Hermanos Lumière. Biografía

Hermanos Lumière

Cuando los hermanos Lumi�re concibieron y lograron culminar el diseño de su cinematógrafo (1895), la mayor�a de los problemas t�cnicos que comportaba la filmaci�n y la exhibici�n de pel�culas ya habían sido resueltos. Sin necesidad de bucear en invenciones menos conocidas, es sabido que el kinetoscopio del estadounidense Thomas Alva Edison permit�a ya por esa �poca el visionado de im�genes en movimiento.


Auguste y Louis Lumière en 1895

Los inventores franceses, fundamentalmente, dise�aron un sistema que permit�a la proyecci�n de pel�culas en grandes espacios. Pero precisamente con ello dieron el primer paso para la creaci�n de las modernas salas de cine, a las que cientos de miles de personas en todo el mundo acuden hoy a diario para admirar los filmes de sus actores y directores favoritos. Es justo decir, por lo tanto, que con el invento de los Lumi�re naci� una de las industrias que m�s influencia ha tenido en la cultura y en la sociedad contempor�neas.

Biografía

Auguste y Louis Lumi�re nacieron en Besan�on el 19 de octubre de 1862 y el 5 de octubre de 1864, respectivamente, en el seno de una familia de peque�os industriales, en una �poca en que la burgues�a capitalista celebraba sus primeras victorias. Auguste era un muchacho t�mido y retra�do, m�s parecido a su madre, la parisina Jeanne Josephine Costille; Louis, por el contrario, era decidido y animoso. Sin duda, a �ste le estaba reservado el llevar la iniciativa y la acci�n, mientras que Auguste parec�a destinado al papel de comparsa sumiso y obediente. Siempre se mantuvieron muy unidos, al menos hasta el nacimiento del cinemat�grafo; despu�s, cada uno tomar�a distinto camino.

Su padre, Antoine Lumi�re, natural de Ormoy, Haute Sa�ne, hab�a trabajado en su juventud como pintor de r�tulos para comercios. Se traslad� luego a Besan�on, dispuesto a dedicarse a la fotograf�a. En 1870 se fue con su familia a Lyon y abri� un estudio fotogr�fico; por entonces abandon� definitivamente la pintura, que s�lo cultivar�a como pasatiempo ocasional. Antoine envi� a sus hijos a estudiar a la escuela industrial Martini�re de aquella ciudad. La salud de Louis era fr�gil; le aquejaban frecuentes jaquecas que le imped�an asistir a clase con regularidad. Ello le obligaba a pasar largas temporadas en casa, donde se familiariz� pronto con las actividades de su padre y cultiv� sus aficiones favoritas: la m�sica, el dibujo y la escultura, para las que estaba muy bien dotado. M�s tarde asistir�a al conservatorio de m�sica de Lyon para estudiar piano y composici�n.


Los Lumière de niños

Hacia 1880, cuando hicieron su aparici�n las placas secas de bromuro de plata, que comportaron un significativo avance en las t�cnicas fotogr�ficas, Antoine Lumi�re se plante� la posibilidad de producirlas en serie. Vendi� su estudio y mont� una f�brica en el suburbio lion�s de Montplaisir. Sin embargo, se precipit� en sus c�lculos. No calibr� adecuadamente los muchos inconvenientes que presentaba la elaboraci�n de aquellas placas y, sin apenas darse cuenta, se vio envuelto en un sinf�n de problemas que hac�an peligrar seriamente la continuidad de la empresa.

Fueron sus hijos, particularmente Louis, quienes le sacaron del apuro en 1882, cuando consiguieron preparar una nueva f�rmula, la de las plaques etiquette bleue, que se adaptaban mejor a la producci�n en gran escala. Las Usines Lumi�re no s�lo se salvaron, sino que experimentaron un gran crecimiento, con una producci�n anual de m�s de un mill�n y medio de placas al cabo de tres a�os. Encarrilada la situaci�n econ�mica, los hermanos Lumi�re pudieron contraer matrimonio. Su futuras consortes ser�an, como ellos, dos hermanas: Marguerite y Rose Wincler, esposas respectivamente de Auguste y de Louis.

