Adela de Lovaina, también conocida como Adelicia, Adela, Adelais y Aleidis, nació alrededor del año 1103 en Lovaina, Landgraviato de Brabante.

Fue una de los cinco hijos del matrimonio del conde Godofredo I de Lovaina, duque de la Baja Lotaringia, y de su primera esposa, Ida de Chiny.

A los 17 años de edad, el 29 de enero de 1121, se casó en la abadía de Westminster con el rey Enrique I de Inglaterra, quien tenía 53 años. El principal propósito del rey al contraer matrimonio era concebir un heredero, ya que, a pesar de tener alrededor de 23 hijos ilegítimos, solo había tenido un único hijo legítimo varón, Guillermo, que murió ahogado en 1120.

Lamentablemente, durante los 13 años que duró el matrimonio entre Adela y Enrique I, no tuvieron descendencia. Tras la muerte del rey el 1 de diciembre de 1135, Adela se retiró como monja a Wilton, cerca de Salisbury. Sin embargo, siendo aún una mujer joven, en 1139 abandonó la clausura y se casó con Guillermo d'Aubigny, también conocido como de Albini, servidor de su difunto marido.

Como parte de su dote de reina viuda, recibió el grandioso castillo de Arundel, anexo al título de Lord. Su esposo, Guillermo, fue posteriormente nombrado primer conde de Arundel por el rey Esteban de Blois, en recompensa a su lealtad.

De este nuevo matrimonio nacieron 7 hijos, entre ellos, el mayor y sucesor de su padre, Guillermo, segundo conde de Arundel, cuyo hijo Guillermo, tercer conde de Arundel, fue uno de los 25 signatarios de la Carta Magna en 1215.

Además, entre sus descendientes se encontrarán otras dos reinas de Inglaterra que tendrán un trágico final: Ana Bolena y Catalina Howard.

En sus últimos años, Adela se retiró a la abadía de Affligem, en el Landgraviato de Brabante (Bélgica), donde murió el 23 de abril de 1151.