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Toda una leyenda

Sean Connery cumple 90 a�os: su fortuna, su mal car�cter y su retiro con ventajas fiscales en Bahamas

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Desde mediados de la d�cada pasada, Connery vive en un complejo residencial de lujo en las Bahamas. Es donde ha fijado su residencia permanente durante todo el a�o, y apenas la abandona.

Sean Connery, hace tres a�os, en una de sus �ltimas im�genes...
Sean Connery, hace tres a�os, en una de sus �ltimas im�genes p�blicas. GTRES

Sean Connery ha disfrutado de la que, seguramente, sea una de las mejores jubilaciones que alguien pueda imaginar. Decidi� retirarse voluntariamente en 2003, despu�s de rodar y protagonizar La liga de los hombres extraordinarios, una pel�cula conflictiva en varios aspectos -no tuvo buena relaci�n con el director, y los cr�ticos no le dejaron en buen lugar-, lo que le llev� a pensar a Connery que posiblemente ya hubiera dado lo mejor de su carrera y que acaso no era buena idea estropear un legado que, objetivamente, iba a ser alimento de la mitoman�a colectiva durante muchas d�cadas por venir.

Al fin y al cabo, �l hab�a sido en la gran pantalla el padre de Indiana Jones, Guillermo de Baskerville y, por supuesto, el primer agente 007, Bond, James Bond, y para mucha gente el �nico Bond que vale la pena tener en cuenta. Sean Connery hab�a amasado fama, fortuna, prestigio, cari�o, respeto y sin nuevos horizontes apetecibles, y seguramente algo quemado y exento de cierto volumen de ego, decidi� de manera pragm�tica no volver a actuar nunca m�s y dedicarse a los placeres. Hab�a rechazado unos a�os antes ser Gandalf en la trilog�a de El Se�or de los Anillos -se�al, quiz�, de que empezaba a fallarle el olfato, o de que su criterio actoral estaba muy lejos del nuevo Hollywood-, y le dijo que no a Spielberg cuando quiso hacer la cuarta pel�cula de la saga Indiana Jones. Y mientras rechazaba todo esto, recorr�a su campo de golf.

Connery y Ursula Andrews, en 'James Bond: Agente 007 contra el Dr. No'.
Connery y Ursula Andrews, en 'James Bond: Agente 007 contra el Dr. No'.GTRES

Desde mediados de la d�cada pasada, Connery vive en un complejo residencial de lujo en las Bahamas. Es donde ha fijado su residencia permanente durante todo el a�o, y apenas la abandona por dos motivos. El primero, porque no le apetece: su rutina habitual es jugar al golf, descansar en su terraza, pasar el tiempo con su esposa, la pintora Micheline Roquebrune -un a�o mayor que �l-, y en definitiva dedicarse a gozar con las horas de sol, el clima agradable y los lujos de su para�so particular. El segundo, porque si estuviera m�s de 90 d�as fuera de las Bahamas no podr�a beneficiarse de las enormes ventajas fiscales que le proporciona residir en el pa�s, raz�n por la cual Connery no se prodiga en p�blico, apenas viaja a Los �ngeles o su querida Escocia -se le vio poco el pelo cuando hizo campa�a por el s� en el refer�ndum de independencia de 2016, siempre a distancia-, que es, en definitiva, un motivo poderoso para dejar de hacer pel�culas y vivir de sus cuantiosas rentas, que se han estimado en m�s de 90 millones de d�lares netos en cuentas bancarias, sin contar las propiedades.

Justo cuando cumple 90 a�os, todo esto parece un ep�logo ideal y merecido para un mito absoluto. Michael Caine, que es de su quinta, sigue trabajando, pero �l ya ha tenido suficiente. De Connery es conocido su car�cter a veces hosco, su manera directa y cortante de expresarse, pero esa brusquedad no ha minado la imagen de gal�n seductor y magn�tico que le ha acompa�ado desde siempre. De hecho, cerr� el siglo XX con dos grandes honores: la reina Isabel II le orden� caballero del imperio brit�nico -as� que, lo t�cnico, ser�a dirigirse a �l como Sir Sean-, y la revista People le declar� el hombre m�s sexy desde 1900 en adelante.

