Crítica de ‘Back To Black’, el biopic de Amy Winehouse de Sam Taylor-Johnson | MindiesMindies

Cine

Back To Black

Sam Taylor-Johnson

2024

Por -

Con ‘Back to Black’, Sam Taylor-Johnson pretendía rendir homenaje a la efímera pero deslumbrante carrera de Amy Winehouse. Lamentablemente, lo que ha conseguido es un bodrio cinematográfico que banaliza la tragedia de la cantante y desperdicia una oportunidad de oro para ahondar en su compleja personalidad.

Desde los primeros compases, la película demuestra su deplorable falta de ambición. En lugar de ofrecernos una mirada íntima al torbellino vital y creativo de Winehouse, lo que vemos es un somero repaso a los hitos más manidos de su biografía. Todo se desarrolla a un ritmo frenético, sin pararse a arrojar luz sobre los intrincados entresijos que modelaron a la artista.

La superficialidad campea por doquier en este intento de biopic. Las interpretaciones, encabezadas por una Marisa Abela que imita sin convicción los tics de Winehouse, carecen de la chispa necesaria para transmitir la magnética fuerza escénica de la cantante. Eddie Marsan y Lesley Manville, como el padre y la abuela de Amy respectivamente, acaban diluyéndose en papeles más propios de una función escolar que de una ambiciosa pieza cinematográfica.

Quizás el mayor pecado de ‘Back to Black’ resida en su empeño por presentarnos a Winehouse como una mujer indefensa, víctima del alcoholismo, las drogas y los hombres que la rodeaban. Se obvia por completo su agencia como artista y ser humano, reduciéndola a un personaje sacudido por fuerzas externas. De su feroz determinación por abrirse camino en un mundo hostil y misógino, ni una pizca.

Es cierto que Winehouse sucumbió finalmente a sus demonios internos. Pero esa oscura espiral descendente encontró su contrapunto en la fiereza con la que se expresaba a través de su música. Una dimensión que brilla por su ausencia en esta cinta que pasa de puntillas sobre los entresijos creativos y artísticos que forjaron álbumes como ‘Frank’ y la archiconocida ‘Back to Black’.

En su lugar, Taylor-Johnson se recrea en aspectos tan banales como los devaneos sentimentales de Winehouse con Blake Fielder-Civil (interpreado por un Jack O’Connell cuya interpretación tampoco aporta demasiado). Secuencias interminables de ambos enzarzados en peligrosas y tóxicas dinámicas amorosas se suceden sin ton ni son, en un intento vano por transmitir esa intimidad emocional de la que la película en su conjunto carece.

A medida que avanza su metraje, ‘Back to Black’ se hunde más y más en un círculo vicioso de clichés propios del género biopic. Abundan los montajes con canciones de fondo donde se acumulan momentos cruciales sin desarrollarlos en profundidad. Las interpretaciones sobre el escenario pasan sin pena ni gloria, incapaces de capturar la extraordinaria presencia interpretativa de Winehouse.

Es innegable que recrear una figura de leyenda como Amy Winehouse en la gran pantalla constituye un enorme desafío. Pero esta producción desperdicia por completo ese potencial, optando por la vía trillada de encasillar a su protagonista en un relato simplista y manido donde no hay espacio para los matices.

En definitiva, ‘Back to Black’ se suma a la larga lista de biopics musicales que pecan de superficiales y resultan deslucidos en comparación con los documentales o grabaciones de la propia artista. Una oportunidad perdida para homenajear con justicia el inmenso talento y la fuerza vital de Amy Winehouse. Una auténtica decepción convertida en oda a la mediocridad cinematográfica.

Joven teleco que escribe sobre grupos y pelis guays. Woods y Frankie Cosmos me molan mucho.

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