Sergio Santos, el mirlo que debutó ante el Mallorca, y el bache que dejó atrás: "Lucho por recuperar al jugador que sigue en mí" | Relevo
MALLORCA - REAL MADRID

Sergio Santos, el mirlo que debutó ante el Mallorca, y el bache que dejó atrás: "Lucho por recuperar al jugador que sigue en mí"

El lateral se estrenó en el Bernabéu ante los bermellones en 2021. Un problema de salud mental, del que habla por primera vez, le apartó la temporada pasada de la dinámica del Mirandés.

Sergio Santos sustituye a Nacho el día de su debut con el primer equipo del Real Madrid. /INSTAGRAM
Sergio Santos sustituye a Nacho el día de su debut con el primer equipo del Real Madrid. INSTAGRAM
Manuel Amor

Manuel Amor

Sergio Santos (Leganés, 23 años) vivió el día "más feliz" de su carrera en un partido contra el Mallorca, el mismo rival al que esta tarde (18:30) se mide el Real Madrid. En 2021, con Ancelotti de entrenador, debutó con el primer equipo ante los bermellones, en un encuentro resuelto con comodidad (6-1) y adornado por un hat-trick de Asensio que deleitó al Bernabéu. Sus 15 minutos en Chamartín fueron el premio a 11 años de crecimiento continuado en Valdebebas y a una proyección que parecía no tener límites. "Hice un cien por cien de acierto en el pase, le colgué un buen centro a Jovic que por poco no fue gol… Salí muy satisfecho", recuerda en conversación con Relevo. Esa temporada sólo se estrenaron en Liga los canteranos Peter Federico, ahora en el Valencia; Mario Gila, revalorizado en la Lazio; y él, que ha tenido menos suerte.

Ahora juega en el Algeciras, de Primera Federación, donde compite a préstamo por el Real Murcia en esta segunda vuelta. Su ascenso no ha ido a la velocidad que hubiese esperado, pero transmite seguridad en su mensaje y cuando habla de sus objetivos. "Quiero recuperar las sensaciones de cuando estaba en mi prime. Ahí me quisieron un montón de equipos, y ese Sergio no se ha ido. Ese Sergio sigue en mí", afirma convencido. Sus "ganas" de demostrar su potencial son equiparables a las de contar su historia y lo mal que lo ha pasado en los últimos tiempos, alejado de la "burbuja" de La Fábrica y obligado a labrarse fuera, "en el fútbol de verdad", un futuro en la élite.

Recompensa al sacrificio

Santos, central de formación, empezó a destacar como lateral derecho cuando Raúl le cogió por banda en el Juvenil B. "Es el entrenador al que más cariño le tengo. Me dio la confianza que necesitaba para ir hacia arriba como un tiro; antes de encontrarme con él había jugado de mediocentro y hasta de mediapunta", recuerda. Después se transformó en uno de los 2 más completos de Valdebebas, internacional con las categorías inferiores de la Selección y uno de los futbolistas que brillaron en el Juvenil A de Miguel Gutiérrez, Arribas o Dotor que ganó la Youth League en 2020.

"Eso no lo olvidaré en la vida. Mantengo muy buena relación con Pablo Ramón, con Dotor… pero todos éramos amigos, como una familia", relata. Después, con su salto al Castilla en Segunda B, empezó a asomarse por los entrenamientos del primer equipo. "En mi primer año en el filial fui a cuatro convocatorias con Zidane. Dos en Champions, en Alemania contra el Gladbach y en casa ante el Inter; y dos en Liga, Mestalla y recibiendo al Huesca". Esa temporada, pese a llegar a ejercitarse "tres semanas seguidas" con los mayores y estar "casi en dinámica" con Zizou, no recibió la oportunidad.

