Biografia de El Greco

El Greco

(Doménicos Theotocópoulos; Cand�a, hoy Heraklion, actual Grecia, 1541 - Toledo, Espa�a, 1614) Pintor espa�ol. Aunque nacido en Creta, isla que en aquella �poca pertenec�a a la Rep�blica de Venecia, El Greco desarroll� su peculiar estilo y la mayor parte de su trayectoria art�stica en Espa�a. Se form� en su isla natal como pintor de iconos, antes de trasladarse a Venecia, donde conoci� la obra de Tiziano y Tintoretto, artistas que, junto con Miguel �ngel, fueron los que m�s influyeron en su pintura.


Detalle de un autorretrato de El Greco (c. 1595)

A partir de 1570, tras una estancia de siete a�os en Roma, El Greco se traslad� a Toledo por invitaci�n del can�nigo Diego de Castilla, quien le encarg� un retablo para la iglesia de Santo Domingo el Antiguo. Llevaba diez a�os en Toledo cuando Felipe II le encomend� una obra para el monasterio de El Escorial; pero El martirio de san Mauricio no gust� al soberano espa�ol, quien ya nunca volvi� a contar con el artista.

Ello supuso una decepci�n enorme para El Greco, ya que aspiraba a convertirse en pintor de corte, pero no entorpeci� su carrera, puesto que era ya un pintor solicitad�simo tanto por los arist�cratas como por los eclesi�sticos toledanos. No es de extra�ar, por tanto, que su obra sea extraordinariamente fecunda.

Se conocen algunas de sus creaciones anteriores a su llegada a Espa�a, lo cual permite afirmar que El Greco cre� su peculiar estilo despu�s de su establecimiento en Toledo, seguramente influido por el fervoroso ambiente religioso de la ciudad. Sus figuras alargadas, pintadas con pincelada fluida, parecen criaturas inmateriales, carentes de solidez f�sica e imbuidas de una intensa espiritualidad. A ello hay que a�adir su paleta original�sima, de colores fr�os, que consigue efectos sorprendentes con los rojos, los azules y en particular los blancos, de una rara intensidad y nitidez.


El entierro del Conde Orgaz (1587), de El Greco

Aunque pint� sobre todo obras religiosas, se le deben tambi�n importantes retratos (F�lix Paravicino, El caballero de la mano en el pecho) y algunos cuadros de tem�tica diversa. La obra m�s admirada de El Greco es El entierro del conde de Orgaz, por el hecho de que el artista se vali� de este acontecimiento para dejar constancia del momento en que le toc� vivir; para ello, dividi� el cuadro en dos planos, uno celestial en la parte superior y otro terrenal en la inferior, de tal modo que la obra es al mismo tiempo un cuadro religioso y un retrato de grupo.

El plano superior, el celestial, no se aparta de sus restantes obras religiosas y presenta id�ntico hondo misticismo y parecida intensidad dram�tica; la novedad se encuentra en el plano terrenal, donde los principales personajes del Toledo de la �poca, incluidos el propio pintor y su hijo, aparecen reproducidos con absoluta fidelidad.

De la conspicua producci�n religiosa de El Greco cabe destacar El Expolio de Cristo, El Bautismo de Cristo, La Adoraci�n de los pastores y los retratos de diversos Ap�stoles, en los que resulta admirable la expresividad de los rostros y los ademanes.


Laoconte (c. 1612), de El Greco

En los �ltimos a�os de su carrera el artista pint� dos celebrados Paisajes de Toledo y un cuadro mitol�gico, Laocoonte, que sorprende por su tem�tica, inusual en la Espa�a del momento. Sobre un fondo de hermoso paisaje, las figuras de Laocoonte y sus hijos se retuercen en su lucha contra las serpientes y el artista se sirve h�bilmente de sus contorsiones para dotar a la obra de una composici�n admirable.

M�ximo exponente del manierismo pict�rico en Espa�a, El Greco es tambi�n la primera figura de proyecci�n universal de la pintura espa�ola y uno de los grandes genios de la historia del arte.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].