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Vértigo: síntomas, causas y tratamiento

En la mayoría de los casos, el vértigo es uno de los síntomas de importantes condiciones neurológicas.
Vértigo: síntomas, causas y tratamiento
Diego Pereira

Escrito y verificado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 24 febrero, 2021

El vértigo se describe como una sensación de mareo con movimientos inexistentes, que suele conllevar a inestabilidad, náuseas y vómitos frecuentes. Este puede presentarse de forma esporádica o duradera.

Existe una enorme variedad de causas que, dependiendo de la estructura anatómica comprometida, pueden clasificarse en centrales y periféricas. Una vez identificada la lesión, el médico podría indicar el tratamiento correspondiente.

Estas medidas incluyen fármacos, los cuales son muy variados y tienden a tener otros usos clínicos más frecuentes. Si te interesa saber un poco más sobre esta llamativa condición, hemos preparado el siguiente artículo para ti.

¿Qué es el vértigo?

No tiene una definición única debido a que es un término abstracto que en realidad combina varias sensaciones diferentes. En términos generales, es un síntoma caracterizado por sensación de mareo e inestabilidad acompañados de una falsa sensación de movimiento.

No se considera una enfermedad, sino el resultado de un proceso patológico subyacente. Esto implica la existencia de múltiples causas, que con objetivos prácticos pueden dividirse en centrales y periféricas. Más adelante encontrarás una revisión sobre esta clasificación.

Para entender un poco más el vértigo, es importante considerar las estructuras anatómicas relacionadas con la sensación de estabilidad. La base de su integridad parece estar en el sistema nervioso, el cual incorpora estructuras cerebrales y algunos nervios que transmiten la información mediante impulsos eléctricos.

A su vez, dentro del oído interno existen unas diminutas pero complejas estructuras que participan en este proceso. Ellas se encargan de recopilar información gracias al movimiento de pequeñas partículas en su interior, que se ven afectadas con movimientos rotacionales y lineales.

Las estructuras dentro del oído reciben el nombre de aparato vestibular, y está conformado por los conductos semicirculares, utrículo y sáculo. Se comunican de diferentes maneras y proporcionan información captada por el nervio vestibulococlear, también conocido como octavo par craneal. Después, este se dirige a los centros cerebrales especializados.

El vértigo puede originarse en el cerebro.
Algunas causas de vértigo tienen su origen en problemas cerebrales.

¿Qué tan común es esta condición?

El vértigo suele ser una causa común de consulta en los servicios de urgencias, en especial cuando la aparición es abrupta y se acompaña de otros síntomas. Según un reciente artículo de revisión (2019), puede llegar a ser el tercer síntoma más común que se atiende en los distintos niveles hospitalarios.

Tanto es así, que según datos epidemiológicos de los Estados Unidos de América, el síndrome vestibular agudo asociado al vértigo podría representar hasta 800 000 visitas anuales a las emergencias.

En España existen algunos datos que permiten determinar la importancia del vértigo en la salud pública. Por ejemplo, este estudio realizado en el año 2009 en la región autónoma de Valencia, determinó una prevalencia de 17,8 pacientes por cada 100 000 habitantes en el año de estudio.

Allí también se concluyó que la edad de presentación más habitual fue entre los 50 y 60 años, además de que alrededor de la mitad de las consultas fueron por síntomas experimentados por primera vez.

Principales manifestaciones clínicas

Por lo general, los pacientes refieren inestabilidad cuando mantienen los ojos abiertos. Por lo general existe una sensación de movimiento a pesar de que la persona esté quieta, causando pérdida involuntaria del equilibrio y caídas frecuentes.

En algunos casos, puede desencadenarse por situaciones como el estrés, que también tiene otros efectos negativos para la salud.

En la mayoría de las ocasiones los pacientes requieren tener los ojos cerrados para lograr tranquilidad, prefiriendo posturas en reposo para evitar la aparición de mareos. Las náuseas y los vómitos son frecuentes, y tienden a disminuir la calidad de vida cuando se presentan de forma duradera.

Dependiendo de la causa, el vértigo podría asociarse con otros síntomas. Estas causas pueden ser centrales o periféricas, según la estructura anatómica que se encuentre comprometida. En el primer caso son los órganos del sistema nervioso central, mientras que en el segundo existe lesión del aparato vestibular (en el oído interno).

Algunos de los síntomas que pueden asociarse, dependiendo de la causa, son los siguientes:

  • Origen central: dolor de cabeza, movimientos anormales e inestabilidad severa. Los síntomas suelen aparecer de forma progresiva y la duración es constante.
  • Origen periférico: predominan las náuseas, los vómitos y la sudoración profusa. Suelen agravarse con los movimientos y se presenta de forma intermitente o paroxística.

Causas del vértigo

A continuación, se resumirán algunas de las causas más frecuentes según la ubicación anatómica comprometida.

Periféricas

En el oído interno pueden originarse algunas causas de vértigo.
Las causas periféricas de vértigo suelen tener su origen en los órganos dentro del oído interno.

En este caso, consideraremos cuatro enfermedades de presentación frecuente.