Sergio Santos y su experiencia en el primer equipo: «Te cambias al lado de Ramos... y no te das cuenta». RELEVO

Le llegó al curso siguiente, el 21-22, y de forma un tanto inesperada. "Había subido a entrenarme con ellos esa misma semana. Un día llegó Chendo (delegado) y me dijo: 'Oye, que vas a venir convocado con nosotros. Estate tranquilo'. Yo ya había experimentado la experiencia de viajar, pero esta vez era en el Bernabéu. Esa noche descansé muy bien", rememora. En aquel momento no era "consciente de dónde estaba", rodeado de estrellas y en un vestuario que le acogió "como uno más" desde que entró a formar parte de él.

"Te cambias al lado de Sergio Ramos, a tu derecha tienes a Benzema, a la izquierda a Marcelo… Y no te paras a pensar: 'Hostia, yo a esta gente la he visto desde pequeño en mi casa con mi padre y ahora estoy aquí con ellos'. No te lo crees, no tienes esa percepción. Yo vivía y decía: 'Estoy aquí tranquilamente, soy uno más'. Salía a entrenarme, siempre con mi nerviosismo, mariposas y hormigueo, e intentaba hacerlo lo mejor posible. Estás como acostumbrado", cuenta. "La gente te pregunta: 'Joder, has estado con Modric, conoces a Isco…'. Y yo les decía: 'Sí, claro, pero… ¿qué te voy a decir de ellos?'. Son personas, como tú y como yo, que están trabajando. La primera vez que los ves, vale; a la segunda, lo normalizas".

De esa constelación de megacracks le sorprendió Marcelo, en lo futbolístico ("hacía cosas que parecían imposibles"), y Casemiro, en lo personal. "Se me quedó grabado. Fuera del campo es un tío excepcional. Dentro te mete caña, si pierdes un balón te manda rápido a buscarlo, si te tiene que gritar te grita… pero después ya te dice las cosas bien y en qué tienes que trabajar. En el calentamiento contra el Mallorca me tiró una porra, fui entrando en el ambiente y me hizo perder los nervios", desvela. Su debut, sin embargo, se lo debe a Benzema.

"Durante el partido pensaba en si me iba a tocar, con el miedillo y la ilusión. Al descanso íbamos 3-0. Estaba en el banquillo partiéndome de risa con Camavinga y Toni Fuidias y vi que iban a agotar la última ventana de cambios con Jovic. Dije: 'Bueno… pues no me va a tocar esta vez'. Y ahí, justo, Benzema marcó el 5-1. Carlo habló con Davide y me llamaron: '¡Sergio!'. Ancelotti me preguntó si necesitaba calentar y le dije que no. Me quité la ropa y salí. No me dio tiempo ni a ponerme nervioso", expone entre risas. Después del encuentro, miles de mensajes: "Por WhatsApp, por Instagram… Salí diciendo: 'Lo logré'. Ves como todos los compañeros te felicitan, tus ídolos te dan la enhorabuena y te pegan una palmadita en la espalda… Fui muy feliz". Y al despertarse, el golpe de realidad.

De vuelta al Castilla

Santos entró por Nacho, que ejercía como parche en el lateral ante los repetidos problemas físicos de Carvajal. Después de un estreno notable en el Bernabéu, por la mente del mirlo se pasó que tendría "más continuidad". "Había debutado, lo había hecho bien… Pensé que iba a seguir con ellos, pero no. Al día siguiente ya me mandaron a entrenarme con el Castilla". Aquello le pilló con el pie cambiado. "Me sorprendió, sí. Dije: '¿Ya?'. Venía de hacer un buen partido, de que todo fuese correcto… Me sorprendió, sinceramente. Nunca pregunté por qué. Si decidieron que no tenía que seguir con ellos, sería por algo. Yo hice todo lo que pude, di mi máximo. Era algo que no dependía de mí".

