreso se espera desde hace años (y que se concretará este otoño con el lanzamiento de su firma homónima) culminó su BA aquí en 1996. Durante sus años en CSM hizo buenas migas con Stella McCartney, quien la fichó como primera asistenta de diseño en Chloé en 1997, motivo por el que Philo se mudó a París ese mismo año. En 2001 acabaría sustituyéndola y, aunque se ha rumoreado cierto feud entre ambas, lo cierto es que McCartney siempre ha loado los femeninos diseños de su ex asistenta. En una entrevista acerca de sus años en Central Saint Martins, marcados por unos compañeros con una visión muy intelectual de la moda, Philo dijo una de sus frases más célebres: "Quería diseñar unos pantalones que me hicieran un culo bonito, no que representaran el Holocausto o algo por el estilo”.

Premio CFDA al mejor diseñador de moda masculina, formó parte de la promoción de 2002 de Central Saint Martins. Al año siguiente creó su firma homónima. Tras haber sido director creativo de las líneas para hombre de Louis Vuitton y Dior, en 2020 debutó como director creativo de Fendi (ya en moda femenina), sucediendo al mismísimo Karl Lagerfeld (sí, a Jones le debemos el regreso de Linda Evangelista a las pasarelas del pasado otoño). El británico declaró que su profesora Louise Wilson "fue la primera persona en la industria que creyó en mí y me dio el coraje y la fuerza para que hiciera exactamente lo que yo deseara. En situaciones difíciles, siempre pienso, '¿qué haría Louise?'". Otro alumno aventajado de Wilson, el genial Giles Deacon (graduado en 1992 y nombrado Diseñador Británico del Año en 2006), decía de su mentora que era "un carácter increíble, alguien que siempre te hace ir más allá y te provoca, lo que podía ser duro para algunas personas que querían estar a bordo en sus proyectos".

Antonio Berardi, otro prestigioso antiguo alumno, fue quien le recomendó a Ricardo Tisci que estudiara en CSM asombrado del talento del joven aprendiz que acababa de llegar a su taller en 1993. Tisci se marchó a los 17 años de su Italia natal para cursar el BA (o licenciatura): los profesores le permitieron saltarse un curso, algo que no sentó muy bien entre sus compañeros. "Era el más odiado. Un día me destrozaron la taquilla y pensé, 'bienvenido al mundo de la moda'", explicó al New York Times. Todo BA culmina con un desfile en el que los creadores deben ceñirse a un solo color para mostrar el verdadero alcance de su creatividad (el mismo rito de iniciación monocromático marcó las carreras de otros grandes como Christopher Kane, Daniel Lee o Harris Reed, a cuya pasarela acudió el estilista de Harry Styles, Harry Lambert, un totum revolutum de "Harris" como nombre de pila que supuso la proyección universal del diseñador gracias al cantante). Graduado en 1999, Tisci ha sido director creativo de Givenchy y Burberry. Recordó en una entrevista con Donatella Versace para Interview que, tras su paso por la escuela, "estaba traumatizado, de una manera positiva. Había descubierto ese sentido británico de la transgresión y la oscuridad".