El fin de Bernie Ecclestone: ¿cómo un hombre tan amado y detestado pudo revolucionar la Fórmula 1 y convertirla en un deporte global?

  • Redacción
  • BBC Mundo
Bernie Ecclestone

Fuente de la imagen, Reuters

Pie de foto, Bernie Ecclestone llegó a la F1 en los años 50, pero fue a partir de los 70 que revolucionó el deporte.

Bernie Ecclestone mide 1,60 metros, pero durante 40 años ha tenido una influencia gigantesca en el devenir de la Fórmula 1, la categoría a la que llegó como un representante de pilotos y que deja tras haberla transformado en un multimillonario espectáculo de la velocidad.

Lo hizo gracias a su visión, ingenio y, sobre todo, un carácter autoritario con el que siempre pudo imponer su voluntad.

Su poder fue casi absoluto en el negocio en el que se convirtió la principal categoría del automovilismo, por lo que su salida representa una sacudida de considerables proporciones al orden establecido en la F1.

Dos autos de F1 compitidiendo

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto, La F1 es considera el pináculo de la automovilismo, la categoría que representa la máxima expresión de la velocidad.

El dirigente británico fue apartado de su cargo este lunes por el grupo estadounidense Liberty Media, que adquirió la F1 por US$8.000 millones con el objetivo de evolucionar un deporte que se encuentra en un estado "disfuncional", como se le ha explicado al hombre elegido para sustituirlo, Chase Carey.

Muchos apuntan a Ecclestone como la persona responsable de la situación por la que está atravesando la categoría, pero todos saben que de no haber sido por él la F1 nunca hubiera llegado a convertirse en un espectáculo por el que un conglomerado estuvo dispuesto a pagar una estratosférica suma de dinero.

Durante mucho tiempo se esperaba que Ecclestone, de 86 años, diera un paso al costado, el problema es que nunca hubo la valentía para asumir la transición que supondría su salida.

Chasey Carey y Bernie Ecclestone

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto, Chase Carey es el hombre elegido para ocupar el cargo de Ecclestone.

A fin de cuentas fue su extraordinaria habilidad para negociar, en base a un descaro único y políticas arriesgadas, lo que transformó a la F1 en uno de los deportes más grandes del planeta.

En sus cuatro décadas en las que fue apodado "El patrón", la mano de Ecclestone estuvo siempre presente en la categoría:

  • Compró la escudería Brabham y obtuvo dos títulos mundiales, incluyendo el primero de la era de los motores turbo en 1983.
  • Convirtió a la F1 en el deporte anual más grande del mundo, siendo superado sólo por los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo de fútbol.
  • Le quitó los derechos comerciales del deporte a la escuderías y al asumirlos construyó una fortuna personal de miles de millones de dólares.
  • Se hizo famoso por sus polémicas opiniones y declaraciones salidas de tono, como cuando dijo que Adolf Hitler "fue capaz de hacer que las cosas se hicieran" y comparando a las mujeres con "electrodomésticos".

Pero fue lo que lo hizo considerablemente rico -algunos dicen que obscenamente- lo que terminó de impulsar su salida.

Al reestructurar las finanzas de la F1 a comienzos de esta década, Ecclestone también cambió el proceso de toma de decisiones.

Lo hizo para aumentar su poder e influencia, pero la nueva estructura fue poco a poco restando su poder y al mismo tiempo fue aumentando el de los principales equipos, como Mercedes y Ferrari, que veían con preocupación el camino por el que se estaba dirigiendo el deporte.

Bernie Ecclestone y el presidente ruso Vladimir Putin

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto, Uno de los mayores atributos de Ecclestone fue su habilidad para lograr multimillonarios acuerdos en países en los que no hay tanta afición por la categoría.

La percepción es que el único objetivo de Ecclestone siempre fue el de generar dinero, sin tomar en cuenta elementos como la pasión y la tradición, que están tan arraigadas en los aficionados.

Él no tenía problemas de eliminar carreras históricas por nuevos circuitos en países con regímenes autoritarios a cambio de cuantiosas suma de dinero, rechazaba abiertamente el uso de las redes sociales y convirtió a la categoría en un lugar exclusivo e inaccesible.

Dentro de la F1 hay consenso y agradecimiento por todo lo que logró Ecclestone, pero son pocos los que ahora lamentan su partida.

Sin embargo, tampoco pueden ocultar tener cierta aprehensión cuando la categoría se dirige hacia un lugar desconocido, una era sin la figura de Ecclestone como referente.

¿De dónde surgió?

La primera vez que Ecclestone estuvo por el paddock de la F1, como se le conoce al lugar donde están los garajes y zonas exclusivas para las escuderías, fue hacia fines de los años 50.

Después de tener una breve carrera como piloto en categorías inferiores, Ecclestone representó al piloto británico Stewart Lewis-Evans, pero tras su muerte en el Gran Premio de Marruecos en 1958 estuvo un tiempo alejado de las pistas.

