El motor de la sanidad: enfermeras 24 x 7 x 365

Opinión

El motor de la sanidad: enfermeras 24 x 7 x 365

Enfermera, cooperante en Mozambique y gestora en Medicusmundi. Hoy se celebra el Día Mundial de la Enfermería.

Dos enfermeras completan el traslado de la Unidad de hospitalización de pediatría del Hospital de Guadalajara
Dos enfermeras completan el traslado de la Unidad de Hospitalización de Pediatría del Hospital de Guadalajara, en imagen de archivoCastillalamancha.es

En enfermería trabajamos 24 (horas), 7 (días de la semana) los 365 (días del año) con un grado de inserción laboral muy alto y un déficit de profesionales también muy alto, puesto que se calcula desde la OMS que para 2035 alcanzará los 10 millones.

A la enfermería se la considera el motor de la sanidad ya que se cuenta con estas profesionales en todos los procesos sanitarios de cualquier sistema de salud en el mundo. En este sector, las mujeres ocupan el 80% de los puestos de enfermería, lo que implica que ellas guían los servicios sanitarios de 8.000 millones de personas en el mundo, y probablemente sea el corporativo femenino más numeroso. Si bien se cuestiona si los puestos directivos están asignados proporcionalmente. Según la Office for the Coordination of Humanitarian Affairs (OCHA), los hombres representan menos del 30% del personal sanitario, pero ocupan el 75% de los puestos directivos.

Cada vez te encuentras con más directoras de enfermería. En mi departamento de salud, desde hace unos 10 años no hay ningún cargo directivo de enfermería masculino. Y en cuanto a las supervisiones de unidades o coordinaciones de los Centros de Salud, podríamos decir que se cumple el 80% que comenta la OCHA. Sí que es cierto que las gerencias de los departamentos nos siguen vetadas, como denuncian desde los Colegios de Enfermería. En España hay 316.094 profesionales de enfermería colegiados según datos del INE hasta el año 2019. El 84,2%, 266.020, de estos profesionales son mujeres, y sigue habiendo un déficit histórico del sector en el sistema sanitario. Si comparamos con la media europea con un 8,3/1.000 habitantes, en España contamos con un 6,5/1.000 habitantes según la OCDE.

Las necesidades sobre los cuidados de la población van cambiando, aumentan con los años. Y según aumenta la esperanza de vida, aumenta la cronicidad de muchos procesos patológicos, así como las necesidades de los sistemas sanitarios: hay más población con «enfermedad» a la que hay que hacer seguimiento y atender.

Desde siempre es sabido que el sistema sanitario español tiene un déficit estructural de enfermería, a pesar de que en los últimos años se ha intentado mejorar. Por otro lado, el déficit de médicos y la alta capacitación de las enfermeras españolas (basada en una formación universitaria) está generando que algunas funciones (sobre todo lo relacionado con cuidados y cronicidad) se empiecen a delegar en el sector de enfermería para liberar a los médicos. Lo paradójico es que hasta que no se ha visto la falta de médicos no se ha empezado a pensar que las enfermeras podían asumir determinadas funciones y dotarlas de mayor autonomía. A esta realidad se sumaba otra: la emigración hacia países donde cobraban un sueldo mayor o tenían más posibilidades de prosperar. Pero un reciente estudio de la investigadora Paola Galbany titulado «Escasez de enfermeras en España: del caso global a la situación particular», incluido en la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, señala que se está produciendo también un abandono de la profesión por la precariedad laboral y la alta temporalidad de los contratos.

También sería necesario abordar un estudio sobre las necesidades del sector de la enfermería a nivel nacional dado que el último estudio lo llevó a cabo la entonces ministra Trinidad Jiménez, en 2010. Así como la revisión de las especialidades de enfermería, visto todo lo que se ha avanzado en conocimientos científicos, medios técnicos e incluso lo que ha cambiado tanto el propio sistema nacional de salud como las necesidades de la población en los últimos 50 años. El Real Decreto que regula las especialidades de Enfermería es del 2005, y sólo las especialidades de Obstetricia y Salud Mental se desarrollaron con anterioridad a esta fecha pero con características muy diferentes. En Obstetricia siempre ha habido una amplia oferta, y existía la categoría profesional de «matrona que facilitaba la inserción laboral y el reconocimiento de estas profesionales». A diferencia de Salud Mental, cuya oferta de puestos de trabajo específicos como especialidad era muy escasa, lo que provocó que muchas enfermeras especialistas en Salud Mental trabajasen de generalistas. Solo desde hace unos pocos años se están creando puestos de trabajo con exigencia de la especialidad. En cuanto al desarrollo del resto de especialidades (aparte de las antes mencionadas: Geriátrica, del Trabajo, Cuidados Médico-Quirúrgicos, Comunitaria y Pediátrica) se llevan a cabo por medio del examen Enfermero Interno Residente (EIR), aunque la oferta de plazas todavía es bastante limitada.

Mi opinión es que el decreto de 2005 nació con alguna carencia, como la macroespecialidad Cuidados Médico-Quirúrgicos, que abarca Quirófano, Diálisis, Urgencias o Cuidados Intensivos, que cada una puede ser en sí misma una especialidad. Precisamente Cuidados Intensivos se hizo patente durante la pandemia, cuando las UCIs estaban colapsadas y no había personal con conocimientos suficientes para poder reforzarlas. Se sacó adelante con el sobreesfuerzo de los profesionales de estas unidades, tratando pacientes y formando a compañeros al mismo tiempo.

En cuanto a la posibilidad de prescripción de medicamentos, poco a poco se está avanzando en aumentar la lista de dispensación de medicamentos y productos sanitarios por parte de las enfermeras y enfermeros (regulado por el Real Decreto 1302/2018). Sin ir más lejos, en este abril se han incluido medicamentos para dejar de fumar y anestésicos locales. Y el enero pasado, ibuprofeno y paracetamol. En este momento, el hecho de que las enfermeras prescriban ciertos medicamentos está vinculado con el desbloqueo de listas y la eficiencia en el sistema para facilitar el acceso a la distribución de medicación.

Otro caballo de batalla es la digitalización en el sector. Llevamos mucho tiempo implementándola. En la mayoría de los casos nos facilita el trabajo y es necesaria, pero hace falta dedicar tiempo a la formación.