La historia de Stephanie, la película argentina que desafió la polémica de la piratería y se estrenó en Cuevana | El Destape

La historia de Stephanie, la película argentina que desafió la polémica de la piratería y se estrenó en Cuevana

El Destape dialogó con Maximiliano Gerscovich sobre Stephanie, su ópera prima, y las polémicas que despertó en su momento el formato en el que fue estrenada, en asociación con la plataforma Cuevana, a diez años del lanzamiento.

22 de diciembre, 2021 | 16.20

Se cumplen diez años del estreno de Stephanie, la primera película en habla hispana que se transmitió vía streaming en alta definición. Dirigida por Maximiliano Gerscovich fue protagonizada por Antonio Birabent y Soledad Fandiño. Para el cine de ese momento era totalmente impensado que una cinta pudiese estrenarse en Cuevana, plataforma vinculada a la piratería. Entre polémicas, la película marcó un hito en la forma de pensar al cine local. Con motivo de su aniversario, El Destape dialogó con el cineasta para recordar las idas y vueltas de su ópera prima.

- ¿Fue un rodaje complejo?

El rodaje fue en el 2004, siete años antes del estreno. En el medio, la película estuvo bastante cajoneada. Fernando Baserga se cargó al hombro toda la producción de Stephanie porque el INCAA no nos dio subsidios ni créditos para desarrollarla, y tampoco tuvimos co-producción con el exterior ni canales de televisión asociados. Realmente, Stephanie fue una película independiente pura.

La filmamos muy rápido, en 8 días. Teníamos varias cosas a favor: había pocas locaciones y usamos el método de la improvisación para las actuaciones, obviamente trabajando antes el contexto y desarrollo de los personajes para lograr que sean tridimensionales y no caigan en clichés. Además de este proceso, Stephanie fue la primera película en ser filmada en HD en Latinoamérica. Fue una experiencia desafiante. Justo ese año Michael Mann estrena Collateral, su primera película hecha en HD. Estábamos a la par de lo más avanzado del primer mundo, experimentando.

- En ese momento, ¿los medios de comunicación te acompañaron en esa otrora nueva forma de hacer y pensar las películas?

Tanto cuando filmamos como cuando estrenamos tuvimos mucha repercusión mediática, por diferentes razones. Por un lado, todo se focalizó en Antonio Birabent y Soledad Fandiño -el elenco- que estaban en un gran momento de popularidad. Después, en el estreno, la cobertura se metió en la polémica de las plataformas digitales como Cuevana. Una discusión que ya debería estar saldada si tenemos en cuenta que el INCAA tiene su propia plataforma (Cine.ar) o que compañías globales estrenan producciones importantísimas en streaming, como Get Back de Peter Jackson, que está disponible en Disney+ y no pasó por salas.

Los que no acompañaron a Stephanie fueron los colegas del medio y los críticos especializados. De algún modo muy paradójico, siento que hubo rechazo y ninguneo hacía la película, por la forma en que fue estrenada. Prácticamente no tuvo críticas. Ni siquiera malas. Recuerdo que fue muy llamativo encontrarme con una nota de La Nación, escrita en 2011 por Diego Batlle, sobre el balance cinematográfico del año y ver que llevaba en la portada una fotografía del rodaje de Stephanie cuando en el diario no se tomaron el rato de escribir una crítica que analice la película.

La nota habla del conflicto que representaba la distribución digital y las nuevas plataformas. Incluso roza el tema de la piratería, que en ese momento representaba una cuestión muy álgida. En ese sentido, siento que los medios tuvieron un trato medio bipolar.

- ¿De quién fue la idea de asociarse con Cuevana?

Todo surgió como una forma de querer imitar lo que hacían los artistas de la música que estrenaban sus trabajos autogestionados en las plataformas del momento, como Myspace. De hecho, en el año 2007 Radiohead estrenó su disco In Rainbows a la gorra y en la web. Hicimos algo similar y al diseñador de la página, Gastón Infantino, se le ocurrió usar el servicio de Cuevana como soporte técnico del video. Desde la plataforma nos abrieron las puertas sin dudarlo y se la jugaron. Fue el primer estreno vía streaming que tuvieron y eso generó un fuerte cimbronazo porque venían recibiendo muchos ataques por las majors (grandes compañías distribuidoras de cine) desde el lado legal.

- Sobre Cuevana y plataformas web similares, ¿qué lectura hacés sobre la piratería?, ¿sentís que estas plataforma pueden, de alguna forma, democratizar contenidos?

Creo que los debates siempre son bienvenidos. Hay argumentos interesantes tanto de un lado como del otro. Lo que no me parece bueno es la estigmatización. Ir diciendo "mirá ahí van los piratas". Hubo un crítico que llegó a decir que con Stephanie estpabamos promoviendo la destrucción de la industria del cine en Argentina. Un disparate sin pies ni cabeza que excedía el concepto de la crítica constructiva. Hay que entender que estas plataformas son medios de comunicación alternativos.

 

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