Julián Villagrán, insurgente y emperador de la Huasteca - Periódico AM

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Julián Villagrán, insurgente y emperador de la Huasteca

EL TLACUILO

Escrito en Hidalgo / Opinión el

A más de doscientos años la figura de Julián Villagrán sigue siendo motivo de polémica; para sus detractores su participación fue sólo para satisfacer sus aspiraciones personales y destacan la crueldad en sus acciones; quienes lo defienden señalan a su favor la prontitud con que abrazó la lucha por la Independencia, el daño que causó a los realistas y la ira con que éstos terminaron con su vida.

A pesar de la controversia, Julián Villagrán ha sido inmortalizado en el Paseo de la Reforma de la capital de la República, con una estatua colocada en 1890 a iniciativa del estado de Hidalgo; además, dos municipios, uno en Tamaulipas y otro en Guanajuato llevan su nombre.

Máximo Julián Villagrán Calleja, nació el 10 de junio de 1756, en Huichapan (actual estado de Hidalgo), fueron sus padres Joseph Miguel Villagrán y Antonia Gertrudis Calleja. A muy temprana edad se inició como arriero acompañando a su padre, quien realizaba viajes llevando mercancía para su venta a diferentes pueblos. Con el tiempo llegó a poseer un considerable número de bestias de carga y una hacienda. En 1783 contrajo matrimonio con María Anastasia Mejía de Armenta, con quien procreó trece hijos.

En 1810 se levantó en armas contra la corona española y se apoderó del Real de Zimapán. Entró en contacto con Miguel Hidalgo que lo nombró jefe del movimiento revolucionario en la región. Julián y su hijo José María, al que apodaban "Chito", llegaron a controlar principalmente Huichapan, Zimapán, San Juan del Río en Querétaro, Jacala y por supuesto, toda la región de la Huasteca.

Julián Villagrán, impulsivo y aguerrido, se distanciará de la junta de Zitácuaro y buscará continuar con su propio movimiento insurgente sin obedecer las órdenes de Ignacio López Rayón que en 1812, como presidente de la Junta de Zitácuaro, decidió visitar Huichapan, para reprender a los Villagrán que se estaban subordinando.

Llegará un 13 de septiembre y el día 16 rememorará junto con los Villagrán lo que se considera como la primera celebración del Grito de Dolores en el conocido "Chapitel".

Julián Villagrán a regañadientes seguirá las órdenes de sus superiores tomando Zimapán como su punto de acción y dominio, sin embargo no renunciará a sus personales ímpetus al grado de autoproclamarse "Julián I, Emperador de la Huasteca". Incluso en su intento de controlar la zona económicamente, mandó resellar monedas de ocho y dos reales, colocándoles un círculo bordeado con puntos en cuyo interior emplazó el lema de Villa/Gran.

Junto con su hijo José María, atacaban guarniciones realistas, asaltaba regimientos pequeños, interceptaba convoyes que transportaban bienes con destino a México, Querétaro y San Luis Potosí llevando el botín a Zimapán para que sirviera a su causa más que a la causa independentista.

Félix María Calleja, azote de la causa insurgente, al no soportar más al aguerrido rebelde mando al teniente coronel Monsalve y el coronel Ordoñez formar una división en Tula para detener a los Villagrán. Se logró hacer prisionero a "Chito" Villagrán.

Don Julián, al enterarse de que su hijo había caído prisionero mandó como respuesta:

"que dispongan de mi hijo, como gusten, que mi causa la creo santa y sagrada; y que para defenderla, aquí los espero con mis otros hijos; y que tal vez mi esposa me dé aún otros más, que continuarán la guerra; que no soy tan niño ni tan inocente para creer en las promesas que me hacen; mucho daño ya les he hecho y aunque traiga el indulto en la bolsa me van a fusilar& ¡Mujeres hay muchas para tener hijos, patria sólo tengo una! ¡Que lo fusilen!".

Más tarde, Felipe Maya reveló a las fuerzas realistas el lugar donde se encontraba acampado Julián Villagrán y  de esta forma el 13 de junio fue capturado en la hacienda de San Juan Amaxac en compañía de los pocos hombres que lo acompañaban. Fue conducido a Huichapan donde fue ejecutado y decapitado el 21 de junio de 1813. Su cabeza fue colgada en la explanada de la Capilla del Barrio de San Mateo, donde ya se encontraba la de su hijo José María, las dos colocadas con dirección a Zimapán. Los bienes de los Villagrán fueron confiscados dejando a su esposa y su numerosa familia en el desamparo.

Las últimas noticias que se tienen de los Villagrán conducen a que el más pequeño de los hijos de Julián Villagrán, de unos 12 años, desaparecerá del país; con el tiempo se supo que un español lo había tomado bajo su protección y llevándolo a EE.UU. se casó y tuvo familia; dos de sus hijos vinieron con el ejército de EE.UU. durante la guerra de intervención norteamericana queriendo reclamar parte de la herencia que les correspondía de su abuelo, Julián Villagrán.

El General Butler los enviará con el Gral. Lane el cual les dio la misión de invadir la Huasteca, pero al firmarse el tratado de paz Guadalupe- Hidalgo aquel 02 de febrero sus reclamos fueron en vano sin lograr el éxito esperado.

No volvió a saberse nada de los Villagrán.

ACLARACIÓN                                                 
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
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