El pueblo medieval de Tarragona donde Sant Jordi mató al dragón

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El pueblo medieval de Tarragona donde Sant Jordi mató al dragón (según la leyenda)

Montblanc no solo se metamorfosea con esta celebración, también es viaje a través del tiempo entre murallas, viñedos, edificios modernistas y casas de artistas olvidados.

Montblanc es uno de los pueblos medievales más bonitos de España y de Cataluña. Rodeado por una impresionante muralla de 1.700 metros que todavía conserva las torres de vigilancia alzadas durante la Edad Media, Montblanc se mantiene fiel a su pasado histórico y, al mismo tiempo, acoge nuevas experiencias artísticas y enológicas que invitan a los viajeros a descubrir la villa. 

 

En 1947, el centro de la ciudad fue declarado Conjunto Histórico por su arquitectura románica y gótica perfectamente conservada, sus iglesias escondidas entre las estrechas calles del centro y sus encantadoras plazas. Además, la tradición catalana asegura que Montblanc fue el escenario en el que tuvo lugar la famosa leyenda de Sant Jordi y el dragón, una historia que los habitantes de la villa recuerdan y celebran cada primavera.

PARA LEER MÁS: La leyenda de Sant Jordi y el dragón

Montblanc
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La Semana Medieval de montblanc

Este 2024, del 19 al 28 de abril Montblanc se convierte en el escenario de la fiesta de recreación histórica más antigua del país y se transforma por completo para celebrar esta famosa leyenda catalana. En el centro de la ciudad se emplaza el mercado medieval, con sus puestos de quesos, embutidos, dulces y productos de artesanía. En las calles se organizan actividades para dar a conocer la vida cotidiana de los hombres y mujeres de la Edad Media e incluso una “escuela de caballeros” para los más pequeños en la que se realizan talleres de escudos y espadas y paseos a caballo.

Montblanc medieval
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La representación teatral de la leyenda de Sant Jordi, en la que diversos actores y actrices de Montblanc recrean la historia del caballero, el dragón y la princesa, es el espectáculo más esperado de la fiesta. Además, también se celebra un torneo medieval nocturno en el que los caballeros luchan sobre sus corceles frente a la grandiosa muralla y una cena medieval con espectáculo de trovadores y juglares. El único requisito para unirse a la fiesta es el siguiente: ir vestido de la Edad Media.

 

 

Montblanc
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El puente y la muralla

La mejor manera de llegar a Montblanc es a través del Pont Vell (Puente Viejo), el puente de piedra construido en el siglo XII sobre el río Francolí para acceder a la ciudad. El paseo por el puente permite a los visitantes contemplar el conjunto amurallado y sus alrededores a medida que avanzan hasta llegar a la puerta de entrada a Montblanc.

 

Una vez dentro, la primera recomendación es visitar la muralla medieval. Este muro alzado en el siglo XIV todavía conserva sus 25 torres de defensa originales y sus cinco portadas. Las torres más famosas de la muralla son la torre de Sant Jordi, la Torre-Portal de Bové y la Torre de las cinco esquinas. La visita guiada permite tanto conocer la historia medieval de esta localidad como pasear por encima de la muralla.

Montblanc
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El casco antiguo

En el centro de Montblanc se encuentra el Carrer Major (Calle Mayor), una avenida que atraviesa el casco antiguo y que está llena de restaurantes, pastelerías, tiendas y galerías de arte. Al final del Carrer Major, saliendo por la Puerta de Sant Francesc, se llega al convento de Sant Francesc de Montblanc, un edificio construido entre los siglos XIII y XIV que conserva una preciosa iglesia gótica de una sola nave y que ha sido declarado monumento histórico.

 

Otra de las calles más bonitas de la ciudad es el Carrer del Jueus (la Calle de los Judíos), un pasaje de la época de la Corona de Aragón en la que la comunidad judía desarrolló una importante actividad económica y comercial en el centro de Montblanc.

Montblanc Medieval
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Recorriendo el casco antiguo se llega a la Plaça Major (Plaza Mayor), el centro neurálgico de la ciudad y de su pasado histórico. En esta plaza están varios de los edificios más importantes de la ciudad, como la Casa de la Vila (el Ayuntamiento) o la casa Desclergue. Además, es un lugar ideal para hacer una pausa en alguno de los restaurantes de la plaza y degustar la cocina tradicional catalana de la villa. 

