Vasari fue un workalcoholic. Escribió sus Vite -el libro que marcó el inicio de la historia del arte tal y como la entendemos-, pintó de manera impecable, y diseñó espectaculares edificios en la Toscana. La casa es deliciosa, pese a no albergar las piezas originales de su colección. Sí están, sin embargo, sus frescos en las paredes y se puede analizar la articulación de una casa noble en la Toscana del Cinquecento. Algo que ningún amante del arte debería perderse. Aconsejo viajar en enero... tres parejas de visitantes... nada más. Un lujo.

Es la vivienda que utilizó Vasari, famoso pintor del Renacimiento Italiano, amigo de Miguel Ángel, hermano de un famoso joyero y orfebre de Venecia. Las estancias, pintadas todas ellas al fresco, son increíbles de visitar, por la elegancia y belleza de las pinturas, su adaptación al uso de la estancia y se agradece que no haya mobiliario que esconda pinturas. La visita es de pago, pero libre (es decir, no te obligan a ir en grupo). Existe una salita donde se proyecta un vídeo muy muy interesante. Sólo se permite la visita a la planta baja, quedando la planta primera sin visitar.