El actor, con los Thyssen en Marbella.
El actor, con los Thyssen en Marbella.

Lo primero, posiblemente, nunca se lo hubiera esperado en su juventud. Sean Connery era un hijo de la clase obrera m�s deprimida de Edimburgo, su madre limpiaba casas y su padre era operario en una f�brica y conduc�a camiones; mucho antes de probar suerte con el cine, el primer trabajo de Connery fue como repartidor de leche. Lo segundo, quiz�, s� lo pudiera imaginar: consciente de su buena planta, cultiv� su f�sico y fue levantador de pesas, y fue esa belleza rotunda suya la que le llev� al cine. Rod� algunas pel�culas menores y en 1961 fue el elegido para encarnar al esp�a que triunfaba en todo el mundo gracias a las novelas de Ian Fleming, James Bond. Se enfrent� al Doctor No y ah� despeg� una carrera mete�rica.

Protagoniz� las primeras seis pel�culas de la saga Bond -que todav�a siguen estando entre las mejores, incluida Goldfinger-, y tras ceder el testigo a Roger Moore recuper� el papel en 1983 con Nunca digas nunca jam�s. Fue su �ltimo Bond, y tambi�n la puerta a una nueva ristra de papeles tambi�n carism�ticos en pel�culas como El nombre de la rosa, Indiana Jones y la �ltima cruzada, Los intocables de Elliott Ness -con la que gan� su �nico Oscar al mejor actor secundario-, La caza del Octubre Rojo o La roca. Antes de eso, hab�a aparecido en algunas pel�culas de culto, como Los h�roes del tiempo -a las �rdenes de Terry Gilliam-, Marnie, la ladrona -su �nico trabajo bajo la direcci�n de Alfred Hitchcock- o la muy kitsch Zardoz, donde se pasaba toda la pel�cula en taparrabos y mostrando pelambre espesa.

Con su esposa, Micheline.
Con su esposa, Micheline.

Gracias a un estricto control de muchos aspectos de su intimidad, Sean Connery ha conseguido que no trasciendan apenas aspectos de su vida privada. Quienes le conocen hablan de un hombre con un temperamento fuerte, algo controlador, dominante, pero a la vez dotado de un sentido del humor muy brit�nico, negro y c�nico. Antes de casarse con su actual esposa, mantuvo una relaci�n matrimonial de una d�cada con la actriz Diane Cilento, de la que se separ� en 1973 y con la que tuvo a su �nico hijo, Jason. Diane acus� en un libro a Connery de haber sido un marido controlador y con alg�n arrebato impulsivo, lo que estar�a en la base de su mala relaci�n y la ruptura definitiva. Es, en todo caso, el �nico testimonio perfilado sobre esa parte oscura de su car�cter, m�s all� de la flema visceral que dejaba traslucir en los rodajes, altern�ndola con episodios de exquisita educaci�n y encanto.

Hubiera sido interesante que Sean Connery cumpliera sus 90 a�os, no en Bahamas, sino en Marbella, donde tuvo una residencia de vacaciones hasta 1999. Se fue porque las condiciones fiscales eran m�s atractivas en el Caribe -y el ruido medi�tico mucho menor-, y lo hizo envuelto en pol�mica: Hacienda le investig� por evasi�n de impuestos en Espa�a tras haber participado en una operaci�n de compra-venta de apartamentos de lujo con una decena larga de socios, sin que los papeles parecieran estar en regla, una pesquisa de la que fue exonerado (se le investig�, pero no se present� ninguna acusaci�n), pero que s� salpic� a su mujer, que fue se�alada por defraudar al fisco espa�ol y citada a juicio en 2015 -del que no ha vuelto a haber noticias-. Percances que, desde el ed�n de las Bahamas, la pareja seguramente ve sin demasiada preocupaci�n.

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