  • Vértigo posicional paroxístico benigno: suele ser benigna y es la causa más frecuente de vértigo. Se caracteriza por episodios menores a un minuto de duración desencadenados por ciertas posiciones. No suele requerir tratamiento, y pueden hacerse más frecuentes durante episodios de otitis media, traumatismos o el avance de la edad.
  • Neuritis vestibular: es la inflamación del nervio vestibular. Suele presentarse de forma abrupta, es unilateral y en pocas ocasiones tiene síntomas asociados, como el tinnitus o acúfenos. Se piensa que ocurre por la reactivación de un virus herpes (HSV-1) adquirido durante una infección previa, y suele presentarse en los meses más fríos del año.
  • Enfermedad de Ménière: se produce por la acumulación de líquido dentro del oído interno, conocido como endolinfa. Genera ataques de vértigo agudos, asociados a disminución transitoria de la capacidad auditiva y acúfenos (la percepción de un pitido o sonido muy agudo).
  • Fístula perilinfática: es un defecto anatómico que suele producirse después de algunas intervenciones, como la estapedectomía, o en el contexto de traumatismos localizados. El tratamiento es quirúrgico y en la mayoría de los casos la recuperación es exitosa.

Centrales

A diferencia del apartado anterior, el vértigo de origen central no tiene tantas causas asociadas. Suele deberse a dos síndromes bien diferenciados: la migraña vestibular y el infarto vertebrobasilar. Ambos comparten un origen vascular.

La migraña vestibular se caracteriza por fuerte dolor de cabeza, que no calma con la administración de analgésicos de uso habitual (como el paracetamol). Puede durar varias horas sin mostrar mejoría significativa, y se piensa que es debido a la vasodilatación y constricción de vasos cerebrales.

Al igual que otras formas de migraña, se caracteriza por tener varios síntomas asociados. En este caso específico, el vértigo es el más llamativo y puede ser inclusive más limitante que el dolor de cabeza. Este puede ser tanto con la realización de movimientos cefálicos (rotacional) como en reposo.

Los pacientes pueden referir síntomas auditivos como acúfenos o tinnitus, disminución de la audición e intolerancia a los sonidos fuertes, en parte debido al dolor que esto produce.

Por otro lado, el infarto vertebrobasilar está incluido dentro de las enfermedades cerebrovasculares. Se debe a la obstrucción de alguna rama que irriga al sistema vestibular, lo que origina cualquiera de los síntomas antes mencionados.

La diferencia es el evidente deterioro de la capacidad motora y sensitiva, que dependiendo de la rama afectada puede ser más o menos evidente. A diferencia de muchas de las enfermedades antes mencionadas, esta puede llegar a ser mortal, afectando mucho a personas mayores. La aterosclerosis suele estar implicada en su aparición.

Diagnóstico

A pesar de que existen pruebas complementarias, la mayoría de las condiciones antes mencionadas tienen un diagnóstico clínico. Para ello, el médico recurrirá a la entrevista personal y el examen físico neurológico, con el objetivo de determinar el origen anatómico de la lesión que causa los síntomas.

Dependiendo de las manifestaciones clínicas, el médico podría solicitar los siguientes estudios:

  • Audiometría: permite medir la calidad auditiva en pacientes que además tienen vértigo ocasional.
  • Timpanometría: similar a la anterior, a pesar de que busca alteraciones anatómicas y funcionales en el oído medio y el tímpano.
  • Electronistagmografía: gracias a la evaluación de unos movimientos oculares conocidos como nistagmo, es posible determinar la causa de algunos síndromes que incluyen vértigo y mareo.
  • Tomografía computarizada: permite visualizar zonas de infarto en los primeros momentos de un infarto vertebrobasilar, algo muy útil para otras enfermedades cerebrovasculares.
  • Resonancia magnética nuclear: es una técnica de imagen que no emite radiación y sirve para valorar en detalle estructuras nerviosas.

Tratamiento del vértigo

Existen opciones terapéuticas farmacológicas y no farmacológicas. Su elección depende de la causa de los síntomas, motivo por el cual la automedicación no suele ser efectiva. Los medicamentos, a los cuales haremos referencia en este apartado, buscan disminuir el vértigo de forma temporal.

Para ello, se utilizan fármacos que intervienen en las vías nerviosas de transmisión de estímulos relacionados con el equilibrio. Existen otros que tienen la capacidad de interactuar con receptores cerebrales y modular la actividad de ciertos neurotransmisores. En su mayoría, se utilizan con otros objetivos, pero también son eficaces para tratar el vértigo.

  • Los antihistamínicos, como su nombre sugiere, bloquean los efectos de la histamina. Se utilizan por lo general para disminuir los síntomas alérgicos, y pueden inducir el sueño como efecto adverso, en especial los de primera generación, que son más antiguos.
  • Anticolinérgicos, que funcionan de forma similar al grupo anterior, pero buscan bloquear los efectos de la acetilcolina.
  • Antidopaminérgicos, que sirven para bloquear la función de la dopamina. Sirven para eliminar la sensación de náuseas y vómitos. Por fortuna, muchos de estos fármacos también tienen efecto antihistamínico. Un ejemplo es la tietilperazina.
  • En algunos casos en los que se sospeche una posible causa vascular, la administración de vasodilatadores podría ser útil. Estos fármacos favorecen el aumento de flujo sanguíneo a las estructuras del aparato vestibular. La betahistina es un ejemplo representativo.

¿A cuál médico acudir?

Existen varios especialistas capaces de diagnosticar el origen del vértigo. Es posible que en los servicios de urgencias, el primer contacto sea con un médico general, internista o de familia. En casos concretos, podrían referir a otro profesional para seguimiento y estudios más específicos.

Los neurólogos, otorrinolaringólogos y geriatras son algunos de estos especialistas, quienes se dedican a causas diferentes de vértigo.

El vértigo debe diagnosticarse y tratarse de forma temprana

El vértigo es un síntoma que puede ser la expresión de una enfermedad subyacente. Si bien en pocas ocasiones es mortal, tiende a disminuir mucho la calidad de vida. Conocer las principales causas y acudir cuanto antes al médico podría contribuir a resolver más rápido el problema.



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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.

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