Extra Ordinario (2019), de Enda Loughman

Alocada comedia fantasmal ideada por los desconocidos cineastas irlandeses Mike Ahern y Enda Loughman, a los que les ha faltado un punto de pillería para llegar al gran público, pues el film, que de entrada parece blanco y pensado para todo tipo de espectadores, acaba introduciendo planteamientos zafios y una subtrama satánica, e incluso pasajes de puro gore, de modo que no queda nada claro a quién pretende dirigirse.

Sigue a Rose Dooley, profesora de su propia autoescuela, que quiere olvidar su talento especial para comunicarse con fantasmas, pues un error al respecto en su uso provocó la muerte de su padre. Pero no podrá resistirse a los ruegos de un viudo, padre de una adolescente, al que el espectro de su esposa muerta hace la vida imposible. Por otra parte una estrella de rock aficionada a los cultos satánicos, quiere localizar a una virgen para sus perversos planes.

Tenía encanto el arranque de sugerir que hechos que todos hemos observado, un cubilete que rueda sin motivo aparente, una moneda que se cae de la mesa, etcétera, serían intentos de fantasmas por comunicarse con las personas que andan por ahí cerca. La idea de fantasmas de andar por casa, con el programa televisivo de fenómenos paranormales que hacía antaño el padre de Rose, y una “cazafantasmas”, por así decir, que no responde a la imagen que podríamos tener de las misma, era atractiva, y da pie a momentos muy hilarantes. Pero a medida que transcurre el metraje la trama pierde fuelle, y se pierde cierto punto de ingenuidad. De todos modos es una notable primera película, con buen diseño de producción.