Montblanc
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Una iglesia gótica y otra románica

Dentro de las murallas que rodean Montblanc se encuentran dos iglesias importantes, la iglesia de Santa Maria y la de Sant Miquel. La Iglesia de Santa María se construyó en el siglo XIV y alberga en su interior uno de los mejores órganos de la escuela catalana del barroco. Desde fuera, Santa Maria destaca por su espectacular fachada, en la que se puede ver el escudo de la ciudad, y la arquitectura gótica que también reluce dentro del edificio.

La otra iglesia es el templo románico de Sant Miquel. Este edificio fue alzado en el siglo XIII y es fácilmente reconocible por la alta torre que caracteriza su fachada y que sobrepasa los tejados de los demás edificios de la ciudad.

'Guer-Blanc', obra pintada por Maties Palau Ferré en 1971.
Foto: 'Guer-Blanc', obra pintada por Maties Palau Ferré en 1971.

La casa del Picasso catalán

En el centro de Montblanc también se encuentra la casa familiar del artista Maties Palau Ferré, uno de los mayores representantes del cubismo catalán de los años 50 y 60, que fue apodado por la prensa de la época como “el Picasso número dos” por dar continuidad al cubismo picassiano cuando el informalismo y la abstracción conquistaron el mundo del arte.

Palau Ferré protagonizó una sonada polémica en los años setenta, cuando el Tribunal Supremo le condenó a pintar 42 metros cuadrados al óleo para saldar un contrato que había firmado con un empresario. Para reivindicar su libertad artística, después de cumplir con lo acordado, Palau Ferré se dedicó a pintar y quemar sus propios cuadros, en un acto de rebeldía contra el sistema de galerías. Pasado un tiempo, dejó de quemar sus obras y decidió regalar los cuadros que pintaba a ONG que trabajaban por la libertad y los derechos humanos.

En 1971, recuperando su vinculación con Picasso, la Universidad de Siracusa (Estados Unidos) le pidió que reinterpretara el famoso Guernica del pintor para la exposición organizada por el noventa aniversario de su nacimiento. Palau Ferré pintó entonces el Ger-Blanc, un cuadro en contraposición al Guernica que evoca "la esperanza de un mundo mejor", que fue expuesto en el Everson Museum of Art de Nueva York.

El museo del pesebre

Uno de los museos más curiosos que se pueden visitar en Montblanc es el Museu del Pessebre de Catalunya (Museo del Pesebre de Cataluña), dedicado a una de las tradiciones catalanas más típicas de la Navidad: la recreación del nacimiento de Jesús y de su entorno a partir de pequeñas figuras de barro.

El museo alberga más de 18.000 esculturas de pesebre, incluyendo tanto a los personajes clásicos como a los pequeños animales o elementos decorativos, algunas de las cuales han sido elaboradas por los mejores escultores de pesebres de Catalunya.

Celler cooperativo de Montblanc
Foto: Montblanc Medieval

Un celler modernista

En 1919, los campesinos de Montblanc fundaron el Sindicato de Vinicultores y decidieron construir una Bodega de la Cooperativa de Vinicultores. El sindicato encargó la construcción del edificio al arquitecto Cèsar Martinell, que fue quien diseñó esta bodega modernista que se encuentra a las afueras de la villa.

 

Antiguamente, la parte trasera del edificio estaba reservada para la recepción de la uva y en el centro se encontraba la torre del depósito de agua. Hoy en día, únicamente se puede entrar en la parte del edificio en la que se encuentra la agrotienda de Cava Portell y lo demás solo se puede visitar por fuera.

 

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Foto: Vins de Pedra

Vins de pedra

Otra interesante visita enoturística que ofrece Montblanc es a las bodegas Vins de pedra, un proyecto creado en 2010 por la joven enóloga Marta Pedra que busca “ser capaz de realizar elaboraciones que reflejen de manera fiel el territorio” y sumarse así al crecimiento futuro de la Conca de Barberà.

Vins de pedra organiza diversas experiencias, entre ellas disfrutar de una calçotada con amigos o familia entre los viñedos, vivir una vendimia auténtica en la Conca o visitar el celler de los vinos, que se encuentra en una de las torres de la muralla, teniendo la oportunidad de recorrer los siete pisos de la torre y de disfrutar de una degustación de vinos acompañada de las mejores vistas de la villa medieval.

Centro de Interpretación de Arte Rupestre

En Montblanc también se encuentra el Centro de Interpretación de Arte Rupestre (CIAR), un importante referente de la investigación, la conservación y el estudio del arte rupestre hallado en las montañas de Prades, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1998. Las visitas al CIAR permiten adentrarse en el mundo de la edad de piedra, conocer los secretos del arte de aquellos tiempos y disfrutar de uno de los puntos clave de la Ruta del Arte Rupestre de Cataluña diseñada por el Museo Arqueológico de Cataluña.

 

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