Batman Begins (2005), de Christopher Nolan

Muchos se sorprenderán de que el nuevo vehículo de Batman es bastante distinto al de las películas anteriores del personaje. Si antes primaba el diseño, ahora el vehículo es similar a un tanque. Parece bastante útil tener un vehículo así para alguien que debe enfrentarse a peligrosos clanes mafiosos. Según el director Christopher Nolan, el Batmóvil, creado por el diseñador de producción Nathan Crowley, era bastante importante. “Queríamos presentar a Batman como una figura muy práctica, alguien muy preocupado con la utilidad de lo que usa, y por eso queríamos crear un vehículo que resultase útil para el personaje”, comenta Nolan. Se construyeron cinco modelos totalmente operativos. Uno de ellos llegó a nuestro país con motivo del estreno de la película, para que los chicos de la prensa especializada comprobaran que realmente funcionaba.

Los millonarios no tienen suerte en el cine. Desde que Chaplin tropezaba con burgueses irritables en plena calle, y George Bailey frenaba las turbias maquinaciones del viejo Potter, en ¡Qué bello es vivir!, se entiende que el público siente cierta envidia ante los personajes forrados de pasta, y tienden a caerle simpáticos los desarrapados. El tópico es que el pobre sea el bueno y el millonario el malo, como ocurría en Titanic, aunque la vida real nos enseña que en todas partes cuecen habas. Esta película va en contra del tópico, pues Thomas Wayne, padre de Bruce, el protagonista, dedicó su vida a fundar Industrias Wayne, una empresa preocupada por contribuir a causas sociales en la época de la Gran Depresión, y que fomenta la construcción de una sofisticada estructura ferroviaria que revoluciona el transporte en la ciudad. La muerte de los Wayne, un matrimonio culto y respetable, señala también el inicio de la decadencia moral de una ciudad, que al cabo de los años está regida por la corrupción y el crimen organizado. Para Christopher Nolan, también guionista, “el hecho de que Bruce Wayne haya heredado mucho dinero no es malo, sino que le otorga el potencial de invertirlo en objetivos positivos”. Y si el hecho de que Wayne se ponga una capa y la emprenda a porrazos con los delincuentes es poco creíble fuera de la pantalla, el personaje hace también otra cosa mucho más realista: recomprar las acciones de su con el objetivo de impulsar la maltrecha economía de la ciudad.

Los seguidores del hombre murciélago están de enhorabuena. Coincidiendo con el lanzamiento de Batman Begins, aparecen en DVD ediciones de dos discos repletas de extras de todas las películas del personaje. En 1989, Tim Burton dirigió Batman, con un inolvidable Jack Nicholson como el malvado Joker. Y es que Burton le daba más importancia a los villanos, como quedó demostrado en su segunda incursión en el mito, Batman vuelve, de 1992, con Michelle Pfeiffer y Danny De Vito encarnando respectivamente a Catwoman y El Pingüino. Joel Schumacher fue el director de la tercera parte, Batman Forever, con Val Kilmer interpretando a Batman y una galería de villanos que incluia a Tommy Lee Jones y Jim Carrey. En Batman & Robin el hombre murciélago era George Clooney, mientras que Arnold Schwarzenegger era el malo.

Se supone que Batman lleva ese traje con capa tan incómodo, para aterrorizar a los criminales, y asemejarse a un murciélago, roedor que Wayne quiere convertir en símbolo de su lucha contra la injusticia. En la película de Nolan, el traje es bastante amenazador, y deja de ser la rígida armadura de las películas anteriores, que apenas permitía que el personaje se moviera. Por ejemplo, antes no podía mover la cabeza sin girar los hombros. “Tenía que ser funcional. Se supone que el traje tenía que permitirle a Christian Bale agacharse, y ejecutar movimientos de artes marciales”, explica la diseñadora de vestuario Lindy Hemming. El guión ofrece una explicación realista de cómo Wayne llega a tener el traje. Resulta que el departamento de Lucius Fox, personaje de Freeman, ha creado el traje de supervivencia Nomax. Se trata de un prototipo similar a una armadura de combate, diseñado para su utilización por el ejército. En realidad, fue elaborado con neopreno, con siete secciones de látex independientes: rodillas, pantorrillas, piernas, brazos, torso, columna y capucha. Lo que más trabajo le dio a la citada Hemming fue la capa, pues para darle un aspecto romántico, tenía que tener mucho vuelo y ondularse en miles de pliegues, como en los comics. La diseñadora acabó elaborándola con nylon de paracaídas aterciopelado.