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El Espíritu produce paciencia, bondad, benignidad

Andar humildemente en el Espíritu día tras día pro­duce cualidades que nos ayudan a amar a las personas como lo hace Jesús—mostrando paciencia, amabili­dad y bondad.

A veces parece que sería mucho más fácil vivir la vida cristiana uno solo, como un ermitaño en una cueva del desierto. Después de todo, muchos de los desafíos del comportamiento cristiano suceden cuando nos codeamos con otras personas.

Hay todo tipo de personas en este mundo: malva­das, groseras, irresponsables, deshonestas, abusivas, entre otras. Incluso en nuestras iglesias y familias, hay personas que toman malas decisiones, que tienen valores que difieren de los nuestros, que no pien­ san como nosotros o que tienen una personalidad que choca con la nuestra. Si somos sinceros, a veces incluso con las personas que aman a Jesús puede ser difícil llevarnos bien.

Parte 1—La paciencia por el Espíritu

□ Una gran paciencia Gálatas 5:22,23; Efesios 4:1-3

Dos palabras griegas similares se traducen al español como paciencia o perseverancia. En nuestras traducciones de la Biblia, los dos significados se superponen, así que echemos un vistazo a ambos para comprender mejor esta virtud de la paciencia.

La primera palabra griega es makrothumia. Pablo usó esta palabra en Efesios 4:2 y Gálatas 5:22 para significar «paciencia». Se construye a partir de otras dos palabras:

• Makros— «largo, lejano, distante». Usamos una forma de makros en nuestra pala­ bra macrocosmos, que se refiere a los confines distantes del universo.

• Thumos— «muestra violenta de ira». Esto es más que un sentimiento de enojo; podríamos llamarlo «ira» o «rabia».

La paciencia, por lo tanto, es la santa disposición de estar «lejos de la ira». En lugar de tener un temperamento explosivo o de irritarse fácilmente, un creyente controlado por el Espíritu que lleva el fruto de la paciencia está lejos de estallar. La santa disposición de la paciencia requiere humildad, mansedumbre y soportarnos unos a otros en amor (Efesios 4:2). Nuestros matrimonios, familias e iglesias dependen de ello. La unidad del Espíritu lo exige.

□ Resistir pacientemente en situaciones difíciles Santiago 5:7-11

El Espíritu Santo no solo produce en nosotros la paciencia para tratar con todo tipo de personas, sino que también nos ayuda a sobrellevar circunstancias difíciles.

La segunda palabra griega que a veces se traduce como «paciencia» o «resistencia» es hypomone. Junto con otros escritores del Nuevo Testamento, Santiago usó esta palabra para describir la resistencia necesaria para hacer frente a las aflicciones, como en Santiago 5:10—«tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas» y «la paciencia de Job» (v. 11). También se construye a partir de dos palabras:

  • Hypo— que significa «por debajo». Un ejemplo de este prefijo es hipoglucemia, que se refiere a una disminución anormal del azúcar en la sangre.
  • Meno— que significa «permanecer».Por lo tanto, este tipo de paciencia conlleva la idea de «permanecer debajo» o perseve­ rar. Mientras que makrothumia puede referirse a la paciencia con personas o situaciones, hypomone se refiere exclusivamente a la resistencia a las circunstancias.

    Nuestro mayor modelo de ambos tipos de paciencia es el mismo Jesús. En Hebreos 12:1-12, el autor describe cómo la hipomone de Jesús debe inspirar la nuestra. Cuando recordamos todo el sufrimiento y la hostilidad que soportó «por el gozo puesto delante de él» (v. 2), «[nuestro] ánimo no se [cansará] hasta desmayar» (v. 3). Y como explica Pedro, la makrothumia de Jesús está relacionada con el momento de su regreso: «El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepenti­ miento» (2 Pedro 3:9).