Sergio Santos, sobre su debut y su regreso instantáneo al Castilla. RELEVO

Ahí se terminó su sueño de blanco. Después de finalizar el curso con el Castilla se marchó cedido en la 22-23 al Mirandés, que le incorporó con enormes expectativas. "Chema Aragón (director deportivo) preguntó mucho por mí y se dejó la vida para que fuese allí", asegura. Su escasa presencia en los onces, sin embargo, llamó la atención: sólo 194' en seis partidos de Liga. Se ofreció como versión oficial que le habían asolado los percances físicos, el presunto motivo que le hizo desaparecer de las convocatorias entre noviembre y mediados de marzo. La realidad, que desvela por primera vez, fue otra.

"Tuve un problema psicológico. Era la primera vez que salía de casa, que pasaba a un lugar y a un entorno nuevo… Llevaba 12 años en el Real Madrid y había vivido siempre con mis padres salvo en la última temporada. Sin saber el motivo ni el porqué, me entraron temores en la cabeza que no pude controlar", se abre. "Fue como una lesión. Es algo que no sabes por qué te pasa, que le puede ocurrir a cualquiera. Me vine tres meses a Madrid a recuperarme. Lo hice y volví para la recta final". El papel del club, que le transmitió tranquilidad, resultó fundamental: "Chema lo entendió y siguió confiando en mí".

En aquel período, por supuesto, recurrió a la figura del psicólogo. "De hecho, no conozco a ningún deportista que no se trate con un especialista. Se está normalizando y se va a normalizar cada vez más. Es algo primordial. La mente es el 90% de ti, de cómo eres como jugador y como persona". Los malos momentos y la "ansiedad" le han llevado ahora a estar "muy bien, muy contento", con los retos intactos y la ambición de volver a crecer.

Sergio Santos, sobre sus problemas de salud mental en el Mirandés. RELEVO

"La gente no sabe lo que pasé en el Mirandés. Sólo ven números, estadísticas y que no participé. Quiero demostrar lo que soy como jugador. Tengo muchas cualidades y he venido a Algeciras a demostrarlas. Y si no es este año, que sea el siguiente. No tengo prisa. Tengo que explotar al Sergio que llevo dentro y que vuelva a salir a la luz. Sé que va a llegar el momento de decir: 'Hostia, ahora sí'", apunta. La parte de irse de Valdebebas y abandonar todas las comodidades está ya olvidada: "Allí te acostumbras a lo mejor. Tienes los mejores fisios, los mejores vestuarios, los mejores campos… y no lo valoras del todo hasta que te vas. Me di cuenta, incluso en Segunda, de que no tiene nada que ver. Vives en una burbuja; cuando se pincha y te toca marcharte, te das cuenta de lo que tenías. Pero eso no es el verdadero fútbol, sino lo que yo estoy viviendo ahora".

Su fichaje por el Real Murcia, con el que tiene contrato hasta 2025, supuso un punto de inflexión. "Allí estuve muy a gusto hasta enero. En ese momento tomamos la decisión de que saliese decidido al Algeciras. No hubo ningún conflicto, llegamos a un acuerdo razonable. Yo quería minutos, seguir jugando. Ahora deseo meterme en play-off, que es nuestro objetivo", añade. En el Nuevo Mirador ha entrado "de forma inmejorable", "tanto con los compañeros como con el cuerpo técnico". A medio plazo la meta pasa por "tener los máximos minutos posibles y regresar a Murcia".

En eso se halla, todavía con la "felicidad" en el cuerpo de aquel mágico 22 de septiembre de 2021 en el que tocó la cima. Los recuerdos siguen viniendo a su cabeza: "El paseo desde Valdebebas al Bernabéu, pasando por La Castellana y viendo a la gente animar… Buah, eso era espectacular". Su día a día es ahora otro, con la batalla de este sábado en Mérida (16:00) como único foco. Dos horas y media después, el Madrid de Ancelotti se verá las caras con un rival al que nunca olvidará. Él seguirá su camino: "Todas las personas ven de mí un caparazón que parece un poco chulesco, pero si me conoces vas a saber que no es así. Cada vez voy mejor, pasito a pasito, y sé que conseguiré volver a lo más alto".