El cinemat�grafo

El inter�s de los hermanos Lumi�re por las �fotograf�as animadas� se despert� cuando, en 1894, su padre les trajo de Par�s el kinetoscopio de Edison, inc�modo aparato en el que era necesario aplicar el ojo a un visor para poder contemplar una pel�cula. Ambos hermanos pensaron de inmediato en los enormes beneficios que supondr�a un aparato capaz de proyectar aquellas im�genes sobre una pantalla. Sin duda influy� en ellos el �xito en Par�s del �teatro �ptico� en el que Emile Reynaud proyectaba vistas animadas, aunque en bandas dibujadas a mano.

Para obtener fotograf�as animadas sobre una pantalla era necesario hacer pasar la banda de im�genes ante una linterna m�gica. La mayor dificultad consist�a en concebir un mecanismo que, cada vez que un fotograma pasase ante el objetivo, lo inmovilizase a fin de que pudiera ser proyectado. Siendo la persistencia retiniana de una d�cima de segundo, habr�a que proyectar al menos diez im�genes por segundo para conseguir la ilusi�n del movimiento. Sabido esto, los Lumi�re se centraron en la b�squeda de un mecanismo que proyectase diecis�is im�genes por segundo. Su idea era que, a cada segundo, el mecanismo deb�a tirar de la banda diecis�is veces e inmovilizarla otras tantas, y, al mismo tiempo, abrir o cerrar el objetivo, permitiendo o impidiendo el paso de luz, seg�n que la imagen estuviese quieta o en movimiento.


Uno de los primeros cinematógrafos
construidos por los Lumière

El problema resultaba bastante complejo, y los hermanos ensayaron numerosos mecanismos, ninguno de ellos satisfactorio. Finalmente, Louis hall� la soluci�n en una noche de insomnio. Pero fue Auguste quien cont� el cu�ndo y el c�mo. �Era a fines del a�o 1894. Una ma�ana entr� en la habitaci�n de mi hermano, que no se encontraba bien y guardaba cama. Me dijo que no hab�a dormido y que, en el silencio de la noche, hab�a perfilado las condiciones que nos permitir�an alcanzar el objetivo que persegu�amos, imaginando un mecanismo capaz de resolver el problema. Me explic� que era necesario imprimir a una c�psula portaagujas un movimiento alterno, parecido al de un mecanismo de las m�quinas de coser. Las agujas penetran en las perforaciones practicadas en los m�rgenes de la pel�cula y le imprimen un impulso; finalmente se retiran y dejan inm�vil la pel�cula, mientras el sistema de deslizamiento vuelve a la posici�n primitiva. Fue una revelaci�n. En una noche, mi hermano hab�a inventado el cinemat�grafo.�

Dibujados los planos del aparato, Louis encarg� su construcci�n a Eug�ne Moisson, mec�nico jefe de las Usines Lumi�re. El primer cinemat�grafo, que era al mismo tiempo tomavistas y proyector, fue patentado el 13 de febrero de 1895. Louis empez� a rodar con �l las primeras pel�culas, de una longitud de 17 metros cada una (casi un minuto de proyecci�n) que era la m�xima capacidad que permit�a la m�quina.

En esta nueva tarea, su preparaci�n art�stica le sirvi� de mucho. La selecci�n del enfoque requerido, la b�squeda de la mejor exposici�n y la elecci�n de las fases esenciales del movimiento pronto dejaron de ser un secreto para �l. No tard� en aplicar estos conocimientos al rodaje del que hab�a de ser el primer film de la historia del cine: La salida de los obreros de la f�brica Lumi�re.


La salida de los obreros de la fábrica Lumière

Con esta pel�cula, el cinemat�grafo fue presentado el d�a 22 de marzo de 1895 a los asistentes a una conferencia sobre el nuevo invento, organizada con este objeto en la Soci�t� d'Encouregement � l'Industrie Nationale, en Par�s. Dos meses m�s tarde, el 10 de junio, Louis obtuvo un sonado �xito en el congreso de sociedades fotogr�ficas realizado en Lyon al proyectar La llegada de los congresistas a Neuville-sur-Sa�ne, film rodado el d�a anterior y que se considera el primer noticiario filmado. La perfecci�n t�cnica y la sensacional novedad de las pel�culas de Louis hicieron que el cinemat�grafo se impusiese sobre todos los sistemas alternativos. Hab�a llegado el momento de enfrentarse directamente al p�blico, abriendo la primera sala cinematogr�fica.

