Revisión del episodio 5 de Good Omens: ¿apocalipsis ahora?

Tennant y Sheen son los protagonistas de Victoria Sponge de Good Omens. Sin ellos, las cosas pueden volverse un poco aburridas. Spoilers a continuación…

Esta reseña contiene spoilers.

1.5 La opción del fin del mundo

El problema de tener una gran masa efervescente de química en pantalla en medio de tu programa de televisión es que la gente se da cuenta cuando no está ahí. La ausencia hace que las luces se atenúen, como si se hubiera activado el modo de ahorro de energía. Cualquier otra cosa que se ponga delante de la cara del público es rechazada con irritación. Están mirando más allá, esperando el momento en que un Bentley negro de 1926 conducido por un David Tennant que grita aparece en el horizonte, en llamas.

Es un buen problema tenerlo. Algunos programas de televisión sólo pueden fantasear con tener un doble acto tan exitoso como Crowley y Azirafel. La pareja central de Good Omens es tan divertida que quizás sea inevitable que los otros personajes se queden cortos.

Hay tantos personajes en esta serie de seis partes que quizás también sea inevitable que muy pocos de ellos se sientan desarrollados. Tomemos como ejemplo a Adán. Anathema lo describe como el niño más dulce del pueblo, pero sus padres están nerviosos a su alrededor. La forma da forma a la naturaleza, nos dijeron en relación con Dog, cuyo lado terrier superó a su lado de perro del infierno en este episodio. Entonces ¿cuál es? ¿Adán es malvado templado por la humanidad o es un humano atraído por el mal? Las peculiaridades de su carácter son difíciles de comprender, al igual que su cambio de destructor del mundo a salvador del mundo.

En el episodio cinco, vemos a Adam ejercer sus poderes como la bestia tiránica para la que nació, antes de que los lazos de amistad que ha forjado durante 11 años de vivir una vida estilo Enid Blyton en un idílico pueblo inglés lo devuelvan a la humanidad. No fue ni aterrador ni divertido, pero fue sencillo. Sin conocer realmente al personaje, por lo que al tener un contexto no pequeño para lo que está experimentando, tenía la sensación de un drama televisivo infantil de los años 70 y fue solo superficial.

Lo mismo ocurre con Anathema y Newton, cuya escena poscoital también careció de risas o emoción, y los Cuatro Jinetes, que se divierten al mirar pero no parecen tener una broma o una chispa entre ellos. Compare esos momentos con Azirafel y Crowley haciendo tan poco como sentarse juntos en un banco del parque, y queda claro cuál es el problema. Tennant y Sheen son la mermelada de este Victoria Sandwich. Sin ellos, todo es simplemente un fondo beige elástico.

No todo. Miranda Richardson continúa brindando un valor excelente como Madame Tracy. La escena de la posesión fue un alboroto, al igual que la visión de un scooter celestial elevándose de la pista y tomando vuelo.

La forma de transporte de Crowley también proporcionó una emoción visceral. Un David Tennant con ojos de serpiente gritando a todo pulmón mientras conduce un automóvil que literalmente está en llamas es un nuevo nivel de energía para la televisión, uno que será difícil de superar. El dolor desinhibido del personaje por la pérdida de Azirafel y el uso de Somebody To Love en la banda sonora (lo crucial que resultó ser asegurar esos derechos de Queen) muestra lo que siente por el ángel (“Dondequiera que estés, vendré”). A usted”). No faltan emociones, entusiasmo ni risas por ese lado.

Tal como cuenta la historia, todos están en posición en la base aérea (¿ven al soldado en la puerta leyendo American Gods de Neil Gaiman?), Faltando 17 minutos para el fin del mundo. Las ojivas han sido armadas. Los ejércitos se están alineando. La muerte ha venido a ver y es hora de decir tus oraciones.

¿Mi oración? Los chistes, Crowley y Azirafel, todos regresan a un mismo lugar para el final.

Lea la reseña de Louisa del episodio anterior aquí.