    Parte 2—Bondad por el Espíritu 1

    □ Evite las disputas Proverbios 15:1; 2 Timoteo 2:23-26

    La conversación es una de las principales formas en que las personas interactúan entre sí. Cuando los creyentes reconocen el valor que Dios da a cada persona y se niegan a partici­ par en guerras de palabras, mostramos la piadosa disposición de la bondad.

    Además de evitar los estallidos de rabia, la amabilidad en la conversación nos guarda de participar en rencillas verbales. Puede ser tentador declarar con arrogancia una opinión teológica o política en público, pero piense en esto: podría terminar en una desagradable discusión con alguien a quien pudo haber llevado a Cristo.

    □ Rechace la conversación difamatoria Tito 3:1-5

    Sabemos que no debemos usar el nombre del Señor en vano, pero Pablo dice en Tito 3:2 que los creyentes también deben honrar a las personas, negándose a participar en calumnias.

    Nuestra cultura sobresale en la difamación. Las palabras grotescas están de moda; el civismo no lo está. Los motores de búsqueda en línea están diseñados para conectarnos con fuentes con las que estamos de acuerdo. En lugar de aprender nuevas perspectivas, consumimos solo lo que alimenta nuestros prejuicios. A medida que tenemos más segui­ dores y estos se enojan más, podemos quedar atrapados en el frenesí.

    La gente a veces defiende tal difamación diciendo: «Es un país libre, ¡puedo decir lo que quiera!». Pero Pablo dice lo contrario en Tito 3:1,2. «¡Pero no se lo merecen!» la per­ sona impenitente podría replicar. Pablo continúa diciendo en el versículo 3 que nosotros tampoco lo merecíamos. En bondad y amor, nuestro Salvador apareció y nos rescató. ¿Merecíamos la salvación que Él trajo? Absolutamente no. No fue por algo bueno que hubiéramos hecho. Fue sólo «por su misericordia» (v. 5).

    Parte 3-Bondad por el Espíritu

    □ Practicando ser el prójimo Lucas 10:30-37

    La bondad es una actitud de compasión y generosidad. Pero en el contexto del Nuevo Testamento, va más allá de las buenas intenciones; este tipo de bondad lleva a la acción.

    No hay mejor ejemplo de esta santa disposición que el Buen Samaritano. Los judíos despreciaban a los samaritanos, ¡pero este hombre en la historia de Jesús representaba a Dios mucho mejor que los líderes religiosos judíos! Fíjese en la naturaleza activa de la bondad del samaritano después de ver a un completo extraño en apuros; el hombre sama­ ritano fue generoso en todos los sentidos: con su tiempo, energía, posesiones y dinero. Sus acciones desinteresadas surgieron de un corazón amoroso.

    □ Despojarse y vestirse Efesios 4:21-32; 5:8-10

    En Efesios 4, Pablo explica cómo crecer en la bondad: «[Despójense] del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos» (v. 22) tan felizmente como se deshacen de la ropa sucia cuando les ofrecen vestimentas nuevas. Entonces, ¿qué ha guardado en su armario demasiado tiempo? A medida que aprendemos continuamente la verdad que proviene de Jesús, continuamente nos quitamos las cosas que no agradan al Espíritu, per­mitiéndole reemplazarlas con nuevos pensamientos y actitudes (w. 21-23).

    ¿Qué nos dice Dios?

    La confianza en el amor de Dios por nosotros, junto con la obra del Espíritu Santo en nosotros, nos hace dar frutos de amor, gozo y paz semejantes a los de Cristo. También nos convertimos en el conducto del amor de Dios hacia los demás, mostrando paciencia, amabilidad y bondad.

Acerca de: Pastor: David Gamboa

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Creador y fundador de este portal y otros que son parte de su trabajo como diseñador web, Pastor de la iglesia Emanuel para las Asambleas de Dios en México, Musico y director del grupo Fase2 y director del sello disquero Unzion Records. Promueve y patrocina esta plataforma esperando sea de bendición para ti.

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