El primer cine

Los hermanos Lumi�re alquilaron en Par�s un local grande y espacioso, el Salon Indien, situado en los s�tanos del Grand Caf�, muy cerca de la �pera. La sesi�n inaugural tuvo lugar el 28 de diciembre de 1895. La entrada costaba un franco y el espect�culo duraba media hora. All� se proyectar�an La llegada de un tren a la estaci�n y El regador regado, los dos mejores filmes de Louis, y otras diez pel�culas m�s. El �xito fue clamoroso. La noticia recorri� r�pidamente la ciudad y, tres semanas despu�s, la asistencia diaria llegaba a las tres mil personas.


Cartel publicitario del Cinematógrafo Lumière

Aunque Louis Lumi�re rod� muchos otros filmes, siempre permaneci� fiel a los temas documentales e hist�ricos y a los breves episodios �c�micos�, de una notoria ingenuidad. Sus pretensiones nunca fueron m�s lejos. Sin embargo, consigui� despertar aut�nticas pasiones y vocaciones, como la del h�bil prestidigitador franc�s Georges M�li�s, que, desde su asistencia a la sesi�n inaugural del Salon Indien, se dedic� de lleno a la cinematograf�a, pero con un talante bien distinto al de Louis. M�li�s hu�a tanto de la an�cdota real como de la banal, y puso el nuevo instrumento al servicio del arte y de la fantas�a.

En 1903, tras varios a�os de sesiones en el Salon Indien, los hermanos Lumi�re se separaron y tomaron rumbos muy distintos. Louis se mantuvo al frente de la f�brica de Montplaisir. Ensay� el color y el relieve tanto en la fotograf�a como en el cine. Fue el primero en probar la �pantalla grande� y la �circular� o panor�mica, anticip�ndose en casi sesenta a�os al �circorama� del director y productor cinematogr�fico Walt Disney. Durante la Primera Guerra Mundial prepar� una nueva mezcla para impedir que el aceite se congelara en los motores de aviaci�n. Dedic� su inventiva a la ortopedia, fabricando un tipo muy ingenioso de mano artificial. En 1944, cuando resid�a en Bandol en espera de la muerte, que llegar�a cuatro a�os m�s tarde (el 6 de junio de 1948), dijo: �Soy feliz de poder encontrar todav�a en el trabajo el mejor medio para soportar la dureza y la angustia de los tiempos en que vivimos�.


Los hermanos Lumière

Auguste, por su parte, abandon� definitivamente la fotograf�a y el cine y se dedic� a cultivar la biolog�a y la fisiolog�a, disciplinas por las que mostr� siempre una particular inclinaci�n. En 1914 inaugur� un gran centro de investigaci�n en Lyon, los Laboratoires Lumi�re, con cl�nica incluida, en estrecha colaboraci�n con un equipo de prestigiosos m�dicos. Realiz� estudios sobre diversas enfermedades: el c�ncer, el t�tanos y la tuberculosis reclamaron sobremanera su atenci�n. Sus trabajos llenaron m�s de veinte vol�menes. Entre sus obras, cabe destacar La vie, la muladie et mort, en la que resucitaba la teor�a hipocr�tica de los humores, y Horizonts de la medicine. Sus puntos de vista, bastante heterodoxos, fueron rechazados por la mayor�a de la clase m�dica, que le ech� en cara su formaci�n autodidacta y su condici�n de advenedizo. Sin embargo, la Academie de Medicine acab� acept�ndolo como uno de sus miembros. Vivi� hasta edad muy avanzada, sorprendi�ndole la muerte en Lyon el 10 de abril de 1954.

La historia del cine es la historia de los creadores y pioneros, pero tambi�n la de los imperios cinematogr�ficos. A partir de 1900 el cine empez� a convertirse en una industria competitiva, con duras guerras comerciales, como la guerra de las patentes desatada por Edison para monopolizar el mercado. En estos a�os se crear�a el primer gran trust, la Motion Pictures Patents Company, adem�s de la Universal, Paramount, Warner, Fox y Metro Goldwyn Mayer, germen de lo que, con la Columbia y la Universal Artists, iban a ser en Estados Unidos las majors o grandes productoras. Tambi�n entonces naci� Hollywood, en la costa oeste, lejos del poder de Edison. Pronto result� evidente que los teatros de variedades y salas de kinetoscopio no eran los canales adecuados para la distribuci�n cinematogr�fica, y en 1905 se inaugur� la primera sala nickelodeon en Pittsburgh. La entrada costaba cinco centavos por pel�cula: era el comienzo de una nueva era.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].