Fórmula 1

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto, Ecclestone llegó a la F1 como agente, pero después se convirtió en dueño del equipo Brabham (en la foto en 1960).

Cuando regresó hacia finales de los años 60, de la mano del piloto austriaco Jochen Rindt, Ecclestone ya se había convertido en una adinerado empresario.

Él siempre ha defendido que su fortuna la amasó gracias al negocio inmobiliario, pero a lo largo de los años han surgido todo tipo de rumores, incluso que estuvo involucrado en la planificación de un famoso robo al tren del correo británico en 1963, en el que desaparecieron unos US$4 millones.

"¡Nah!", Ecclestone respondió en una ocasión, "no había suficiente dinero en ese tren. Hubiera podido hacer algo mejor que eso".

Rindt también murió en la pista, en el Gran Premio de Italia en 1970, y hasta hoy ha sido el único campeón póstumo de la categoría.

Esta vez Ecclestone se mantuvo vinculado a la categoría y unos años después adquirió la escudería Brabham.

La chispa

Durante esa época, los acuerdos con los circuitos y los derechos de televisión se hacían sin una estructura clara, de manera individual, lo que aprovechó Ecclestone para presentar una fórmula de negocio en la que el deporte, los equipos y los pilotos se beneficiarían.

Está claro que en esa ecuación también entraba él.

Lauda y Hunt

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto, La rivalidad entre Niky Lauda y James Hunt contribuyó a la popularidad de la F1 hacia finales de los años 70.

Convenció a los canales de televisión de adquirir las transmisión de todo el campeonato, lo que aumentó considerablemente la exposición de la categoría y por ende su popularidad.

La batalla entre el austriaco Niki Lauda y el británico James Hunt contribuyó mucho a este rápido crecimiento en 1976, lo que también atrajo a todo tipo de compañías que quisieron aprovechar la globalidad del deporte para promocionar sus productos.

En los años 80 la F1 alcanzó nuevas cotas de popularidad gracias a la presencia de una carismática generación de estrellas: Alain Prost, Nigel Mansell, Nelson Piquet y, sobre todo, Ayrton Senna.

El comienzo de su fin

Dado el continuo crecimiento de la F1, Ecclestone buscó aumentar su participación en la explotación comercial de los derechos de la categoría a mediados de los años 90.

Aprovechando su amistad con el entonces presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, Max Mosley, logró un acuerdo con el cual él pasaba a ser el dueño de los derechos comerciales de la F1 en detrimento del organismo que agrupaba a las escuderías y que hasta ese momento el lideraba.

Max Mosley, Jean-Marie Balestre (entonces presidente de la FIA) y Bernie Ecclestone conversan en 1976.

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto, Max Mosley, Jean-Marie Balestre (entonces presidente de la FIA) y Bernie Ecclestone conversan en 1976.

Esto produjo un amplio malestar en la mayoría de los equipos que acusaron a Ecclestone de hacer algo ilegal y que efectivamente los estaban robando.

Pero las quejas fueron silenciadas a cambio de una mayor participación en el reparto de dinero.

En 2000, Mosley le otorgó lo derechos a Ecclestone hasta 2110 por un pago efectivo de US$360, cifra que muchos consideraron ridícula por un contrato tan lucrativo y de tanto tiempo.

Podio del gran premio de Italia.

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto, Pese a la gran afición de la F1 se en Europa y América Latina, la audiencia sigue bajando en los canales de televisión..

Esto permitió al dirigente británico negociar con diferentes compañías por estos derechos, manteniendo siempre el control de su influencia en la toma de decisiones de la categoría.

Una compañía de cable alemán los adquirió un amplio porcentaje de ellos, pero después colapsó pasando sus activos a propiedad del banco BayenrLB, que vendió en 2006 su participación del 47,2% a la compañía de inversiones CVC Capital Partners, que estuvo al frente de la F1 durante 10 años.

Esa venta fue motivo de investigación por parte de la justicia alemana, que presentó cargos en contra de Ecclestone por soborno.

Pero Ecclestone se liberó de los cargos al pagar US$100 millones, sin haber tenido que declararse inocente o culpable.

La percepción que Ecclestone sólo priorizaba sus intereses fue aumentando con el paso de los años, logrando acuerdos multimillonarios sin pensar en el futuro del deporte.

Gran premio de Rusia

Fuente de la imagen, Getty Images

Pie de foto, En 2017 el reglamento cambiará drásticamente, en otro intento por impulsar el espectáculo.

La implementación de medidas para impulsar el espectáculo, como el puntaje doble en la última carrera de 2014 o el fracaso en el cambio del formato de clasificación en 2016, fueron una reacción desesperada a la caída de la audiencia, que simplemente se debe a que ahora las carrera se transmiten en televisión por pago y no en canales abiertos.

De allí que se hayan aprobado los radicales cambios en el reglamento para la temporada 2017, con autos que prometen ser más rápidos, más ruidosos y con un diseño más dramático.

Será el comienzo de una nueva era en la F1, la primera en la que el llamado circo de la velocidad ya no tendrá a su patrón al frente.