La leyenda urbana más famosa que tiene como protagonista a Clint Eastwood se originó hace muchos años, cuando éste empezaba a despuntar.
La leyenda: Clint Eastwood es hijo de Stan Laurel.
Hechos empíricos: El protagonista de Harry el sucio nació en San Francisco, el 31 de mayo de 1930, precisamente el mismo día en que Stan Laurel tuvo un niño sietemesino. Con nueve días de vida, el pequeño falleció, pero la rumorología afirma que fue dado en adopción y que éste sería Eastwood. Así, habría crecido en el hogar de un matrimonio de la misma ciudad, ignorando sus raíces, pero habiendo heredado el talento para el cine de su padre biológico. La historia surgió cuando el actor estaba rodando uno de sus spaghetti-westerns, El bueno, el feo y el malo, en Almería, y fue entrevistado por un periódico italiano. El rotativo acompañó el artículo con una caricatura que no se parecía mucho, por lo que muchos lectores escribieron cartas asegurando que el dibujo tenía más similitudes con el actor de El Gordo y el Flaco. La anécdota se hizo popular, y semanas después una publicación británica difundió un fotomontaje de Eastwood con el sombrero típico de Laurel. Posteriormente, rotativos estadounidenses han llegado a publicar este supuesto parentesco. El propio Eastwood contribuyó a hacer más grande la bola de nieve porque durante mucho tiempo se negaba a hablar sobre sus progenitores en las entrevistas.
¿Qué hay de cierto? Nada. Clint Eastwood tiene como progenitor a Clinton Eastwood, Sr., que falleció con 73 años de edad de un paro cardiaco. La estrella ha desmentido la historia en 2009, en una entrevista en The Guardian. Sí que es cierto que existe algún parecido físico entre Eastwood y Laurel, y que llevan un corte de pelo similar. Cuando su madre, Ruth Wood, que falleció a los 96 años en 2006, se enteró de la leyenda urbana, dijo que admiraba mucho a Laurel, pero que jamás habría tenido un bebé con él.
